Artículo Laura Knight-Jadczyk |
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¿QUIÉN
ESCRIBIÓ LA BIBLIA Y PORQUÉ?
En la época de la caída del Reino del Norte en el 722 AC, muchos de los
refugiados de Israel (que podrían ser considerados como miembros de las otras
“diez tribus”, si uno quiere mirar las cosas desde ese punto de vista), huyeron
hacia el sur, hacia las tierras montañosas del país de Judea, predominantemente
rural. Entre ellos aparentemente se contaban los sacerdotes-profetas de Shiloh
–los enemigos de Jezabel que pensaban que su rey había sido corrompido por una
mujer– que traían consigo el llamado documento E. Fue en este momento cuando el
documento E se fusionó con el J, probablemente por obra de algún miembro del
sacerdocio aarónico en Jerusalén, y como parte del programa del rey Ezequías
para consolidar su poder.
Tratando de sacar ventaja de la situación que se le presentaba –la destrucción de Israel y la asimilación de parte de su población y de sus sacerdotes– Ezequías decidió que le convenía unificar la población y centralizar todo. Él iba a ser el nuevo “David” que unificaría al pueblo, y parte de su plan incluía la unificación psicológica a través de la religión. Obviamente, Ezequías desaprovechó el |
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ejemplo de Omri de tolerancia hacia los diferentes grupos y creencias, sea por
negligencia propia o por haber estado fuertemente controlado por el sacerdocio.
El autor de P era alguien que conocía bien los textos de J y E. El texto P
no solamente era similar a aquellos dos e incluía una buena cantidad de
“duplicados” de historias originalmente aparecidas en J y E, sino que además
fue escrito con base en J y E con vistas a erigirse como una versión propia e independiente de aquellas
historias. Claramente se puede ver que fue escrito para ser presentado en lugar de J y E, y es muy probable que
en la época en que P fuera introducido, J y E hayan sido suprimidos.
P no solo iniciaba con las historias de la creación y del diluvio, al igual
que J y E, sino que también proseguía con los asuntos capitales del pacto de
Abraham, el éxodo de Egipto, y el pacto del Sinaí. Hace referencia a toda clase
de asuntos específicos que aparecen en el texto de J/E y contiene más de
veinticinco casos de relatos paralelos que
obviamente no se pretendía combinar con los de J y E, como terminó por
hacer un posterior redactor. Aun más, a pesar de que las similitudes son
flagrantes, las diferencias resultan
todavía más delatoras. La pregunta que debemos hacer es: ¿porqué consideró el
autor de P que era necesario escribir una nueva versión cuando tenía a mano la
de J y E?
Primero que todo, necesitamos considerar aquellas cosas que se dicen en J y
E que resultan significativamente diferentes en P. Hacía largo tiempo que los
pueblos del reino del norte atesoraban la tradición de haber descendido de
Moisés mismo. Sus documentos arrojan una luz muy desfavorable sobre la figura
de Aarón, presentándolo como el sacerdote del Becerro de Oro cuya hermana,
Miriam, fue azotada por la enfermedad por haber criticado a la esposa de
Moisés. Aparentemente, el reino del norte no adoraba a un dios que demandara
sacrificios, y sus creencias enfatizaban la importancia de la escogencia
directa de los profetas por parte de los dioses mismos, antes que la de
cualquier linaje sacerdotal.
En el sentido más puro, la creación de esta parte del texto tenía
motivaciones primordialmente políticas, de la misma manera que la creación de
la teología cristiana fue un asunto primordialmente político. Ambas fueron
creadas para dar énfasis a todas aquellas cosas que harían a los súbditos del
reino más susceptibles al control y a la dominación.
Ezequías se dio a la tarea de eliminar toda forma de práctica religiosa que
no fuera la forma de adoración sancionada dentro del templo de Jerusalén. Se
instituyeron rígidos controles religiosos que obligaban a la destrucción de los
lugares de adoración de cualquier dios que estuvieran situados fuera del
Templo. Estos lugares de adoración se llamaban “santuarios” y fueron
eliminados, al tiempo que la forma centralizada de religión bajo el control de
los Levitas en Jerusalén se convirtió, en términos seculares, en la ley. De
hecho, la ley de Yahvé se convirtió en la ley de la nación. Como anotáramos,
los levitas que estaban a cargo en esa época, eran los levitas aarónicos. Con vistas a entender las implicaciones de todo esto, uno debe entender qué
cosa tenía lugar en los mencionados “santuarios” y porqué. En el Oriente Medio,
el sacrificio era más que la muerte sin sentido de algún animal; principalmente
era la muerte ritual de un animal para ser consumido como alimento, antes de ofrecer parte del mismo a diversos dioses.
