Artículo
Laura Knight-Jadczyk
 
 

¿QUIÉN ESCRIBIÓ LA BIBLIA Y PORQUÉ?

  LA TRIBU DE DAN
Extraído de
Historia Secreta del Mundo

de Laura Knight Jadczyk

Derechos Reservados 2001, ninguna parte de este texto puede ser copiado, almacenado, o reproducido por ningún motivo sin el consentimiento escrito de la autora.


El análisis de las genealogías de la Biblia es sumamente esclarecedor. De acuerdo al libro de Crónicas no existe una genealogía para la tribu de Dan. Numerosos académicos han hecho la observación de que los muchos nombres que aparecen en las genealogías mismas son evidentemente geográficos, o bien, que están relacionados a nombres de lugares, mientras que otros son definitivamente nombres personales. [i] Pero el caso de la tribu de Dan es especial, y encierra una clave para ayudarnos a dilucidar los asuntos del Templo, el Tabernáculo, y el Arca de la Alianza. En II Crónicas 2:11-14, el historiador del documento D escribe:

 

   
 
 
 
 
 
 
 

 

HISTORIA SECRETA Y CONSPIRACIONES Artículos:

Nuevo! ¿Quién escribió la Biblia?
Nuevo! Schwaller de Lubicz y el Cuarto Reich
Nuevo! Oscuridad sobre el Tibet
La Verdadera Identidad de Fulcanelli y el Código DaVinci

Cointelpro Cósmico

¿Qué es el HAARP?

La Conspiración de la Puerta Cósmica Parte 1
La Conspiración de la Puerta Cósmica Parte 2
 
banner del foro
 
 
 
 
 
VIDEO: Ponerología Política
 
Ponerología
Señales de los Tiempos
 
El Experimento Cassiopaea
 

La serie de La Onda

Introducción
Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
Parte 5
Parte 6
Parte 7
Parte 8
Parte 9

Parte 10a
Parte 10b

Parte 10c
Parte 11a
Parte 11b
Parte 11c
Parte 11d
Parte 11e
Parte 11f

 
Aventuras Con Cassiopaea

Introducción
Parte 1
 
Serie La Búsqueda del Grial y El Destino del Hombre

Parte 1
 
quantum future physics
 

 

"Los desastres suponen ciclos en el ciclo de la experiencia humana [...] El ciclo humano refleja al ciclo de catástrofes. La Tierra se beneficia con una limpieza periódica. Es hora de prestar atención a los Signos. Se están incrementando. Se pueden incluso "sentir," si prestan atención."

 


"La vida es religión. Las experiencias de la vida reflejan cómo uno interactúa con Dios. Aquellos que están dormidos son aquellos de poca Fe en términos de su interacción con la creación. Algunas personas creen que el mundo existe para que ellos lo superen, lo ignoren o lo acallen. Para estos individuos, los mundos dejarán de existir. Se volverán exactamente aquello que le han dado a la vida. Serán simplemente un sueño en el "pasado." Las personas que prestan una rigurosa atención a la realidad objetiva, mirando hacia todas partes, pasarán a ser la realidad del "Futuro."

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Entonces Hiram, rey de Tiro, respondió por escrito a Salomón diciéndole: “Porque tanto amó el Señor a su pueblo que os ha hecho su rey”. Dijo además Hiram: “Bendito sea el Señor Dios de Israel que hizo el cielo y la tierra, que le dio al rey David un hijo sabio dotado de enorme prudencia y entendimiento, y que habrá de construir una casa para el Señor, un palacio digno de su reino. Yo os he enviado a mi fiel consejero Huram-abi, hombre ducho e inteligente, hijo de una de las hijas de DAN; su padre era un hombre de Tiro. Él es experto en el trabajo del oro, la plata, el bronce, la piedra y la madera; en colores como el púrpura, el azul y el carmesí, y en la fabricación de finos linos, y además es hábil tallador, capaz de ejecutar cualquier diseño que le sea comisionado, y es mi deseo que trabaje con vuestros hábiles hombres y con los hábiles hombres de mi señor David, vuestro padre.

