La Familia Narcisista

Capítulo 5

Sentimientos y Comunicación

Autores: Stephanie Donaldson-Pressman, Robert M. Pressman
Editorial: Jossey-Bass

 


   
 
 
 
 
 
 
 

 

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"Los desastres suponen ciclos en el ciclo de la experiencia humana [...] El ciclo humano refleja al ciclo de catástrofes. La Tierra se beneficia con una limpieza periódica. Es hora de prestar atención a los Signos. Se están incrementando. Se pueden incluso "sentir," si prestan atención."

 


"La vida es religión. Las experiencias de la vida reflejan cómo uno interactúa con Dios. Aquellos que están dormidos son aquellos de poca Fe en términos de su interacción con la creación. Algunas personas creen que el mundo existe para que ellos lo superen, lo ignoren o lo acallen. Para estos individuos, los mundos dejarán de existir. Se volverán exactamente aquello que le han dado a la vida. Serán simplemente un sueño en el "pasado." Las personas que prestan una rigurosa atención a la realidad objetiva, mirando hacia todas partes, pasarán a ser la realidad del "Futuro."

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

En el mito de Narciso, Echo era incapaz de abogar por ella misma; era incapaz de expresar sus sentimientos, y entonces ella murió. Esta es la viva metáfora de la necesidad de estar en contacto con nuestros sentimientos, y la necesidad de encontrar maneras de expresarlos asertivamente y –esperamos- ser exitosos en satisfacer nuestras necesidades.

Víctor Frankel, dos mil años después que Ovidio, ilustra el concepto de la necesidad esencial de expresar nuestros sentimientos en su historia sobre un compañero sobreviviente del campo de concentración. Las condiciones de vida en el campo les causaron un severo hinchamiento de pies, haciendo imposible a los prisioneros el ponerse las botas antes de ir a trabajar. Únicamente un prisionero fue capaz de hacerlo. Cuando Frankel le preguntó como había logrado deshacerse del edema, respondió, “Lo he hecho a base de lágrimas”. Como Frankel explica, “No había necesidad de sentirse avergonzado de las lágrimas, ya que éstas son reflejo del más grande coraje, el coraje de sufrir”(1).

        

         Para los adultos de las familias narcisistas, el concepto de reconocer y validar los propios sentimientos es a menudo suprimido en la experiencia familiar. La habilidad de comunicar apropiadamente los sentimientos se vuelve entonces una tarea monumental: cómo puedo verbalmente comunicar aquello que no puedo reconocer internamente? Si no se nos ha enseñado que tenemos el derecho a sentir, entonces tampoco sabemos como comunicar los sentimientos en una manera directa y asertiva.

 

         Enseñar a los pacientes cómo ser asertivos apropiadamente es a menudo el reto más grande que tienen los terapeutas cuando se trabaja con sobrevivientes de familias narcisistas. Enseñar y aprender esta habilidad multi-nivel –permitirse el experimentar sentimientos al reconocerlos, etiquetarlos, auto-validarlos y apropiadamente expresarlos, culminando en una clara declaración de nuestras expectativas – es una tarea enormemente compleja. Lleva al corazón de la condición del sobreviviente: si no sé quién soy, ¿como puedo explicarme a ti?

 

El modelo que usamos para enseñar habilidades efectivas de comunicación es llamado “Yo siento…Yo quiero”(2). Esencialmente, llama a la expresión verbal de nuestros sentimientos, seguido de una clara expresión de lo que uno quiere.

 

Tommy, me siento enojada y herida que no haz levantado el cuarto familiar después que haz prometido que lo harías. Me gustaría que lo hicieras ahora mismo.

 

“Yo siento…Yo quiero” es un ejemplo obvio y simple, pero la mayoría de las personas no saben como hacerlo. Se evita el jugar juegos, los malos entendidos, las escenas explosivas, una equivocada adivinación del pensamiento, y toda suerte de cosas diabólicas. Es el mejor modelo para una comunicación clara y respetuosa que hemos encontrado.

 

         Para un individuo criado en una familia narcisista, el ser asertivo es un problema mayor. El serlo involucra dos partes: saber cómo se siente uno, y el ser capaz de expresar eso de una manera clara y no-agresiva. Como se indicó en el Capítulo Dos, tanto el conocimiento de los sentimientos como su expresión son tareas difíciles para los sobrevivientes.

