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La Familia NarcisistaCapítulo 5 Sentimientos y Comunicación Autores: Stephanie Donaldson-Pressman, Robert M. Pressman 
 
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    En
el mito de Narciso, Echo era incapaz de abogar por ella misma; era incapaz de
expresar sus sentimientos, y entonces ella murió. Esta es la viva metáfora de
la necesidad de estar en contacto con nuestros sentimientos, y la necesidad de
encontrar maneras de expresarlos asertivamente y –esperamos- ser exitosos en
satisfacer nuestras necesidades.          
                      Para los adultos de las familias
        narcisistas, el concepto de reconocer y validar los propios sentimientos es a
        menudo suprimido en la experiencia familiar. La habilidad de comunicar apropiadamente
        los sentimientos se vuelve entonces una tarea monumental: cómo puedo
        verbalmente comunicar aquello que no puedo reconocer internamente? Si no se nos
        ha enseñado que tenemos el derecho a sentir, entonces tampoco sabemos como
        comunicar los sentimientos en una manera directa y asertiva.
   
                  Enseñar a los pacientes cómo ser
        asertivos apropiadamente es a menudo el reto más grande que tienen los
        terapeutas cuando se trabaja con sobrevivientes de familias narcisistas.
        Enseñar y aprender esta habilidad multi-nivel
  –permitirse el experimentar sentimientos al reconocerlos, etiquetarlos,
        auto-validarlos y apropiadamente expresarlos, culminando en una clara
        declaración de nuestras expectativas – es una tarea enormemente compleja. Lleva
        al corazón de la condición del sobreviviente: si no sé quién soy, ¿como puedo
        explicarme a ti?
   
         El
        modelo que usamos para enseñar habilidades efectivas de comunicación es llamado
  “Yo siento…Yo quiero”(2). Esencialmente, llama a la expresión verbal de
        nuestros sentimientos, seguido de una clara expresión de lo que uno quiere.
   
         Tommy, me siento enojada y
        herida que no haz levantado el cuarto familiar después que haz prometido que lo
        harías. Me gustaría que lo hicieras ahora mismo.
   
         “Yo
        siento…Yo quiero” es un ejemplo obvio y simple, pero la mayoría de las personas
        no saben como hacerlo. Se evita el jugar juegos, los malos entendidos, las escenas
        explosivas, una equivocada adivinación del pensamiento, y toda suerte de cosas
        diabólicas. Es el mejor modelo para una comunicación clara y respetuosa que
        hemos encontrado.
   
                  Para un individuo criado en una familia
        narcisista, el ser asertivo es un problema mayor. El serlo involucra dos
        partes: saber cómo se siente uno, y el ser capaz de expresar eso de una manera
        clara y no-agresiva. Como se indicó en el Capítulo Dos, tanto el conocimiento
        de los sentimientos como su expresión son tareas difíciles para los
        sobrevivientes.
   
                  En nuestra práctica, preferimos el
        término comunicación adulta respetuosa asertiva o ser asertivo. Aunque asertivo es una palabra perfectamente
        respetable y funcional, tiene una connotación negativa para muchos pacientes.
        También es menos descriptiva. Esencialmente, los pacientes necesitan aprender a
        respetarse a si mismos y a los demás, aprender a relacionarse como adultos
        completamente funcionales, y a comunicarse efectivamente para que el mensaje
        enviado sea en realidad el mensaje recibido. Hemos, por tanto, dividido este
        capítulo en dos partes (identificar y expresar los sentimientos,
        respectivamente) y hemos puesto un número de técnicas terapéuticas para usarse
        en la enseñanza de estas importantes habilidades.
   
         Identificar sentimientos
               
         Muchos
        pacientes se sientes incómodos aún con la palabra sentimientos. Como un paciente comentó, “No me gusta eso de lo
        suavecito-delicadito-esponjocito!” Es por eso
        necesario ayudar a los pacientes a desarrollar algún grado de comodidad en la
        discusión de los sentimientos, para que puedan reconocer 1. Qué son los
        sentimientos, y 2. Que ellos los experimentan. Para ese fin, hemos descrito un
        número de técnicas usadas en nuestra práctica.
   