El punto era que si el hombre deseaba comer carne, debía de entender las
implicaciones del acto de tomar una vida, y entender además que este era un
acto sagrado que debía ser realizado de una manera prescrita y por una persona
especialmente designada –un sacerdote–, que también recibía una porción de la
misma.
Así que el efecto de esta ley fue que si la gente deseaba tener un cordero
para la cena, ya no podía realizar el sacrificio en el “santuario” local o en
su hogar: se veían obligados a cargar a cuestas su cordero hasta Jerusalén,
donde tenía lugar el cónclave de los levitas. Esto obviamente equivalía a poner
en manos de unos pocos un enorme control y poder económico. Al mismo tiempo los
levitas aarónicos que estaban redactando el texto de esta nueva Torah, se
aseguraron de estipular la necesidad de agregar ciertos sacrificios específicos
en honor de Yahvé y por encima de la mera muerte ritual cuya intención era
llenar el plato de la cena. Así aseguraron el enriquecimiento del sacerdocio a
expensas del pueblo.
No obstante, la sola intención de centralizar la religión en ese preciso
momento de la historia, aunada a la redacción del documento P, nos lleva a una
de las claves más importantes acerca de la supuesta existencia del Templo de
Salomón en Jerusalén.
Verán, una de las principales controversias de la Biblia en términos de
análisis de la evidencia interna con vistas a determinar quién escribió qué y
cuándo, la constituye el período en que se origina el documento P. Por largo
tiempo se ha aceptado que J y E provenían de un período anterior, el de los dos
reinos de Judea e Israel (siglos 8avo. y 9no. AC), como veremos un poco más
adelante. Pero tratar de dilucidar quién escribió el documento P ha sido una
tarea sumamente difícil. Y el hecho es que P es la más voluminosa de todas las
fuentes, con un tamaño similar al de las otras tres juntas.
El documento P incluye la historia de la creación del primer capítulo del
Génesis. Incluye también la versión cósmica de la historia del diluvio en la
que las puertas del cielo y las fuentes del abismo se abren para inundar el
mundo. Tiene las historias de Abraham, Jacob, el Éxodo, y el viaje a través del
erial, la mayoría de las cuales son duplicados de historias que aparecen en J y
E. También contiene un enorme cuerpo de leyes, que cubre cerca de treinta
capítulos del Éxodo y Números, así como TODOS los libros del Levítico. Así que esta es una pregunta altamente
pertinente que no debemos tomar a la ligera.
En 1883 Edward Reuss dio una conferencia a sus estudiantes en Estrasburgo.
En ella afirmó que los profetas bíblicos no se refieren a la ley sacerdotal, no
citan el material contenido en el documento P, ni tampoco dan siquiera la
impresión de estar familiarizados con él. A partir de esta observación Reuss
concluyó que la ley es posterior a los profetas.
[i]
Reuss, por supuesto,
tenía miedo de decir esto en público, así que hubo de esperar cuarenta y seis
años para publicar una monografía acerca del asunto en 1879. En esa época uno
de sus estudiantes más intrépidos ya había llevado la idea más lejos,
publicando su propia monografía del tema.
Este estudiante era Karl Graf. Habiendo sido convencido por Reuss de que la
ley era posterior a los profetas, comenzó su propio análisis del texto en busca
de claves. Ya se daba por un hecho que D había sido escrito posteriormente a J
y E, durante el tiempo de Josiah, así que Graf asumió a priori que P debía
haber sido escrito luego de eso, durante el período del Segundo Templo. Eso
formaba parte del punto de vista posteriormente sintetizado por Wellhausen, y
que sostenía que el elaborado sistema legal y ritual, así como la
centralización del sacerdocio, fueron desarrollos posteriores dentro de la vida
de los israelitas, hacia el final del período bíblico.
Había un serio problema con la idea de que P había sido escrito por un
miembro del sacerdocio de la época post-exilio: no se menciona ningún Templo en
todo el documento P. En P Yahvé nunca le ordena a Moisés decir al pueblo que
debían construir un templo. No existe una sola ley dentro de P que requiera de
la presencia de un Templo, y más aún, a pesar de que P habla del Arca de la
Alianza, de un altar, de querubines, de Urim y Thunimm, y de otros accesorios
sagrados propios de la actividad de la adoración, no existe una sola referencia
a un Templo.