La anterior se supone que es una carta enviada por Hiram, rey de Tiro, a Salomón, en la que discute acerca de los atributos de un hombre en particular, fiel consejero del gran Hiram, que es enviado para ayudar al hijo de David como un favor especial. Este hombre es presentado como un gran diseñador y arquitecto. Su nombre es mencionado, y se indica que su madre pertenece a la tribu de Dan. Él será el arquitecto del Templo de Salomón. En otras palabras, es el modelo del arquetípico “gran arquitecto” Hiram Abiff, de gran importancia dentro de la masonería.

Así, ¿cuál es el problema?

Echemos un vistazo al siguiente extracto de Éxodo 31:1-7:

Y el SEÑOR habló a Moisés diciéndole: “Mirad, que he dado por nombre Bezalel al hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo he llenado del espíritu de Dios para que sean grandes su sabiduría, entendimiento y conocimiento, y no pocas sus habilidades de artífice, para ejecutar expertos trabajos en oro, plata y bronce, para la cortadura de piedras de mampostería, para la talla de la madera, y para el trabajo en toda suerte de oficios. Y mirad, que junto a él he designado a Aholiab, hijo de Ahisamach, de la tribu de DAN; y a todos aquellos hombres juiciosos les he dado la sabiduría y habilidad necesarias para llevar a cabo todas las cosas que os he comandado: la tienda de las asambleas, el arca del testimonio, y el asiento misericordioso que se encuentra sobre esta, así como todos los muebles de la tienda...”

La anterior descripción de la orden para la construcción de la Tienda de las Asambleas y el Arca suena casi idéntica a la supuesta carta de Hiram a Salomón, incluyendo una enorme similitud en los nombres dados al artífice principal: Huram-abi, de la tribu de Dan, se ha convertido en Hur, de la tribu de Judá:

Y Bezalel hijo de Uri, de la tribu de Judá, hizo todo cuanto el SEÑOR  le había ordenado a Moisés. Y con él estaba Aholiab, hijo de Ahisamach, de la tribu de Dan, habilidoso tallador y artífice, y bordador de finos linos en azul, púrpura y escarlata.

El siguiente problema lo encontramos en I Reyes, capítulo 7:13-21, donde se da esta confusa información acerca de Hiram:

Y el rey Salomón mandó traer desde Tiro a Hiram, que era hijo de una viuda de la tribu de Neftalí, y cuyo padre era un nativo de Tiro experto en trabajar el bronce. Hiram era muy hábil e inteligente y conocía la técnica para hacer cualquier trabajo en bronce, así que se presentó ante el rey Salomón e hizo todos sus trabajos. Fundió dos pilares de bronce que medían ocho metros de alto y cinco metros y medio de circunferencia. Hizo también dos capiteles de bronce para colocarlos en la parte superior de los pilares: la altura de cada uno de los capiteles era de dos metros con veinticinco centímetros. Además hizo una rejilla y una guirnalda en forma de cadena para cada uno de los capiteles. Rodeando las rejillas colocó decorados en forma de granadas, un total de doscientas de estas a todo el rededor de los capiteles. Y colocó los pilares en el vestíbulo del templo: al pilar derecho le puso por nombre Jaquín, mientras que la izquierdo le llamó Boaz.

No resulta demasiado difícil ver que estos pasajes fueron tomados de la misma fuente, a pesar de que uno de ellos se refiere a la construcción de un templo y el otro se refiere a la construcción de una tienda y un arca. Por supuesto, uno de los problemas es que, según la Biblia, ambos eventos están separados por un largo período. También notamos la curiosa similitud entre los nombres de Huram-abi en el pasaje de II Crónicas, y Hur, el padre de Bezalel, relacionado con Aholiab, de la tribu de Dan. Igualmente curioso es el nombre de Bezalel, muy similar a Jezabel, quien hemos identificado tentativamente como la princesa fenicia, hija de Ethbaal, rey de Tiro. Aún más curiosa resulta la declaración contenida en la inscripción “Dan” de que con la destrucción de la Ciudad de Dan, resultó destruida. la Casa de David. ¿Cuál era la conexión entre la Tribu de Dan y la Casa del Amado? ¿Podríamos decir, como se infiere a partir de estas claves, que se tratan de la misma cosa?