         Listar Sentimientos
               
         Es
        a menudo interesante y de ayuda el tomarse tiempo con los pacientes simplemente
        listando sentimientos. Muchos no pueden, sin darles pistas, listar inclusive
        uno! O ellos tal vez puedan decir “enojado”, “triste”, “bueno” o “malo” y eso
        es todo. Los pacientes usualmente se sorprenden del número de sentimientos que
        pueden ser generados en una lista con el terapeuta.
   
                  Estos individuos dirán cosas como “No
        tengo sentimientos”, o “Duele mucho sentir”. No tienen concepto de la
        importancia o la función de los sentimientos. Dentro de este marco, el modelo
        de la familia narcisista, les enseñamos a los sobrevivientes que los
        sentimientos:
   
         
 
         Los sentimientos son especialmente
        valiosos cuando nos motivan a la acción, bajo el concepto de Bradshaw de “E-moción” (3). Por tanto, cuando negamos
        nuestras emociones o sentimientos, tal vez no tomemos acciones necesarias y
        apropiadas. Como saben los terapeutas, la inactividad muy a menudo lleva a la depresión.
   
                  Hay un número de técnicas que son de
        ayuda al enseñar a los adultos de familias narcisistas a cómo reconocer y
        etiquetar sus sentimientos. Tres que frecuentemente usamos (el Test del Lenguaje Corporal, Historias Para Sentir y Proyección
        de Video) se detallan abajo. También recomendamos que los pacientes mantengan
  “diarios de sentimientos” en los cuales identifiquen y etiqueten sentimientos
        que experimentan, incluyendo sensaciones físicas.
   
         El Test del Lenguaje Corporal
         
         La mayoría de las personas
        experimentan fuertes sentimientos a manera de una o más sensaciones físicas:
        por ejemplo, una constricción en la garganta, o el sentir que el estómago o el
        corazón se anida ahí; tensión en el cuello o en los hombros; o como un dolor de
        cabeza repentino. Algunos individuos experimentan síntomas casi instantáneos de
        dolor de estomago o diarrea en tiempos de estrés emocional. Pregunte al
        paciente dónde siente la emoción (o el enojo) en su cuerpo; y lo más seguro, no
        tendrá problema en decirlo.
   
         El primer paso, entonces, es hacer
        que el paciente se entone con su síntoma – que realmente lo note y lo
        experimente, y que tenga el reconocimiento del terapeuta por simplemente
        permitirse experimentar y sentirlo físicamente.
   
         La
        Historia de Mary. Mary es
          una mujer de treinta años cuya familia narcisista de origen estaba compuesta
          por un padre callado y nada asertivo, una madre entrometida y emocionalmente
          abusiva y dos hermanas. La madre de Mary la llamaría
          varias veces a la semana para “descargarse” en ella, llenándola de historias de
          todo lo malo que sus hermanas hacían; ella siempre intentaba llevar a Mary a complejos y molestos escenarios familiares. Mary había estado viendo a un quiropráctico por más de un
          año por tensión y dolor en cuello. Ella había etiquetado a su dolor como una
          secuela de un accidente automovilístico menor, asumiendo que ella experimentaba
          dolor cuando inadvertidamente torcía su espalda o cuello de mala manera.
          Referida por su quiropráctico a la terapia, ella llegó a la conclusión de que
          el dolor tal vez era más una expresión de estrés psicológico que una lesión
          física.
   Durante el curso de la terapia, Mary comenzó a llevar un diario de sentimientos en el cual
        ella daba seguimiento a sus dolores de cuello y los eventos, pensamientos y
        sentimientos que ella había experimentado durante el curso del día. Se le
        enseñó la “respuesta de relajación” de Benson, la
        cual aprendió a usar cuando se volviera consciente del dolor de cuello.(4) Al
        mantener un diario, Mary fue capaz de ligar sus
        síntomas físicos a eventos específicos y pensamientos –los gatillos de
        sentimientos- y a etiquetar los
        sentimientos que eran expresados en su dolor de cuello.
   