[ii]
La solución de Graf al problema del “Templo perdido” fue que el Templo sí
se menciona en repetidas ocasiones, pero bajo el término de Tabernáculo. El Tabernáculo era la
tienda de las asambleas que Moisés erigió en el desierto para guardar el Arca
de la Alianza. En el documento E solo se menciona tres veces y en J y D del
todo no se menciona. Por otro lado, ¡P lo menciona cerca de doscientas veces!
Además P suministra elaborados detalles acerca de sus materiales, su
construcción y las leyes que se le relacionan. Es un aspecto bastante común
dentro de las historias de P; todas las reuniones del pueblo tienen lugar en el
Tabernáculo. En pocas palabras, el Tabernáculo era esencial para P.
Así que la solución de Graf era que el Tabernáculo nunca había existido, que era una ficción creada durante el período
del Segundo Templo porque el escritor deseaba establecer un código de leyes que
representara los intereses de los sacerdotes del Templo y necesitaba la
antigüedad y autoridad de Moisés para validar la idea de que el Templo era el
reemplazo del Tabernáculo.
Así es que Graf decidió que el Tabernáculo debía haber sido falsa y
deliberadamente creado para transferir la autoridad que representaba hacia el
Templo, y las leyes que habían requerido de la presencia del Tabernáculo ahora
requerían de la presencia del Templo. De esa manera propuso que el Tabernáculo
Sacerdotal había sido una ficción literaria y legal creada en la época
post-exilio por el autor de P para dar soporte a la idea de la reconstrucción
del templo durante el período del Segundo Templo.
Y entonces aparece de nuevo Wellhausen. Una vez hubo aceptado la teoría de
Reuss de que la ley fue posterior a los profetas, y la teoría de Graf de que el
Tabernáculo no era otra cosa más que un símbolo del Templo, sugirió que en el
documento P la centralización de la religión no era algo que se requiriera,
como sí lo era durante el período del documento D, sino que más bien era algo
ya existente. Aseveró que las leyes y las historias de P toman la centralización como un hecho.
En la lista de los diferentes tipos de sacrificios incluidos en P hay uno
que se llama “ofrenda por el pecado”, y otro que se llama “ofrenda por la
culpa”. Tales sacrificios no se mencionan en J, E o D. Wellhausen dedujo que
era lógico pensar que estas ofrendas fueran establecidas después del exilio,
cuando la gente se sentía culpable y creía que el exilio era un castigo por sus
pecados.
En la lista P de días festivos hay uno que se conoce como el Año Nuevo de
la Caída, o Festividad de los Tabernáculos, seguida diez días después por el
Día de la Expiación. Ninguna de estas
festividades se menciona en J, E o D. Y puesto que estas festividades
involucran la expiación de los pecados, Wellhausen concluyó que ello probaba
que formaban parte del período del Segundo Templo cuando Israel estaba agobiada
por el sentimiento de culpa de que su falta de fe en Yahvé había provocado la
destrucción del reino y el exilio en Babilonia.
Otra “prueba” que fue aceptaba por Wellhausen como demostración de que P
había sido escrito luego del exilio, fue el “asunto de Ezequiel”. Ezequiel fue
un sacerdote aarónico exilado en Babilonia, lugar donde escribió el libro que
lleva su nombre. El Libro de Ezequiel está escrito en un lenguaje y estilo
marcadamente similares a los del documento P. Hay pasajes completos en Ezequiel
que corresponden, palabra por palabra, a extractos de P. En Ezequiel el autor
declara que en el futuro solo ciertos levitas podrían llegar a ser sacerdotes,
mientras que todos los demás quedarían descalificados a causa de sus pecados
pasados. Los únicos levitas que podrían fungir como sacerdotes serían aquellos
que fueran descendientes de Zadok, el sacerdote aarónico de David. Así es que,
de acuerdo a Ezequiel, solo los sacerdotes aarónicos zadokianos serían
legítimos, mientras que todos los demás quedarían excluidos.
También queda bastante claro que, cualquiera que sea el contexto, para el
documento P solamente los aarónicos son sacerdotes. P sencillamente no le da ningún grado de legitimidad a los descendientes
de Moisés (los sacerdotes de Shiloh). Así que Wellhausen decidió que P
debía haber sido escrito durante los días del Segundo Templo cuando los
sacerdotes aarónicos ascendieron al poder, tomando la profecía de Ezequiel como
inspiración. En ese momento de la historia terminó la competencia entre las
familias sacerdotales. Los aarónicos habían ganado y uno de ellos escribió una
“Torah de Moisés” que reflejaba esta victoria.