 

         En nuestra práctica, preferimos el término comunicación adulta respetuosa asertiva o ser asertivo. Aunque asertivo es una palabra perfectamente respetable y funcional, tiene una connotación negativa para muchos pacientes. También es menos descriptiva. Esencialmente, los pacientes necesitan aprender a respetarse a si mismos y a los demás, aprender a relacionarse como adultos completamente funcionales, y a comunicarse efectivamente para que el mensaje enviado sea en realidad el mensaje recibido. Hemos, por tanto, dividido este capítulo en dos partes (identificar y expresar los sentimientos, respectivamente) y hemos puesto un número de técnicas terapéuticas para usarse en la enseñanza de estas importantes habilidades.

 

Identificar sentimientos

 

Muchos pacientes se sientes incómodos aún con la palabra sentimientos. Como un paciente comentó, “No me gusta eso de lo suavecito-delicadito-esponjocito!” Es por eso necesario ayudar a los pacientes a desarrollar algún grado de comodidad en la discusión de los sentimientos, para que puedan reconocer 1. Qué son los sentimientos, y 2. Que ellos los experimentan. Para ese fin, hemos descrito un número de técnicas usadas en nuestra práctica.

 

Listar Sentimientos

 

Es a menudo interesante y de ayuda el tomarse tiempo con los pacientes simplemente listando sentimientos. Muchos no pueden, sin darles pistas, listar inclusive uno! O ellos tal vez puedan decir “enojado”, “triste”, “bueno” o “malo” y eso es todo. Los pacientes usualmente se sorprenden del número de sentimientos que pueden ser generados en una lista con el terapeuta.

 

         Estos individuos dirán cosas como “No tengo sentimientos”, o “Duele mucho sentir”. No tienen concepto de la importancia o la función de los sentimientos. Dentro de este marco, el modelo de la familia narcisista, les enseñamos a los sobrevivientes que los sentimientos:

 

  • Son la verdadera expresión de quienes somos;
  • Existen por cuenta propia
  • No pueden ser legislados (como en, “Tu debes de amar a tu hermano”;
  • No hay buenos o malos, correctos e incorrectos – simplemente son;
  • Son instintivos y a menudo protectores
  • Nos motivan a acciones necesarias (por ejemplo, “Siento temor, por tanto, llamaré a la policía”);
  • Necesitan entonarse y honrarse; porque ellos
  • Saldrán a la luz – aún si los ignoramos, negamos o los escondemos- mediante síntomas físicos, ira explosiva, o depresión (la “otra cara” de la ira).

 

Los sentimientos son especialmente valiosos cuando nos motivan a la acción, bajo el concepto de Bradshaw de “E-moción” (3). Por tanto, cuando negamos nuestras emociones o sentimientos, tal vez no tomemos acciones necesarias y apropiadas. Como saben los terapeutas, la inactividad muy a menudo lleva a la depresión.

 

         Hay un número de técnicas que son de ayuda al enseñar a los adultos de familias narcisistas a cómo reconocer y etiquetar sus sentimientos. Tres que frecuentemente usamos (el Test del Lenguaje Corporal, Historias Para Sentir y Proyección de Video) se detallan abajo. También recomendamos que los pacientes mantengan “diarios de sentimientos” en los cuales identifiquen y etiqueten sentimientos que experimentan, incluyendo sensaciones físicas.

 

El Test del Lenguaje Corporal

 

La mayoría de las personas experimentan fuertes sentimientos a manera de una o más sensaciones físicas: por ejemplo, una constricción en la garganta, o el sentir que el estómago o el corazón se anida ahí; tensión en el cuello o en los hombros; o como un dolor de cabeza repentino. Algunos individuos experimentan síntomas casi instantáneos de dolor de estomago o diarrea en tiempos de estrés emocional. Pregunte al paciente dónde siente la emoción (o el enojo) en su cuerpo; y lo más seguro, no tendrá problema en decirlo.

 

El primer paso, entonces, es hacer que el paciente se entone con su síntoma – que realmente lo note y lo experimente, y que tenga el reconocimiento del terapeuta por simplemente permitirse experimentar y sentirlo físicamente.