         Terapeuta: Mary,
        esta semana cuando sentiste la tensión en tu cuello, fuiste capaz de ligarlo a
        algo que ocurrió, o a algo que estabas pensando?
   Mary: Es gracioso, pero siempre noto que siento más
        dolor en los fines de semana, pero nunca supe por qué. En mi diario, sí dice
        por qué! Lo siento después que mi madre llama (al teléfono). Ella llama mucho
        los fines de semana, porque mi padre trabaja durante ese tiempo. Esta vez,
        cuando colgué me di cuenta que tenía el dolor. Y no había hecho nada - físico,
        quiero decir- para que me doliera.
   Terapeuta: ¿Así que su madre es
        un dolor en el cuello?
             Mary: (riendo) Si, eso creo.
             Terapeuta: Mary, ¿cuál era tu sentir durante la conversación?
             Mary: Sentí que - no. Me sentí
        enojada. Realmente enojada. Furiosa.
       
         En este punto el terapeuta fue
        capaz de alabar a Mary por el trabajo que estaba
        haciendo, y subrayar los pasos que estaba dando para cambiar su vida
        positivamente. Los pacientes a menudo tienen dificultad para reconocer sus
        logros y frecuentemente los identifican en términos que en realidad reflejan un
        déficit o un fracaso. (“Si, tal vez lo hice esta vez, pero ¡debí de hacerlo desde hace tiempo!”) Es
        importante que el terapeuta enmarque la experiencia como una falta de entrenamiento más que de inteligencia,
        fibra moral o lo que sea: el paciente no tenía la habilidad (entrenamiento,
        opciones, vista panorámica) en aquel entonces, pero está aprendiendo ahora.
   
         Una parte significativa de la
        terapia en este modelo es que el terapeuta está orientado hacia la acción, en
        vez de ser primordialmente reflectivo o comprensivo.
        Es importante que el terapeuta verbalmente premie al paciente por el
        comportamiento apropiado al hacer declaraciones abiertas de apoyo y remarcando
  – no en el sentido de ser sus porristas, sino en  el de reflejar la realidad del trabajo que
        ella está haciendo. De esta manera, el paciente sabe cuando ha hecho una “cosa
        buena”. Ella probablemente no tuvo ese tipo de retroalimentación durante su
        niñez, así que la necesita y aprecia ahora.
   El
        paso final es habilitar al paciente a expresar el sentimiento y tomar alguna
        acción para atenderlo.
   
         Después de una discusión
        considerable, Mary decidió expresar sus sentimientos
        a su madre y establecer algunos límites en su relación. “Usando el ‘Yo
        siento…yo quiero’, voy a decirle que me siento muy enojada cuando llama y se
        queja de mis hermanas y hermanos, y no quiero que haga eso mas”.
   
         Después de algunos esfuerzos
        tentativos, Mary fue capaz de expresar sus
        sentimientos a su madre, y de hecho finalizó algunas conversaciones cuando su
        madre “rompió la regla”. Después de un periodo donde su madre rechazó hablar a Mary del todo (dándole la “ley del hielo”), su madre cambió
        su comportamiento telefónico. Comenzó a llamarla menos frecuentemente, para
        alivio de Mary, y las conversaciones fueron más
        breves, con asuntos a tratar más aceptables. Su madre entonces comenzó a llamar
        a una de las hermanas de Mary y comenzó a
  “descargarse” con ella. Como Mary dijo, “Ahora es
        problema de mi hermana; ¡ella tendrá que aprender a lidiar con eso!”.
   
         A medida que Mary aprende, la gente continúa usando ciertas técnicas interactivas porque
        funcionan; esta táctica les da lo que quieren. Cuando esas técnicas no
        funcionan más, la gente deja de usarlas. A medida que Mary estaba dispuesta a escuchar a su madre (la necesidad de la madre), ésta
        continuaba descargándose en ella. Cuando no funcionó mas – cuando Mary rechazó escucharla (comenzó a respetarse a si misma) y
        fue capaz de comunicarse en una manera adulta y clara – su madre dejó de
        descargarse en ella. Mary entonces fue capaz de
        realizar una modificación en el comportamiento de su madre, al menos en
        relación con ella.
   Así mismo, Mary aprendió que su cuerpo era una herramienta invaluable para indicarle cuando
        estaba experimentando un sentimiento que requería atención. En vez de referirse
        a su dolor como el enemigo, Mary se dio cuenta que
        era una advertencia protectora de alto estrés. Al aprender a atender a su
        lenguaje corporal y actuar acorde, ella estaba bajo menos estrés y
        subsecuentemente experimentó menos dolor de cuello.
   