Era un buen argumento, pero como dice Friedman: “era lógico, coherente, persuasivo... y erróneo”
[iii]
Reuss estaba equivocado desde el principio de la discusión porque está
claro que los profetas sí citan a P, principalmente Jeremías. Es un hecho que
Jeremías parece solazarse en jugar con el documento P e invertir su lenguaje en
formas bastante ingeniosas. También es posible ver cómo Jeremías rechaza el Arca de la Alianza en uno de
los giros que da al lenguaje del documento P. Ezequiel también parece conocer
bastante bien el documento P, y el lector quizás quiera referirse a Friedman
para ver una lista de las comparaciones.
En 1982 Avi Hurvitz, de la Universidad Hebrea de Jerusalén demostró que el
documento P estaba escrito en una forma más antigua de hebreo que el trabajo de
Ezequiel, así que la idea de Wellhausen de que había sido escrito después de la época de Ezequiel recibió
un duro golpe. En años recientes otros cinco académicos han descubierto
evidencia lingüística adicional de que la mayor parte de P está escrito en una
forma de hebreo bíblico que es anterior a los días del exilio en Babilonia.
La conclusión es: Reuss estaba equivocado, Graf estaba equivocado y
Wellhausen estaba equivocado. Pero en su error había conseguido resaltar un
trozo crucial de evidencia que apuntaba hacia algo completamente diferente: el asunto del Tabernáculo. Este
Tabernáculo nos pone cara a cara con la pregunta de cuándo fue que se construyó (si es que del todo se construyó) el famoso
“primer templo” de Salomón en Jerusalén.
Jerusalén ha sido excavada una y otra vez, habiendo sido
objeto de un período particularmente intenso de investigación de los restos de
la Edades de Bronce y de Hierro durante las décadas de 1970 y 1980, bajo la
dirección de Yigal Shilo, de la Universidad Hebrea, concretamente en el área de
la ciudad de David, el corazón urbano de la ciudad. De manera sorprendente,
como señalara el arqueólogo David Ussishkin
de la Universidad de Tel Aviv, el trabajo de
campo allí y en otras partes de la Jerusalén bíblica no arrojó ninguna evidencia significativa de ocupación durante el siglo
décimo. No solo había ausencia de vestigios de arquitectura monumental,
sino inclusive de cualquier fragmento de cerámica. Algunos estudiosos han
argumentado que los posteriores trabajos masivos de construcción en Jerusalén
habían destruido toda evidencia de la temprana ciudad, pero el caso es que las
excavaciones en la ciudad de David revelaron impresionantes restos que datan no
solo del siglo décimo AC, sino inclusive de la Mediana Edad de Bronce y de los
siglos tardíos de la Edad de Hierro. El dictamen más optimista acerca de esta
ausencia de evidencia es que la Jerusalén del siglo décimo tenía una extensión bastante
limitada, quizás similar a la de
cualquier aldea típica del país montañoso. Esto... coincide con el...
patrón que presenta el resto de Judea durante ese mismo período, que se
componía de una veintena de pequeñas
aldeas y unos cuantos miles de habitantes, muchos de los cuales eran pastores nómadas.
[iv]
Para el siglo 7 AC, Jerusalén finalmente se había convertido en una ciudad
relativamente grande, dominada por el Templo al Dios de Israel que servía como
único santuario nacional. Pero este era el Segundo Templo, construido como
resultado de la visión de los “cautivos” que habían retornado de su exilio en
Babilonia.
El sacerdocio que retornó de Babilonia desarrolló la Biblia com si fuera un
estricto documento histórico con vistas a amalgamar a un pueblo disperso y
cansado por las guerras, y probar que habían experimentado una historia
estremecedora bajo la directa intervención de Dios. La épica gloriosa de la
monarquía unificada era, al igual que todas las historias de los patriarcas, de
las conquistas y del Éxodo, una brillante composición que amalgamaba todos los
cuentos y leyendas heroicas de la antigüedad en una sola profecía del pueblo de
Israel que data del 7mo. siglo AC y era a la vez coherente y persuasiva.
Toda una elaborada teología se ha desarrollado con la idea de validar la
conexión entre los herederos de la línea davídica y el destino del pueblo de
Israel. De acuerdo a esta historia fabricada, David fue el primero en erradicar
la abominable influencia de los “otros dioses”. A David, fiel y devoto servidor
de Yahvé, le fue encomendad la tarea de completar el trabajo inconcluso de
Josué, a saber, conquistar el resto de la Tierra Prometida y establecer un
glorioso imperio sobre todos los territorios que le habían sido prometidos a
Abraham. Esto de hecho reflejaba las ambiciones políticas de los sacerdotes que
detentaban el poder, y no la historia tal y cual en realidad había tenido
lugar. Así que el glorioso relato de David y Salomón y su maravillosa Arca fue
creado para inspirar a las masas. Creemos, por supuesto, que estas historias
estaban basadas en modelos más antiguos, pero lo que resulta claro es que el
Gran Rey Salomón –quien quiera que este haya sido originalmente– no fue ni rey
de Israel ni adorador de Yahvé.