 

La Historia de Mary. Mary es una mujer de treinta años cuya familia narcisista de origen estaba compuesta por un padre callado y nada asertivo, una madre entrometida y emocionalmente abusiva y dos hermanas. La madre de Mary la llamaría varias veces a la semana para “descargarse” en ella, llenándola de historias de todo lo malo que sus hermanas hacían; ella siempre intentaba llevar a Mary a complejos y molestos escenarios familiares. Mary había estado viendo a un quiropráctico por más de un año por tensión y dolor en cuello. Ella había etiquetado a su dolor como una secuela de un accidente automovilístico menor, asumiendo que ella experimentaba dolor cuando inadvertidamente torcía su espalda o cuello de mala manera. Referida por su quiropráctico a la terapia, ella llegó a la conclusión de que el dolor tal vez era más una expresión de estrés psicológico que una lesión física.

Durante el curso de la terapia, Mary comenzó a llevar un diario de sentimientos en el cual ella daba seguimiento a sus dolores de cuello y los eventos, pensamientos y sentimientos que ella había experimentado durante el curso del día. Se le enseñó la “respuesta de relajación” de Benson, la cual aprendió a usar cuando se volviera consciente del dolor de cuello.(4) Al mantener un diario, Mary fue capaz de ligar sus síntomas físicos a eventos específicos y pensamientos –los gatillos de sentimientos- y a etiquetar los sentimientos que eran expresados en su dolor de cuello.

 

Terapeuta: Mary, esta semana cuando sentiste la tensión en tu cuello, fuiste capaz de ligarlo a algo que ocurrió, o a algo que estabas pensando?

Mary: Es gracioso, pero siempre noto que siento más dolor en los fines de semana, pero nunca supe por qué. En mi diario, sí dice por qué! Lo siento después que mi madre llama (al teléfono). Ella llama mucho los fines de semana, porque mi padre trabaja durante ese tiempo. Esta vez, cuando colgué me di cuenta que tenía el dolor. Y no había hecho nada - físico, quiero decir- para que me doliera.

Terapeuta: ¿Así que su madre es un dolor en el cuello?

Mary: (riendo) Si, eso creo.

Terapeuta: Mary, ¿cuál era tu sentir durante la conversación?

Mary: Sentí que - no. Me sentí enojada. Realmente enojada. Furiosa.

 

En este punto el terapeuta fue capaz de alabar a Mary por el trabajo que estaba haciendo, y subrayar los pasos que estaba dando para cambiar su vida positivamente. Los pacientes a menudo tienen dificultad para reconocer sus logros y frecuentemente los identifican en términos que en realidad reflejan un déficit o un fracaso. (“Si, tal vez lo hice esta vez, pero ¡debí de hacerlo desde hace tiempo!”) Es importante que el terapeuta enmarque la experiencia como una falta de entrenamiento más que de inteligencia, fibra moral o lo que sea: el paciente no tenía la habilidad (entrenamiento, opciones, vista panorámica) en aquel entonces, pero está aprendiendo ahora.

 

Una parte significativa de la terapia en este modelo es que el terapeuta está orientado hacia la acción, en vez de ser primordialmente reflectivo o comprensivo. Es importante que el terapeuta verbalmente premie al paciente por el comportamiento apropiado al hacer declaraciones abiertas de apoyo y remarcando – no en el sentido de ser sus porristas, sino en  el de reflejar la realidad del trabajo que ella está haciendo. De esta manera, el paciente sabe cuando ha hecho una “cosa buena”. Ella probablemente no tuvo ese tipo de retroalimentación durante su niñez, así que la necesita y aprecia ahora.

El paso final es habilitar al paciente a expresar el sentimiento y tomar alguna acción para atenderlo.

 

Después de una discusión considerable, Mary decidió expresar sus sentimientos a su madre y establecer algunos límites en su relación. “Usando el ‘Yo siento…yo quiero’, voy a decirle que me siento muy enojada cuando llama y se queja de mis hermanas y hermanos, y no quiero que haga eso mas”.

 

Después de algunos esfuerzos tentativos, Mary fue capaz de expresar sus sentimientos a su madre, y de hecho finalizó algunas conversaciones cuando su madre “rompió la regla”. Después de un periodo donde su madre rechazó hablar a Mary del todo (dándole la “ley del hielo”), su madre cambió su comportamiento telefónico. Comenzó a llamarla menos frecuentemente, para alivio de Mary, y las conversaciones fueron más breves, con asuntos a tratar más aceptables. Su madre entonces comenzó a llamar a una de las hermanas de Mary y comenzó a “descargarse” con ella. Como Mary dijo, “Ahora es problema de mi hermana; ¡ella tendrá que aprender a lidiar con eso!”.