         Historias para Sentir
               
         Es a menudo difícil para los
        sobrevivientes atribuirse sentimientos, especialmente si la experiencia fue
        dolorosa, no productiva o castigadora en el pasado.  Un método comprobado para sacar los
        sentimientos con fines de diagnóstico ha sido a través del uso de técnicas
        proyectivas (El Test de Consciencia Temática, Tests de Rorschach, y similares)
        (5). Usando este método desde una perspectiva terapéutica (en vez de una de
        diagnóstico), hemos encontrado que el pedirle a los pacientes que imaginen lo
        que otras personas tal vez hayan
        sentido en una situación es, por mucho, menos amenazante para ellos y es, más adelante,
        una excelente técnica para reconocer y etiquetar sentimientos.
   
         Las historias de sentimientos son
        pequeñas viñetas que el terapeuta puede improvisar espontáneamente en la
        oficina. No solamente estas historias pueden ser de ayuda en lograr que los
        pacientes identifiquen y etiqueten sentimientos, a menudo actúan como un “detonante
        de memorias” (algo que ayuda o provoca el recuerdo/recolección de memorias
        enterradas). En terapia, el practicante dirá la historia para sentir y luego
        hará que el paciente decida como podría sentirse el personaje o personajes de
        la historia:
            
             Una pequeña niña está jugando con
        un gato en el patio. Ella se mete a la casa para tomar agua, y el gato es
        atropellado por un auto en el camino. ¿Cómo se siente la niña?
   
         Un niño está jugando con otros
        cuando comienzan a molestar a un niño más pequeño. El no hace nada; solamente
        observa. Muy pronto el niño pequeño se aleja corriendo, llorando. ¿Cómo se
        siente el primer niño?
   
         Un niño siempre está siendo
        golpeado por su padre. Un día, el padre viene muy enojado porque la patineta
        del niño se encontraba en la cochera y el padre se ha tropezado. La hermana del
        niño sabe que el pequeño volverá a ser golpeado, así que le miente al padre y
        le dice que ella dejó la patineta
        afuera. El padre la golpea a ella en vez de a su hermano. ¿Como se siente ella?
   
         Cuando el hermano se entera de lo
        sucedido (por otro hermano), ¿cómo se siente?
   
         Una niña tiene una madre que juega
        con ella y le lee y la mima mucho. Pero cuando su padre actúa atemorizante y le
        grita a la niña, la madre pretende no notarlo o va a otro cuarto.¿ Cómo se
        siente la niña?
            
             Un niño gana un concurso de poesía
        y le piden que lea su poema en clase. ¿Cómo se siente?
   
         La madre de una niña frecuentemente
        rompe sus promesas, y después le compra un bonito regalo. ¿Como se siente la
        niña?
   
         Una niña está afuera jugando con
        sus amigos cuando comienza a anochecer. Sus amiguitos comienzan a retirarse. La
        niña les pide que se queden afuera jugando con ella. Le dicen que sus padres
        les dijeron que fueran a casa cuando las luces de la calle se encendieran. Ella
        permanece ahí puesto que sus padres no tienen ninguna regla con respecto a su
        hora de llegada. ¿Cómo se siente ella?
   
         A pesar que los sentimientos
        apropiados pueden resultar obvios, es fascinante experimentar la
        facilidad/dificultad con la que algunos pacientes responden a las preguntas para
        sentir. Es también valioso para el diagnóstico el notar los diferentes tipos de
        respuesta que resultan de las experiencias individuales de los pacientes. Por
        ejemplo, un paciente respondió a la primera historia (sobre el gato
        atropellado) diciendo: “Ella se sintió feliz. Era el gato de su hermana, y la
        niña siempre lo odió. Ella quería un perro. Su madre le dijo que sólo podían
        tener una mascota, y su hermana mayor escogió. Ella siempre escogía. Ahora, ya que el gato está muerto, ¡la niña puede
        tener su perro!”. Noten así mismo la diferencia en las respuestas debajo de dos
        pacientes mujeres a la historia de los niños jugando cuando las luces de la
        calle se encendieron.
   