De toda esta búsqueda por cuando menos una evidencia clara de la existencia
de un gran Templo en Jerusalén durante el período en cuestión, me temo que he
salido con las manos vacías. Inclusive Finkelstein, citado más atrás, en cierta
manera elude el asunto. Dice que en el siglo 7 AC Jerusalén era “una ciudad
relativamente grande dominada por el Templo a Yahvé”. Si ese fuera el caso, el
documento P no se habría enfocado tan asiduamente en el Tabernáculo. El poner palabras en boca de Moisés de manera retroactiva, parece cosa harto
sencilla; hasta ahora ello nunca fue obstáculo alguno para los sacerdotes, así
que ¿porqué tanta algarabía en relación con el Tabernáculo? Ellos podrían haber
eludido del todo este problema haciendo exclamar a Moisés: “cuando lleguen
allí, guarden el Tabernáculo y construyan un Templo”. Pero por alguna razón esa
nunca pareció ser una opción. Claramente, esta “Tienda de las Asambleas” era
algo que el documento P había tratado de establecer como elemento de gran
significado para el pueblo. Por alguna razón, su importancia debía ser
enfatizada, y su estatus histórico como único y legítimo Tabernáculo por encima
de toda otra tienda similar, debía quedar clara. Encontramos varios elementos
nuevos dentro del documento P que obviamente eran resultado de manipulación de
cosas que eran sabidas y aceptadas por la gente y que requerían de “retoques”
específicos para servir a los propósitos de los sacerdotes.
Primero que nada tenemos una nueva Festividad
de la Caída, que antiguamente se conocía como la Festividad de los Tabernáculos. Luego tenemos la presencia de un
Tabernáculo específico. Finalmente tenemos la razón de que este tabernáculo sea
designado como el único y legítimo: ¡guarda un objeto en su interior, un objeto
llamado el Arca de la Alianza!
Todas las referencias al Tabernáculo dentro del documento P sugieren que
era un objeto con tremendo valor histórico puesto que fue ensamblado bajo la dirección del propio Moisés. El
documento P lo describe como el santuario que guardaba el Arca de la Alianza,
el Urim y Thummim, y los querubines. El documento P nos dice que el Tabernáculo
mismo fue construido con maderas preciosas, oro, bronce, lana entretejida con
hilos dorados, escarlata y púrpura, y con una cubierta de cuero rojo.
A pesar de que se supone que el Tabernáculo, con todo y Arca en su
interior, residía en Shiloh (según el documento P), el documento E por su
parte, propio del reino del norte,
dominio de los sacerdotes de Shiloh, ¡nunca
menciona Arca. alguna! De acuerdo al texto de E, la “Tienda de Asambleas”
era el signo más importante de la presencia de Dios. Dios estaba dentro de la tienda, no dentro del Arca.
Y está claro que había muchas “Tiendas de Asamblea”. Por otro lado, el documento J menciona que el Arca fue de suma importancia
para los hijos de Israel durante su viaje hacia la Tierra Prometida. En el
libro de Números se dice que mientras viajaban el Arca era portada delante de
todos. Otro texto dentro del documento J enfatiza la función del Arca como
“arma” de carácter militar, indicando que sin la presencia de ella, el éxito de
cualquier empresa militar resultaba imposible. Y luego, por supuesto,
encontramos en las referencias dentro de J al Templo de Salomón, que el Arca
era el objeto más importante que contenía. ¡No debería sorprendernos que dentro
del documento J no haya mención alguna a la Tienda de las Asambleas!
Esto, claro está, supone un pequeño problema. Si el reino de Omri fue el
mitificado/historizado Reino Judío de Salomón, y aún así no se tenía
conocimiento de ningúna “arca”, y además hay evidencia clara de que con
anterioridad a Ezequías, nunca hubo un Templo de Salomón en el reino de Judea
que pudiera haber contenido dicha arca, entonces ¿de dónde proviene la idea de
esta arca? ¿Qué cosa era en realidad el Templo de Salomón? Bueno, ya retornaremos
a este asunto. Por ahora es preciso que entendamos que, sea pro mitificación de
la historia o por historización del mito, ha habido aquí una seria labor de
prestidigitación. Tiendas que anteriormente eran usadas con un propósito
particular ahora son eliminadas, a la vez que se ha echado a andar un proceso
de centralización variando el enfoque hacia una única tienda. La legitimación
de esa tienda se basa en su función como “albergue del arca”, y se han
insertado dentro del documento P todos los “antecedentes históricos” necesarios
para justificar el uso de dicha tienda.