 

A medida que Mary aprende, la gente continúa usando ciertas técnicas interactivas porque funcionan; esta táctica les da lo que quieren. Cuando esas técnicas no funcionan más, la gente deja de usarlas. A medida que Mary estaba dispuesta a escuchar a su madre (la necesidad de la madre), ésta continuaba descargándose en ella. Cuando no funcionó mas – cuando Mary rechazó escucharla (comenzó a respetarse a si misma) y fue capaz de comunicarse en una manera adulta y clara – su madre dejó de descargarse en ella. Mary entonces fue capaz de realizar una modificación en el comportamiento de su madre, al menos en relación con ella.

Así mismo, Mary aprendió que su cuerpo era una herramienta invaluable para indicarle cuando estaba experimentando un sentimiento que requería atención. En vez de referirse a su dolor como el enemigo, Mary se dio cuenta que era una advertencia protectora de alto estrés. Al aprender a atender a su lenguaje corporal y actuar acorde, ella estaba bajo menos estrés y subsecuentemente experimentó menos dolor de cuello.

 

Historias para Sentir

 

Es a menudo difícil para los sobrevivientes atribuirse sentimientos, especialmente si la experiencia fue dolorosa, no productiva o castigadora en el pasado.  Un método comprobado para sacar los sentimientos con fines de diagnóstico ha sido a través del uso de técnicas proyectivas (El Test de Consciencia Temática, Tests de Rorschach, y similares) (5). Usando este método desde una perspectiva terapéutica (en vez de una de diagnóstico), hemos encontrado que el pedirle a los pacientes que imaginen lo que otras personas tal vez hayan sentido en una situación es, por mucho, menos amenazante para ellos y es, más adelante, una excelente técnica para reconocer y etiquetar sentimientos.

 

Las historias de sentimientos son pequeñas viñetas que el terapeuta puede improvisar espontáneamente en la oficina. No solamente estas historias pueden ser de ayuda en lograr que los pacientes identifiquen y etiqueten sentimientos, a menudo actúan como un “detonante de memorias” (algo que ayuda o provoca el recuerdo/recolección de memorias enterradas). En terapia, el practicante dirá la historia para sentir y luego hará que el paciente decida como podría sentirse el personaje o personajes de la historia:

        

Una pequeña niña está jugando con un gato en el patio. Ella se mete a la casa para tomar agua, y el gato es atropellado por un auto en el camino. ¿Cómo se siente la niña?

 

Un niño está jugando con otros cuando comienzan a molestar a un niño más pequeño. El no hace nada; solamente observa. Muy pronto el niño pequeño se aleja corriendo, llorando. ¿Cómo se siente el primer niño?

 

Un niño siempre está siendo golpeado por su padre. Un día, el padre viene muy enojado porque la patineta del niño se encontraba en la cochera y el padre se ha tropezado. La hermana del niño sabe que el pequeño volverá a ser golpeado, así que le miente al padre y le dice que ella dejó la patineta afuera. El padre la golpea a ella en vez de a su hermano. ¿Como se siente ella?

 

Cuando el hermano se entera de lo sucedido (por otro hermano), ¿cómo se siente?

 

Una niña tiene una madre que juega con ella y le lee y la mima mucho. Pero cuando su padre actúa atemorizante y le grita a la niña, la madre pretende no notarlo o va a otro cuarto.¿ Cómo se siente la niña?

        

Un niño gana un concurso de poesía y le piden que lea su poema en clase. ¿Cómo se siente?

 

La madre de una niña frecuentemente rompe sus promesas, y después le compra un bonito regalo. ¿Como se siente la niña?

 

Una niña está afuera jugando con sus amigos cuando comienza a anochecer. Sus amiguitos comienzan a retirarse. La niña les pide que se queden afuera jugando con ella. Le dicen que sus padres les dijeron que fueran a casa cuando las luces de la calle se encendieran. Ella permanece ahí puesto que sus padres no tienen ninguna regla con respecto a su hora de llegada. ¿Cómo se siente ella?