         (Chris, mujer profesional bien educada, en sus treintas que padece de
        ansiedad y depresión. Fue criada por un padre entrometido y extremadamente
        crítico que tenía expectativas irreales para ella, y una madre que era tan
        pasiva que la posibilidad de depresión crónica de nivel bajo fue considerada) “¡Es
        difícil para mi imaginar no tener reglas! ¡Wow!” (Risas
        incómodas) “La niña es suertuda. Ella se
        siente…orgullosa. Sus padres confían en ella para que use su juicio. Sus padres
        la aman mucho.”
                      
             (Laura es una muy inteligente, sub-educada
        madre de tres pequeños niños. Es una alcohólica en recuperación que fue abusada
        por su madre – quién luego abandonó a la familia cuando tenía nueve años –
        desdeñada por su padre, quién es un jugador compulsivo, y molestada sexualmente
        por su hermanastro)
   “Ella se siente avergonzada. Todos
        esos niños tienen gente que se preocupan por ellos – que los quieren en casa-
        que los quieren suficiente para ponerles reglas. Ella mataría por tener alguien así. A nadie le importa si va a casa o
        no; ellos no lo notan siquiera.
   
         Los sentimientos que son muy
        dolorosos para que los pacientes los expresen directamente a menudo son
        revelados durante estas sesiones. Muchos niños de familias narcisistas tienen
        tales memorias profundamente escondidas que le toma una historia para sentir
        acerca de otro niño para liberarlas.
        La mayoría de los terapeutas han tenido la experiencia de recibir llamadas de
        pacientes que han tenido una avalancha de memorias disparadas por un programa
        de televisión o un artículo del diario. Las historias para sentir trabajan de
        una manera similar pero más eficientemente. El terapeuta a menudo puede hacer
        suposiciones educadas acerca de los tipos de experiencias que el paciente haya
        tenido y que están siendo reprimidas, y pueden construir la historia de acuerdo
        a estas.
   
         Por ejemplo, la historia del niño
        que ganó el concurso de poesía fue usada en un joven que había sido criado por
        un padre extremadamente macho. El terapeuta sospechaba que el joven (que
        claramente no era homosexual) tenía fantasías y miedos de ser homosexual, pero que
        no se atrevía a reconocer o discutir. Cuando la historia para sentir se le
        mencionó, el dique reventó. Fue capaz de relacionarse con un incidente de la
        niñez en el cual intentó hacer amistades cercanas con otros niños, sólo para
        que su padre dijera o hiciera algo para arruinarlas. El niño siempre quedaba sintiéndose
        mal y culpable – nunca sabiendo qué había hecho mal, pero sabiendo que había
        algo malo con querer una relación cercana con otros varones. En la
        adolescencia, este conocimiento se tradujo en el sentimiento que el padre sabía que en el fondo, el niño era
        homosexual. Por tanto, siempre tenía la guardia puesta contra eso, ya que
        (desde luego) el padre tenía un conocimiento o percepción especial. Mientras
        sus temores de homosexualidad bien pudieron salir en con la terapia, la
        historia de sentimientos permitió al paciente usar el tiempo de su terapia
        lidiando directamente con los sentimientos de miedo, culpa y vergüenza, en vez
        de perder semanas o meses pensando cómo, cuándo y porqué mencionar sus temores.
   
         Proyección de Video
               
         Con
        esta técnica, los pacientes son capaces de recapitular incidentes cargados
        emocionalmente de su pasado mientras mantienen cierto grado de desapego. Se les pide a los pacientes que imaginen una gran
        pantalla de televisión (o cine); en ella se proyecta el incidente que ellos
        encuentren muy doloroso mencionar. Luego la describen en tercera persona.
        Usamos esta técnica extensivamente en combinación con hipnosis para liberar
        emociones en sobrevivientes de abuso sexual y otras formas de desordenes de
        estrés post-traumático.
   
         La
        Historia de Margo. Margo es una agente de bienes raíces de treinta y cinco
          años que posee su propio negocio. Ella ha estado teniendo problemas crecientes
          de ansiedad durante el día e interrumpiendo su sueño por la noche. Durante las
          primeras sesiones de terapia, ella sostuvo que su familia de origen – dos
          profesionales exitosos- fue idílica. Ella ha explorando sus patrones de sueño
          infantiles con el terapeuta, quien le ha pedido hacer una película de si misma
          como niña, durmiendo. Ella ya ha descrito el dormitorio y la cama.
            