Cualquiera que haya sido el uso para el que se destinara la Tienda de
Asambleas en épocas antiguas, es interesante notar que el carácter general de
todo el documento J –el documento de pueblo del arca– es mucho más balanceado
en su actitud hacia la mujer. El documento E –proveniente de los sacerdotes del
reino del Norte, el pueblo de la tienda– era de una perspectiva muy
homocéntrica, concentrándose en los personajes masculinos y con ausencia de
heroínas tales como la Tamar del Génesis 38. ¡No extraña que Jezabel haya
expulsado a sus autores en la forma en que lo hizo!
Hablando de Jezabel, la penúltima mención del arca en toda la Biblia
aparece en 2 Crónicas, 8:11
[v]
, mención que hace
referencia a Salomón y su esposa, la hija del faraón.
Salomón trasladó a la hija del faraón de la ciudad de
David al palacio que había edificado para ella, porque pensó que su esposa no
debía vivir en la casa de David, rey de Israel, ya que los lugares donde había
estado el arca del Señor eran sagrados.
La antepenúltima mención del arca también ocurre en 2 Crónicas, 35:3:
Además, a los levitas, que eran los maestros de todo
Israel y que estaban consagrados al Señor, les dio las siguientes
instrucciones: “Colocad el arca sagrada en el Templo que construyó Salomón,
hijo de David, y rey de toda Israel. Ya no tendréis que llevarla en hombros.
Ahora dedicaos a servir al Señor vuestro Dios y a Su pueblo Israel.”
En breve discutiremos sobre la autoría del libro de Reyes, pero en este
punto digamos que la autoría de Crónicas refleja el lenguaje y los intereses de
los sacerdotes aarónicos. Exaltan de manera muy especial a Ezequías, lo cual
nos podría indicar que este fue el momento histórico en que se produjo el
documento P.
La última mención del arca en la Biblia viene de boca de Jeremías en forma
de un comentario despectivo del tipo “¡Se los dije!”:
Y acaecerá que en aquellos días cuando os halláis
multiplicado sobre la tierra, el Señor ha dicho que ya no volveréis a referiros
al arca de la alianza. Nunca más volverá a vuestra mente, ni la recordaréis,
extrañaréis o visitaréis, ni tampoco pensaréis en repararla o fabricarla de
nuevo.
¡Curioso destino para el artículo más importante en toda la historia judía!
(cuando menos de acuerdo a la Biblia). Pronto veremos la razón de esta actitud
de Jeremías hacia el arca. El punto es que él habla del arca como si se hubiera
estropeado o requiriese ser remplazada. Casi con todo seguridad, esto sugiere
que los babilonios destruyeron el arca que existía en la época del reino de
Judea junto a casi todo lo demás. Lo que resulta extraño es la implicación de
que ya no tendría suficiente valor para ellos como para haberla montado en los
carros del botín, o habría sido incluida en la lista de objetos que se
mencionan como hurtados del templo. Y para aquellos que se sientan inclinados a
pensar que la ausencia de esta mención apuntaría a la existencia de algún gran
secreto o conspiración, permítanme señalar que las muchas confabulaciones que
existen en la Biblia tienen un solo objetivo: inflar la importancia de Yahvé.
Los autores consiguen ello echando mano de cualquier cosa que les sirva como
lección para mantener el pueblo de Yahvé en raya. Si la pérdida del arca de
alguna manera pudiera haber sido utilizada para inducir un sentimiento de
culpa, no dudo de que así lo hubieran hecho. Lo que parece cierto es que, a
partir de cierto momento de la historia, lo que existió en Judea no era más que
un arca substituta. Así es que en la época del exilio, su pérdida no habría
tenido mayor importancia.
Parecería que cuando ya no se requería del arca para legitimar la
existencia de un único Tabernáculo, esta dejó de ser importante. La idea de que
fue llevada por los judíos durante su huída hacia Egipto y luego hacia Etiopía,
no es más que otra pista falsa. Hay muchas Arcas que pretenden ser la legítima
y original. Una de ellas se encuentra en Axxum, Etiopía. Este objeto ha sido
venerado por siglos, albergado dentro de una capilla especial y custodiado por
un sacerdote cuya vida entera se dedica a mantener la capilla y sus terrenos.