 

A pesar que los sentimientos apropiados pueden resultar obvios, es fascinante experimentar la facilidad/dificultad con la que algunos pacientes responden a las preguntas para sentir. Es también valioso para el diagnóstico el notar los diferentes tipos de respuesta que resultan de las experiencias individuales de los pacientes. Por ejemplo, un paciente respondió a la primera historia (sobre el gato atropellado) diciendo: “Ella se sintió feliz. Era el gato de su hermana, y la niña siempre lo odió. Ella quería un perro. Su madre le dijo que sólo podían tener una mascota, y su hermana mayor escogió. Ella siempre escogía. Ahora, ya que el gato está muerto, ¡la niña puede tener su perro!”. Noten así mismo la diferencia en las respuestas debajo de dos pacientes mujeres a la historia de los niños jugando cuando las luces de la calle se encendieron.

 

(Chris, mujer profesional bien educada, en sus treintas que padece de ansiedad y depresión. Fue criada por un padre entrometido y extremadamente crítico que tenía expectativas irreales para ella, y una madre que era tan pasiva que la posibilidad de depresión crónica de nivel bajo fue considerada) “¡Es difícil para mi imaginar no tener reglas! ¡Wow!” (Risas incómodas) “La niña es suertuda. Ella se siente…orgullosa. Sus padres confían en ella para que use su juicio. Sus padres la aman mucho.”

                  

(Laura es una muy inteligente, sub-educada madre de tres pequeños niños. Es una alcohólica en recuperación que fue abusada por su madre – quién luego abandonó a la familia cuando tenía nueve años – desdeñada por su padre, quién es un jugador compulsivo, y molestada sexualmente por su hermanastro)

“Ella se siente avergonzada. Todos esos niños tienen gente que se preocupan por ellos – que los quieren en casa- que los quieren suficiente para ponerles reglas. Ella mataría por tener alguien así. A nadie le importa si va a casa o no; ellos no lo notan siquiera.

 

Los sentimientos que son muy dolorosos para que los pacientes los expresen directamente a menudo son revelados durante estas sesiones. Muchos niños de familias narcisistas tienen tales memorias profundamente escondidas que le toma una historia para sentir acerca de otro niño para liberarlas. La mayoría de los terapeutas han tenido la experiencia de recibir llamadas de pacientes que han tenido una avalancha de memorias disparadas por un programa de televisión o un artículo del diario. Las historias para sentir trabajan de una manera similar pero más eficientemente. El terapeuta a menudo puede hacer suposiciones educadas acerca de los tipos de experiencias que el paciente haya tenido y que están siendo reprimidas, y pueden construir la historia de acuerdo a estas.

 

Por ejemplo, la historia del niño que ganó el concurso de poesía fue usada en un joven que había sido criado por un padre extremadamente macho. El terapeuta sospechaba que el joven (que claramente no era homosexual) tenía fantasías y miedos de ser homosexual, pero que no se atrevía a reconocer o discutir. Cuando la historia para sentir se le mencionó, el dique reventó. Fue capaz de relacionarse con un incidente de la niñez en el cual intentó hacer amistades cercanas con otros niños, sólo para que su padre dijera o hiciera algo para arruinarlas. El niño siempre quedaba sintiéndose mal y culpable – nunca sabiendo qué había hecho mal, pero sabiendo que había algo malo con querer una relación cercana con otros varones. En la adolescencia, este conocimiento se tradujo en el sentimiento que el padre sabía que en el fondo, el niño era homosexual. Por tanto, siempre tenía la guardia puesta contra eso, ya que (desde luego) el padre tenía un conocimiento o percepción especial. Mientras sus temores de homosexualidad bien pudieron salir en con la terapia, la historia de sentimientos permitió al paciente usar el tiempo de su terapia lidiando directamente con los sentimientos de miedo, culpa y vergüenza, en vez de perder semanas o meses pensando cómo, cuándo y porqué mencionar sus temores.

 

Proyección de Video

 

Con esta técnica, los pacientes son capaces de recapitular incidentes cargados emocionalmente de su pasado mientras mantienen cierto grado de desapego. Se les pide a los pacientes que imaginen una gran pantalla de televisión (o cine); en ella se proyecta el incidente que ellos encuentren muy doloroso mencionar. Luego la describen en tercera persona. Usamos esta técnica extensivamente en combinación con hipnosis para liberar emociones en sobrevivientes de abuso sexual y otras formas de desordenes de estrés post-traumático.