                      Margo: Hay una pequeña niña. Ella tiene
        nueve o diez. Está en su cama, durmiendo. Entonces – hay una luz fuerte. La
        puerta del corredor se abre. La luz penetra en el cuarto.
            Terapeuta: ¿Como se siente la niña?
                      Margo: Ella esta somnolienta. Quiere dormir. Ella está…triste.
                      Terapeuta:
  ¿Porqué triste?
            Margo: Ella sabe que ahora no podrá dormir del todo. Eso la pone triste.
             Terapeuta: ¿Qué sucede ahora?
             Margo: Está triste (llorando mientras habla) por su pequeño
        hermano. Es su pequeño hermano que está en la puerta. Ahora él la cierra. Está
        llorando; ella puede escucharlo sollozar. El ha venido a la cama. Ella se mueve
        para dejarlo entrar. Él llora, y ella lo abraza. Él va a dormir. Ella está
        despierta.
   Terapeuta: ¿Como se siente ella?
             Margo: Triste. Ella está
        triste por su pequeño hermano…porque él todavía se preocupa. Ella no. Ella está
        triste porque no podrá dormir más.
   Terapeuta: ¿Qué está sucediendo
        ahora?
             Margo: Ella está viendo a su
        pequeño hermano, observándolo mientras duerme. Él luce tan dulce. Sólo tiene
        cinco. El no cerró la puerta del corredor bien, así que hay luz que se posa sobre
  él (comienza a llorar otra vez). Ella
        pone su brazo alrededor de él y lo aprieta.
   Terapeuta: ¿Qué está sintiendo,
        Margo?
             Margo: Tristeza
             Terapeuta: ¿Es eso todo?
             Margo: Tristeza…y enojo.
        Furia. Llena de furia. Ella odia a esos bastardos.
        Ellos lo molestan mucho. Ellos no merecen a un niño dulce como Teddy. Los odio. Él los ama, así que él resulta herido. Necesita
        aprender. A dejar de preocuparse. (Llorando
          fuerte y meciéndose en su silla) Me duele por él…y por mi. Yo sí me
        preocupaba, pero ellos joder lo han arruinado. Yo tuve que cuidar de Teddy, pero yo era sólo una niña. No podía hacerlo bien. El
        necesitaba padres…yo necesitaba padres. No había nadie que nos cuidara. Nadie.
   
         A medida que Margo fue capaz de
        poner las piezas juntas, descubrió que la vida familiar fue tenía como fin subir
        la autoestima de la madre, haciéndola sentir segura mientras no se le hacían
        muchas demandas. Los problemas nocturnos se erigían cuando los padres de Margo,
        que tenían una vida social muy activa, regresaban de una fiesta. La madre
        comenzaría una pelea con el padre por darle mucha atención a otra mujer, o por
        algo que haya dicho o no dicho durante la velada. La madre siempre azotaba la
        puerta, lo cual despertaba a Teddy. Entonces la pelea
        escalaría, y el padre amenazaría con irse, y la madre lloraría y le rogaría que
        la perdonara. Teddy, cuyo cuarto estaba enseguida del
        de sus padres, comenzaría a sollozar y se iría al cuarto de su hermana en otra
        ala de la casa. Margo se sentiría intensamente protectora de su pequeño hermano
        (el cual adoraba), furiosa con sus padres y temerosa por ella misma.
   
         El uso de la proyección de video
        pone distancia entre el paciente y la experiencia. Provee un margen de
        seguridad emocional, para que el paciente no “se venga abajo” y bloquee importantes
        memorias.
   
         Expresando Sentimientos
               
         “Yo Siento…Yo Quiero”
               
         Una
        vez que los individuos son capaces de 1. reconocer que ellos tienen
        sentimientos 2. etiquetar sus sentimientos, ellos son capaces de aprender a
        expresar sus sentimientos apropiadamente – la parte de “Yo Siento”. Cuando
        ellos son capaces de aceptar 3.  que
        tienen el derecho de experimentar aquellos sentimientos y 4. que tenerlos es
        importante, se vuelve mas fácil para ellos verbalizar sus expectativas a otras
        personas – la parte de “Yo quiero”. Y como ellos experimentarán pronto, una vez
        que ellos son capaces de expresar la parte de “Yo siento”, es a menudo
        innecesario que ellos digan el “Yo quiero”. Muchas veces, lo más importante es
        hacer que nuestros sentimientos se escuchen. Sin embargo, aún hay habilidades
        por aprender en la expresión de los sentimientos (6). Hay una lista de “cosas
        malas” que la gente a menudo dice cuando están experimentando fuertes emociones
        y teniendo dificultad expresándolas (vea lista en el Apéndice B). Mientras estos
        comportamientos (insultos, referencias “tu”, declaraciones “siempre/nunca”,
        traer viejas rencillas a la mesa, hacer referencias históricas, y comparar al
        otro con sus padres, entre otras) funcionan bien para:
   