Es obvio que si el Arca de Axxum fuera la verdadera, las autoridades de Israel
no se habrían detenido hasta haberla recuperado. A pesar de los rumores, eso
nunca ha ocurrido.
Nuevamente recordemos que aún si el arca que existía durante la época de la
destrucción a manos de los babilonios no fuera más que un objeto
“representativo”, habría estado basada en un objeto real que existió en
determinado momento y lugar, cuya historia había sido mitificada para luego ser
re-historizada. No obstante, esto asesta un nuevo golpe a todos los buscadores
del Arca de la Alianza bajo el Templo de Salomón en Jerusalén.
Retornando al Primer Templo, observamos que Finkelstein menciona que la
evidencia de la total destrucción de Jerusalén se encuentra claramente presente
en los estratos arqueológicos, y que definitivamente revela la violencia y la
metodicidad con que la ciudad fue borrada del mapa; pero no hace mención a
Templo alguno. Eso no significa que en determinado momento no se hubiera
construido uno en Jerusalén, solo que no fue Salomón el que lo construyó, ni
tampoco se construyó en el siglo 10 AC. Y el asunto de si existió o no un
Templo de Yahvé en la época específica de Ezequías, cuando se producía el texto
del documento P, es problemático.
Lo cierto es que parece que un templo existió en la época de la destrucción
del reino del norte. Una clave que apunta hacia ello es la referencia a la
labor de “reparación” del Templo emprendida por Ezequías como parte de sus
reformas. Pero en lugar de haber reparado el Templo de Yahvé, bien podría haber
reparado y remodelado el templo de algún otro dios en Jerusalén declarando que
se trataba del “Templo de Salomón” cuando en realidad no lo era. Así pues,
habría tenido mucho sentido legitimar el Tabernáculo como hogar temporal del
arca, para luego transferir ese hogar a un Templo “purificado”.
El autor del documento P habla acerca del “Templo de Salomón” y los objetos
que contenía, pero ninguno de ellos estaba presente en el Segundo Templo, y
tampoco eran estos considerados como importantes. Este es otro de los puntos
que viene en apoyo de la idea de que el documento P se escribió antes del
período del segundo Templo. ¿Por qué iba el autor a hablar de objetos que ya no
existían como si todavía existieran, aun cuando seamos de la idea de que su
declarada existencia no era más que la deliberada sustitución de una idea por
otra? Además, ya hemos hecho referencia al sorprendente silencio de la Biblia
en cuanto al destino del Arca, con la sola excepción del breve y sugerente
comentario en Jeremías.
El Arca tenía una reputación letal. Se supone que el solo tocarla tenía
consecuencias fatales. Luego de una batalla, 50,000 soldados filisteos
abruptamente levantaron un campamento con el arca abierta de par en par y todos
ellos fallecieron mientras dormían. Su rey se apresuró a ordenar que fuera
sellada y enviada de nuevo a manos de los israelitas. Uno de los portadores del
arca tropezó y la tocó, y resultó muerto al instante. Dos de los hombres de
Moisés echaron un vistazo a su interior y no vivieron para contarlo. Moisés se
aseguró de que ambos fueran enterrados en pleno desierto y lejos del
campamento. Algunas personas han argumentado que esto indica que se trataba de
un objeto radiactivo o cuando menos de un aparato tecnológico de algún tipo. Es
seguro que de haber sido un objeto tan poderoso desde el punto de vista
militar, se habría mencionado su uso en contra de los babilonios. Y de seguro
también se habría mencionado el hecho de que a pesar de toda su fama, nada pudo
hacer en contra del poderío de Nabucodonosor, o de que un terrible destino cayó
sobre aquellos que se la llevaron consigo, en caso de que alguno de estos dos
eventos hubiera tenido lugar. Pero no fue así, y esa podría ser la razón del
subsiguiente silencio. A fin de cuentas, las únicas historias que tenemos
acerca de la presencia o uso concreto de un arca son los mitos historizados (o
historia mitificada) que nos llevan de vuelta a una época muy anterior al exilio
impuesto por los asirios en Babilonia. Uno no puede menos que preguntarse
también acerca de la destrucción del Reino del Norte por Hazael. Si el arca
hubiera estado presente allí, habría tornado a los omritas en una fuerza
militarmente invencible. Por otro lado, en caso de que Hazael se hubiera
apropiado del arca, en alguna parte se habría hecho mención de ello. Así que el
arca estaba precedida de una enorme fama, no obstante lo cual sobrevino la
destrucción. ¿Cuál sería, entonces, la explicación de los sacerdotes? No
funcionó, y era mejor olvidar todo el asunto antes que tener que enfrentar las
preguntas de la gente.