 

La Historia de Margo. Margo es una agente de bienes raíces de treinta y cinco años que posee su propio negocio. Ella ha estado teniendo problemas crecientes de ansiedad durante el día e interrumpiendo su sueño por la noche. Durante las primeras sesiones de terapia, ella sostuvo que su familia de origen – dos profesionales exitosos- fue idílica. Ella ha explorando sus patrones de sueño infantiles con el terapeuta, quien le ha pedido hacer una película de si misma como niña, durmiendo. Ella ya ha descrito el dormitorio y la cama.

        

         Margo: Hay una pequeña niña. Ella tiene nueve o diez. Está en su cama, durmiendo. Entonces – hay una luz fuerte. La puerta del corredor se abre. La luz penetra en el cuarto.

         Terapeuta: ¿Como se siente la niña?

         Margo: Ella esta somnolienta. Quiere dormir. Ella está…triste.

         Terapeuta: ¿Porqué triste?

         Margo: Ella sabe que ahora no podrá dormir del todo. Eso la pone triste.

Terapeuta: ¿Qué sucede ahora?

Margo: Está triste (llorando mientras habla) por su pequeño hermano. Es su pequeño hermano que está en la puerta. Ahora él la cierra. Está llorando; ella puede escucharlo sollozar. El ha venido a la cama. Ella se mueve para dejarlo entrar. Él llora, y ella lo abraza. Él va a dormir. Ella está despierta.

Terapeuta: ¿Como se siente ella?

Margo: Triste. Ella está triste por su pequeño hermano…porque él todavía se preocupa. Ella no. Ella está triste porque no podrá dormir más.

Terapeuta: ¿Qué está sucediendo ahora?

Margo: Ella está viendo a su pequeño hermano, observándolo mientras duerme. Él luce tan dulce. Sólo tiene cinco. El no cerró la puerta del corredor bien, así que hay luz que se posa sobre él (comienza a llorar otra vez). Ella pone su brazo alrededor de él y lo aprieta.

Terapeuta: ¿Qué está sintiendo, Margo?

Margo: Tristeza

Terapeuta: ¿Es eso todo?

Margo: Tristeza…y enojo. Furia. Llena de furia. Ella odia a esos bastardos. Ellos lo molestan mucho. Ellos no merecen a un niño dulce como Teddy. Los odio. Él los ama, así que él resulta herido. Necesita aprender. A dejar de preocuparse. (Llorando fuerte y meciéndose en su silla) Me duele por él…y por mi. Yo sí me preocupaba, pero ellos joder lo han arruinado. Yo tuve que cuidar de Teddy, pero yo era sólo una niña. No podía hacerlo bien. El necesitaba padres…yo necesitaba padres. No había nadie que nos cuidara. Nadie.

 

A medida que Margo fue capaz de poner las piezas juntas, descubrió que la vida familiar fue tenía como fin subir la autoestima de la madre, haciéndola sentir segura mientras no se le hacían muchas demandas. Los problemas nocturnos se erigían cuando los padres de Margo, que tenían una vida social muy activa, regresaban de una fiesta. La madre comenzaría una pelea con el padre por darle mucha atención a otra mujer, o por algo que haya dicho o no dicho durante la velada. La madre siempre azotaba la puerta, lo cual despertaba a Teddy. Entonces la pelea escalaría, y el padre amenazaría con irse, y la madre lloraría y le rogaría que la perdonara. Teddy, cuyo cuarto estaba enseguida del de sus padres, comenzaría a sollozar y se iría al cuarto de su hermana en otra ala de la casa. Margo se sentiría intensamente protectora de su pequeño hermano (el cual adoraba), furiosa con sus padres y temerosa por ella misma.

 

El uso de la proyección de video pone distancia entre el paciente y la experiencia. Provee un margen de seguridad emocional, para que el paciente no “se venga abajo” y bloquee importantes memorias.