En el pasaje del Éxodo encontramos que se da una interesante sustitución: la tribu de Judá aparece relacionada con la de Dan, incluso teniendo precedencia sobre esta. El arquitecto enviado por Hiram cuya madre pertenecía a la tribu de Dan y cuyo padre era nativo de Tiro, queda ahora relegado a una posición subalterna con respecto a Bezalel, de la tribu de Judá, quien ahora aparece como el “hijo de Hur”. Es importante hacer notar que un miembro de la tribu de Dan fue el constructor del Arca, con lo que no estaría fuera de lugar preguntarse si la tribu de Dan no sería la verdadera “casa del amado”, o línea davídica. De ser así, ¿quiénes son ellos?

Cuando investigamos el origen de esta tribu encontramos muchos detalles interesantes, al igual que muchos otros que resultan conspicuos por su ausencia. En Génesis 30:1-6 descubrimos que Dan fue el hijo de Bilhah, la doncella de Raquel:

Cuando vio Raquel que no podía darle hijos a Jacob, sintió envidia de su hermana y le dijo a su esposo: “Dame hijos, porque de lo contrario moriré”. Pero la ira de Jacob se encendió en contra de Raquel, y le dijo: “¿Acaso me pones en el lugar de Dios, que es quien le ha impedido a tu vientre dar el fruto que deseas?” Entonces ella le dijo: “He ahí a mi doncella Bilhah; ve con ella, que cuando conciba será como si yo mismo lo hubiera hecho.” Así que Jacob se unió a Bilhah y esta le dio un hijo. Y dijo Raquel: “Dios me ha juzgado, pero también ha escuchado mi voz y me ha dado un hijo, así que le pondré por nombre Dan”.

Esta historia es notablemente similar a la de Sarai y Hagar en Génesis 16:1-5:

Sarai, la esposa de Abraham, no podía darle hijos a este, pero tenía una esclava egipcia que se llamaba Hagar. Entonces le dijo a Abraham: “El Señor me ha impedido dar fruto, así que te pido que te unas con mi doncella, y será como su yo misma hubiera concebido.” Abraham aceptó lo que decía Sarai, y cuando hacía ya diez años de que vivían en Canaán, Sarai le dio a Abraham su doncella para que ambos se unieran. Y cuando Hagar hubo concebido comenzó a mirar a su señora con desprecio, así que Sarai le dijo a Abraham: “que recaiga mi culpa sobre ti: te he dado a mi doncella, y cuando ella ha concebido, solo he obtenido desprecio. Que el Señor juzgue entre tú y yo.”

Las últimas líneas de cada uno de los pasajes, cuyo motivo principal es el “juicio” de Dios, indican que en efecto se tratan de la misma historia.

Otra relación interesante surge cuando consideramos la identificación de Hiram como miembro de la tribu de Neftalí en el mismo pasaje que describe la creación de los pilares Jaquín y Boaz. En I Crónicas, capítulo 7:13, tenemos:

Los hijos de Neftalí, concebidos por Bilhah, fueron Jahziel, Guni, Jezer y Shalum.

Tengamos en mente el nombre “Shalum” porque lo vamos a encontrar más adelante en el mismo capítulo.

En seguida nos encontramos otra clave: en Génesis 49, el patriarca Jacob ha llamado a sus hijos a reunirse alrededor de su lecho de muerte para predecir el destino de cada uno. Cuando es el turno de Dan, en los versos 16-18 leemos:

Dan juzgará a su pueblo como a una de las tribus de Israel; él será como una serpiente a la orilla del camino que muerde los talones del caballo que pasa para que su jinete caiga de espaldas. Oh Señor, espero tu salvación”

Casi se podría pensar que la acción de Dan que resulta tan negativa para Israel, es la propia salvación. En Deuteronomio 33:22 Moisés bendice a la tribu de Dan diciendo: “Dan es el cachorro del león que salta desde Bashan”. Pero en la bendición de Jacob, que aparece en Génesis 49:8-9, el atributo del león se le confiere a Judá:

Judá, tu eres a quien alabarán tus hermanos. To mano se cerrará sobre el cuello de tus enemigos, y hasta los hijos de tu padre te harán reverencias. Judá, eres un cachorro de león. Con tu presa te irás a lo alto de la montaña, y cuando te hayas agazapado como un león, ¿quién se atreverá a molestarte?