         
 
         No
        funcionan bien para comunicar los sentimientos y las preferencias de tal manera
        que puedan ser escuchadas por la otra
        persona. Los individuos que reciben este tipo de técnicas negativas listadas
        arriba no se sienten valuadas o respetadas; se sienten atacadas. Los humanos no
        escuchan bien cuando sienten que son atacados, por que ellos ahora preparan un
        contraataque defensivo. Esto no es una buena receta para una comunicación
        orientada a resolver problemas. Por ejemplo, la gente responderá diferente a ¡“Tu
        siempre me interrumpes! Eres muy desconsiderado” a “Me siento dolida y furiosa
        cuando me interrumpes; Siendo que mis opiniones no importan. Me siento
        estúpida”.
   
         Por
        el contrario, los humanos si escuchan declaraciones describiendo sentimientos.
        Esas declaraciones son interesantes, descriptivas y no amenazantes – describen
        al que habla, no al que escucha. Son respetuosas de ambos lados, y tienen muy
        buenas posibilidades de ser escuchadas. No hay defensa qué preparar, porque no
        hay ataque del cual defenderse. “Yo siento…yo quiero” es comunicación adulta
        respetuosa (CAR) de lo mejor.
   
         Caroline revisada. A menudo nos referimos a Caroline (mencionada en el Capitulo Dos, cuya madre le dijo “Si tienes que pedirlo,
        pierde su valor”) cuando trabajamos con el paciente el concepto de comunicación
        adulta respetuosa, ya que su experiencia con “Yo siento…yo quiero” le pega a la
        mayoría de los sobrevivientes.
   
         Caroline estaba herida y
        enojada porque su marido continuamente olvidaba su cumpleaños. Los cumpleaños
        nunca han sido gran cosa en la familia de origen del esposo, pero sí lo habían
        sido en la de Caroline, y le gustaba la atención de
        los regalos y el sentirse realmente especial por un día. Así que se pondría
        nerviosa cuando “el gran día” se aproximara – ¿acaso él se acordaría? A medida
        que llegaba el día, mas ansiosa se mostraba, y luego enojada (“¡Que se vaya al
        diablo si no puede recordarlo!”) y en última instancia deprimida (¡Mejor me voy
        yo! No es la gran cosa; él demuestra que me ama de otras formas. No soy una
        niña) Caroline no podía recordarle acerca de su
        cumpleaños por su creencia de que al pedirlo perdería su valor. Entonces, cada
        año por los 3 primeros años de su matrimonio, ella echaba a andar su vieja
        cinta mental y terminaba teniendo un cumpleaños miserable. Y cada año, habría
        peleas post-cumpleaños, lágrimas, y miseria, donde el marido explicaría cada
        vez acerca de los cumpleaños en su familia de origen y le rogaría a Caroline que le recordara su cumpleaños; si ella pudiera
        decirle lo que le gustaría que hiciera, estaría gustoso de hacerlo. Pero
        Carolina no podía hacerlo. Las delicias del sentimiento de mártir estaban bien
        metidas en su visión del mundo. Caroline había
        comenzado terapia unas pocas semanas antes de su tercer cumpleaños dentro del
        matrimonio. Las muchas opciones disponibles para lidiar con la celebración de
        su cumpleaños – incluyendo la vieja cinta familiar con la esperanza de que de
        alguna manera, esta vez, las cosas fueran distintas – fueron discutidas.
   (vea “Regresando al pozo” en el
        capítulo cuatro). Esa fue la opción que ella escogió, e invariablemente, con el
        resultado predecible.
   
         Para su siguiente cumpleaños, Caroline era experta en CAR. Esto es lo que hizo:
             
         
        
        1.      
        
        tres meses antes de su
          cumpleaños, puso un gran anuncio en el refrigerador diciendo “¡El cumpleaños de Caroline está cerca!”
   