 

Expresando Sentimientos

 

“Yo Siento…Yo Quiero”

 

Una vez que los individuos son capaces de 1. reconocer que ellos tienen sentimientos 2. etiquetar sus sentimientos, ellos son capaces de aprender a expresar sus sentimientos apropiadamente – la parte de “Yo Siento”. Cuando ellos son capaces de aceptar 3.  que tienen el derecho de experimentar aquellos sentimientos y 4. que tenerlos es importante, se vuelve mas fácil para ellos verbalizar sus expectativas a otras personas – la parte de “Yo quiero”. Y como ellos experimentarán pronto, una vez que ellos son capaces de expresar la parte de “Yo siento”, es a menudo innecesario que ellos digan el “Yo quiero”. Muchas veces, lo más importante es hacer que nuestros sentimientos se escuchen. Sin embargo, aún hay habilidades por aprender en la expresión de los sentimientos (6). Hay una lista de “cosas malas” que la gente a menudo dice cuando están experimentando fuertes emociones y teniendo dificultad expresándolas (vea lista en el Apéndice B). Mientras estos comportamientos (insultos, referencias “tu”, declaraciones “siempre/nunca”, traer viejas rencillas a la mesa, hacer referencias históricas, y comparar al otro con sus padres, entre otras) funcionan bien para:

 

  • Escalar emociones
  • Herir sentimientos
  • Ventilar ira
  • Inducir culpa y vergüenza
  • Producir actitudes defensivas
  • Promover contraataques y
  • Desechar la posibilidad de resolver el problema

 

No funcionan bien para comunicar los sentimientos y las preferencias de tal manera que puedan ser escuchadas por la otra persona. Los individuos que reciben este tipo de técnicas negativas listadas arriba no se sienten valuadas o respetadas; se sienten atacadas. Los humanos no escuchan bien cuando sienten que son atacados, por que ellos ahora preparan un contraataque defensivo. Esto no es una buena receta para una comunicación orientada a resolver problemas. Por ejemplo, la gente responderá diferente a ¡“Tu siempre me interrumpes! Eres muy desconsiderado” a “Me siento dolida y furiosa cuando me interrumpes; Siendo que mis opiniones no importan. Me siento estúpida”.

 

Por el contrario, los humanos si escuchan declaraciones describiendo sentimientos. Esas declaraciones son interesantes, descriptivas y no amenazantes – describen al que habla, no al que escucha. Son respetuosas de ambos lados, y tienen muy buenas posibilidades de ser escuchadas. No hay defensa qué preparar, porque no hay ataque del cual defenderse. “Yo siento…yo quiero” es comunicación adulta respetuosa (CAR) de lo mejor.

 

Caroline revisada. A menudo nos referimos a Caroline (mencionada en el Capitulo Dos, cuya madre le dijo “Si tienes que pedirlo, pierde su valor”) cuando trabajamos con el paciente el concepto de comunicación adulta respetuosa, ya que su experiencia con “Yo siento…yo quiero” le pega a la mayoría de los sobrevivientes.

 

Caroline estaba herida y enojada porque su marido continuamente olvidaba su cumpleaños. Los cumpleaños nunca han sido gran cosa en la familia de origen del esposo, pero sí lo habían sido en la de Caroline, y le gustaba la atención de los regalos y el sentirse realmente especial por un día. Así que se pondría nerviosa cuando “el gran día” se aproximara – ¿acaso él se acordaría? A medida que llegaba el día, mas ansiosa se mostraba, y luego enojada (“¡Que se vaya al diablo si no puede recordarlo!”) y en última instancia deprimida (¡Mejor me voy yo! No es la gran cosa; él demuestra que me ama de otras formas. No soy una niña) Caroline no podía recordarle acerca de su cumpleaños por su creencia de que al pedirlo perdería su valor. Entonces, cada año por los 3 primeros años de su matrimonio, ella echaba a andar su vieja cinta mental y terminaba teniendo un cumpleaños miserable. Y cada año, habría peleas post-cumpleaños, lágrimas, y miseria, donde el marido explicaría cada vez acerca de los cumpleaños en su familia de origen y le rogaría a Caroline que le recordara su cumpleaños; si ella pudiera decirle lo que le gustaría que hiciera, estaría gustoso de hacerlo. Pero Carolina no podía hacerlo. Las delicias del sentimiento de mártir estaban bien metidas en su visión del mundo. Caroline había comenzado terapia unas pocas semanas antes de su tercer cumpleaños dentro del matrimonio. Las muchas opciones disponibles para lidiar con la celebración de su cumpleaños – incluyendo la vieja cinta familiar con la esperanza de que de alguna manera, esta vez, las cosas fueran distintas – fueron discutidas.

(vea “Regresando al pozo” en el capítulo cuatro). Esa fue la opción que ella escogió, e invariablemente, con el resultado predecible.