En este punto los autores de la Biblia sencillamente no pudieron salirse
con la suya, así que ni siquiera lo intentaron. Además resulta claro que en la
época del segundo Templo ya no tenían más necesidad del arca, así que
sencillamente se dejó desvanecer su recuerdo en el olvido como si fuera otra
historia más del glorioso pasado de los ancestros. De nuevo, sugiero que todo
esto estaba basado en una semilla de verdad proveniente del remoto pasado, pero
averiguar concretamente a qué cosa estaba relacionada no va a ser tan sencillo
como pretenden los muchos cazadores del Arca contemporáneos. Una cosa parece
segura: no hubo ningún Templo de Salomón en Jerusalén, ni Arca de la Alianza
dentro de cualquiera templo que haya existido allí. Así que podemos descartar
las historias del Arca de Axxum o del rescate del Arca de debajo del Templo por
parte de los Templarios o del Emperador Romano Tito.
Sin embargo, la persona que escribió el documento P presentó un Tabernáculo
específico, la Tienda de Asambleas, que contenía la personificación misma de
Yahvé en el arca, como centro de la vida religiosa de Israel desde la época
misma de Moisés y por todas las épocas subsiguientes, lo cual nos lleva a la
conclusión de que P debió haber sido escrito antes que D, puesto que en el
texto de todas las leyes descritas en P se dice claramente que los sacrificios
y otras ceremonias deben tener lugar a la
entrada del Tabernáculo y en ningún otro sitio excepto este, y que esta
será la ley “por siempre”. También demuestra que el Tabernáculo era el centro
de culto en Jerusalén hasta el momento en que un templo de cierto tipo fue
construido, o bien “purificado”, para tal propósito, y eso probablemente tuvo
lugar en la época de Ezequías.
Friedman sugiere que el Tabernáculo fue posteriormente colocado en el sanctasanctórum de un Templo en
Jerusalén, bajo las alas extendidas de los “querubines”. Pero como ya hemos
visto, no existe ninguna evidencia arqueológica de la existencia en Jerusalén
de un templo de las dimensiones del Templo de Salomón, así que no nos queda más
opción que pensar que se utilizó un templo de menor tamaño, o bien que hasta la
época del Segundo Templo todo lo que existía era la tienda del Tabernáculo.
En las historias de ese rey específicamente judío, Salomón, que ahora
tenemos la sospecha de que se trata de Ahab asimilado dentro de un arquetipo
todavía más antiguo, se dice:
Y trajeron el arca de Yahvé y la Tienda de las Asambleas
y todos los otros implementos sagrados que se encontraban dentro de la tienda.
[vi]
Josefo, el historiador judío, también escribió que el Tabernáculo fue traído al Templo, pero ya se ha
señalado anteriormente que él obtuvo su “interpretación mística” del
Tabernáculo de Filo de Alejandría. De cualquier manera, todo esto nos lleva a
preguntarnos: ¿qué tipo de actividades se realizaban dentro de la Tienda de
Asambleas antes de que fuera deliberadamente designada como albergue del arca?
¿Porqué habría una tienda de llevarse al interior de un templo, excepto con el
fin de modificar su función?
En cuanto a la destrucción del “Templo” en Jerusalén, en Salmos 74:7
leemos:
Lanzaron tu santuario a la hoguera; profanaron tu
Tabernáculo y lo derrumbaron
Sin embargo, mediante un análisis textual
[vii]
ya se ha
sugerido que el Salmo 50 y los Salmos 73 al 83 fueron compuestos entre los años
730 y 720 AC para la adoración festiva en el santuario norte de Bethel, y
posteriormente aceptados en Jerusalén con correcciones marginales. Así que, o
esta referencia a la quema y profanación del Tabernáculo tiene que ver con un evento anterior, previo a la caída
del reino del norte, o bien fue añadida al himno conmemorativo luego de la
Caída de Jerusalén. Ello sugeriría que el Tabernáculo que fue establecido como
único Tabernáculo en Jerusalén fue tan solo una creación de esa misma época, o
–de nuevo lo decimos– que nunca existió un Templo anterior al período del
Segundo Templo.
[i] Friedman, op. cit., p. 162. [ii] Ibid, p. 163 [iii] Ibid, p. 167 [iv] Finkelstein, op. cit., p. 2001
[v]
¡Bonitos números para los
esoteristas!
[vi] La Biblia, 1 Reyes 8:4 ; 2 Crónicas 5:5
[vii]
Goulder, Michael D., The Psalms of Asaph
and the Pentateuch (“Los Salmos de Asaph y el Pentateuco”), Sheffield Academic
Press 1997.
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