        
        2.      
        
        dos meses antes,
          reemplazó ese anuncio con uno que decía, “El cumpleaños de Caroline – ¡solo 8 semanas más!”
   
        
        3.      
        
        seis semanas antes, un
          anuncio actualizado se puso en el refrigerador, y pequeñas notitas color rosa
          estuvieron apareciendo por la casa, con mensajes como “¡Caroline ama las rosas amarillas!” y “El
          restaurante favorito de Caroline es…”, “Caroline adora el Chanel #5”, “¡Caroline quiere un pastel de mousse de chocolate con velas en
          su cumpleaños!” y así.
   
         Se convirtió en un juego. Caroline comenzó a divertirse y su esposo estuvo encantado.
        El quería mucho complacerla, y ahora ella le estaba indicando exactamente como
        hacerlo. ¡No es necesario decir que ella tuvo un maravilloso cumpleaños!
        Carolina cambió una situación de perder-perder en una situación de ganar-ganar
        usando la CAR – y de una manera creativa también.
   
         Conclusión
         
         El
        concepto de comunicación adulta respetuosa (CAR) parece simple, pero está
        basada en actitudes y habilidades complejas, la ausencia de alguna de estas
        haría a la CAR imposible. El terapeuta debe de ser capaz de ayudar a los
        pacientes redescubrir sus sentimientos, aprender cómo reconocerlos y
        etiquetarlos, desarrollarlos a un nivel de habilidad y confort para
        comunicarlos a otros.
   Notas 1. Viktor Frankl, Man's Search for Meaning (
             Schuster, 1963), p. 125.
             2. Robert Cohen, Communications
        Workshop, seminar given at
   
         1985.
             3. John Bradshaw, Healing the
        Shame That Binds You (
   FL: Health Communications, 1988).
             4. Herbert Benson with Miriam Klipper, THe RElaxation Response (New
             
         5. Oscar Buros, Mental Measurements Yearbook (
             Gryphon Press,
        1990).
   6. George R. Bach, The Intimate Enemy: How to Fight Fair in Love and
               Marriage (New York: William Morrow, 1969).
         Los dueños y editores de estas páginas desean declarar que el material presentado aquí es producto de nuestra investigación y experimentación en la Comunicación Superluminal. A veces nos preguntamos si los Cassiopaeans son quiénes dicen ser, ya que no tomamos nada como una verdad incuestionable. Tomamos todo con pinzas, aún cuando consideramos que hay una buena posibilidad de que sea verdad. Analizamos constantemente este material, además de una gran cantidad de otro material que llega a nuestras manos desde numerosos campos de la ciencia y el misticismo. Francamente, nosotros no sabemos CUÁL es la verdad- pero creemos que está "Allí afuera" y, tal vez, si es posible, podamos encontrar alguna de sus partes. Sí, diremos que nuestras vidas se han visto enriquecidas por este contacto, pero también nos hemos sentido desconcertados y confundidos por algunos elementos que todavía necesitan clarificación. Sí que hemos descubierto muchas cosas, en la manera de "confirmación" y "corroboración" de varios otros campos inclusive científicos e históricos, pero hay también mucho material que, por su naturaleza, no se puede verificar. Así, invitamos al lector a compartir nuestra búsqueda de la Verdad, leyendo con una mente abierta pero escéptica. Nosotros     no alentamos las ideas producto del "devotismo" ni de "Verdad Única," pero sí     alentamos la búsqueda del Conocimiento y de la Conciencia en todos campos de     trabajo como la mejor manera de ser capaces de discernir las mentiras de la     verdad. Lo único que podemos decirle al lector es esto: trabajamos muy duramente,     durante muchas horas al día, y lo hemos hecho así durante muchos años, para     descubrir la razón fundamental de nuestra existencia en la Tierra. Es nuestra     vocación, nuestra búsqueda, nuestro trabajo. Buscamos constantemente validar     y/o refinar lo que entendemos puede ser posible, probable o ambos. Hacemos esto     con la sincera esperanza de que toda la humanidad se beneficiará, si no ahora,     tal vez en algún punto de uno de nuestros futuros probables. .  Contacte     al Webmaster en quantumfuture.net  
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