 

Para su siguiente cumpleaños, Caroline era experta en CAR. Esto es lo que hizo:

 

1.      tres meses antes de su cumpleaños, puso un gran anuncio en el refrigerador diciendo “¡El cumpleaños de Caroline está cerca!”

2.      dos meses antes, reemplazó ese anuncio con uno que decía, “El cumpleaños de Caroline – ¡solo 8 semanas más!”

3.      seis semanas antes, un anuncio actualizado se puso en el refrigerador, y pequeñas notitas color rosa estuvieron apareciendo por la casa, con mensajes como “¡Caroline ama las rosas amarillas!” y “El restaurante favorito de Caroline es…”, “Caroline adora el Chanel #5”, “¡Caroline quiere un pastel de mousse de chocolate con velas en su cumpleaños!” y así.

 

Se convirtió en un juego. Caroline comenzó a divertirse y su esposo estuvo encantado. El quería mucho complacerla, y ahora ella le estaba indicando exactamente como hacerlo. ¡No es necesario decir que ella tuvo un maravilloso cumpleaños! Carolina cambió una situación de perder-perder en una situación de ganar-ganar usando la CAR – y de una manera creativa también.

 

Conclusión

 

El concepto de comunicación adulta respetuosa (CAR) parece simple, pero está basada en actitudes y habilidades complejas, la ausencia de alguna de estas haría a la CAR imposible. El terapeuta debe de ser capaz de ayudar a los pacientes redescubrir sus sentimientos, aprender cómo reconocerlos y etiquetarlos, desarrollarlos a un nivel de habilidad y confort para comunicarlos a otros.

Notas

1. Viktor Frankl, Man's Search for Meaning ( New York : Simon and

Schuster, 1963), p. 125.

2. Robert Cohen, Communications Workshop, seminar given at Washington

County Community Mental Health Center , Charlestown , RI ,

1985.

3. John Bradshaw, Healing the Shame That Binds You ( Deerfield Beach ,

FL: Health Communications, 1988).

4. Herbert Benson with Miriam Klipper, THe RElaxation Response (New

York : Avon Books, 1975).

5. Oscar Buros, Mental Measurements Yearbook ( Highland Park , NJ :

Gryphon Press, 1990).

6. George R. Bach, The Intimate Enemy: How to Fight Fair in Love and

Marriage (New York: William Morrow, 1969).


Los dueños y editores de estas páginas desean declarar que el material presentado aquí es producto de nuestra investigación y experimentación en la Comunicación Superluminal. A veces nos preguntamos si los Cassiopaeans son quiénes dicen ser, ya que no tomamos nada como una verdad incuestionable. Tomamos todo con pinzas, aún cuando consideramos que hay una buena posibilidad de que sea verdad. Analizamos constantemente este material, además de una gran cantidad de otro material que llega a nuestras manos desde numerosos campos de la ciencia y el misticismo. Francamente, nosotros no sabemos CUÁL es la verdad- pero creemos que está "Allí afuera" y, tal vez, si es posible, podamos encontrar alguna de sus partes. Sí, diremos que nuestras vidas se han visto enriquecidas por este contacto, pero también nos hemos sentido desconcertados y confundidos por algunos elementos que todavía necesitan clarificación. Sí que hemos descubierto muchas cosas, en la manera de "confirmación" y "corroboración" de varios otros campos inclusive científicos e históricos, pero hay también mucho material que, por su naturaleza, no se puede verificar. Así, invitamos al lector a compartir nuestra búsqueda de la Verdad, leyendo con una mente abierta pero escéptica.

Nosotros no alentamos las ideas producto del "devotismo" ni de "Verdad Única," pero sí alentamos la búsqueda del Conocimiento y de la Conciencia en todos campos de trabajo como la mejor manera de ser capaces de discernir las mentiras de la verdad. Lo único que podemos decirle al lector es esto: trabajamos muy duramente, durante muchas horas al día, y lo hemos hecho así durante muchos años, para descubrir la razón fundamental de nuestra existencia en la Tierra. Es nuestra vocación, nuestra búsqueda, nuestro trabajo. Buscamos constantemente validar y/o refinar lo que entendemos puede ser posible, probable o ambos. Hacemos esto con la sincera esperanza de que toda la humanidad se beneficiará, si no ahora, tal vez en algún punto de uno de nuestros futuros probables. .

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