 Comparemos lo anterior con dos elementos más: el destino prescrito por Dios cuando se le aparece a Hagar en el manantial donde la encuentra luego de que esta huyera del escarnio de Sarai, y la bendición que da Isaac a su hijo Esaú luego de que Jacob engañara a su padre con la complicidad de su madre Rebeca. Encontraremos una gran resonancia con las declaraciones dirigidas a Judá. El primer evento aparece relatado en Génesis 16:9-12, y el segundo en Génesis 27:39-40:

Y el ángel del Señor le dijo: al hijo que concebirás le darás por nombre Ismael, o el Señor escucha, porque el Señor ha prestado atención a tu aflicción. Él será como un potro salvaje; luchará contra todos y todos contra él y vivirá en el este, lejos de sus congéneres.

Su padre Isaac le respondió [a Esaú]: “Lejos estarás de la tierra fértil y del rocío que viene del cielo. Con tu espada tendrás que defenderte, y serás el siervo de tu hermano, pero vendrá el día cuando te liberarás de ese yugo.”

Cuando investigamos este asunto más profundamente, uno de los detalles más interesantes que encontramos es que Sansón pertenecía a la tribu de Dan. Robert Graves apunta:

Hércules hace su primera aparición en la leyenda como un sagrado rey pastoral, quizás porque los pastores siempre miran con beneplácito todo nacimiento de corderos gemelos, y porque él mismo es un gemelo. Sus características e historia pueden ser deducidas a partir de una masa de leyendas, costumbres folclóricas y monumentos megalíticos. Él es el hacedor de lluvia de su tribu y se puede decir que es una especie de tormenta humana. Las leyendas lo relacionan con Libia y los Montes Atlas: él bien podría haber tenido su origen en esa área durante la época paleolítica. Los sacerdotes de la Tebas egipcia que le llaman con el nombre de “Shu”, remontan sus orígenes a 17,000 años antes del reinado del Rey Amasis. Sus símbolos son la bellota; la paloma de los riscos, que anida tanto en los robles como en las hendiduras de las rocas; el muérdago, y la serpiente. Todos estos son emblemas de carácter sexual. La paloma era sagrada para la diosa del Amor de Grecia y de Siria, y la serpiente es la más antigua entre todas las bestias totémicas fálicas; la bellota en forma de copa representaba el glande del pene tanto en griego como en latín; el muérdago era la planta curadora de todos los males y sus nombres viscus e ixias están relacionados con vis e ischus (fortaleza), probablemente a causa de la viscosidad espermática de sus frutas, y porque el esperma es el vehículo de la vida. […]

Los detalles de su muerte pueden ser reconstruidos a partir de una serie de leyendas, costumbres folclóricas y otros vestigios religiosos. En el solsticio de verano, justo al final de un reinado de medio año, Hércules es inducido a la embriaguez por aguamiel y llevado al centro de un círculo de doce piedras colocadas alrededor de un roble enfrente del cual se alza un altar de piedra; el roble ha sido cortado hasta adoptar la forma de una “T”. Hércules es atado a este con correas de sauce según el “amarre de cinco puntos”, que sujeta las muñecas, cuello y tobillos juntos. Entonces es golpeado por sus camaradas hasta perder el conocimiento, luego desollado, cegado, castrado y empalado con una estaca de muérdago, para finalmente ser cortado en pedazos en el altar de piedra. [ii] Su sangre es recogida en una vasija y utilizada para rociar a todos los miembros de la tribu y volverlos vigorosos y fértiles. Los pedazos de su cuerpo son asados en hogueras gemelas hechas con ramas de roble y encendidas con fuego preservado de roble fulminado por un rayo, o bien producido girando una estaca de madera de aliso o de cornejo sobre un tronco de roble. […]

Los doce festejantes ejecutan una danza en figura de ocho alrededor de las hogueras, cantando en forma extática y tironeando pedazos de carne con sus dientes. Los restos sanguinolentos son quemados en las llamas, con excepción de la cabeza y los genitales. Estos son colocados en un bote de madera de aliso que se deja flotar sobre un río hasta llegar a una isleta, si bien en ocasiones se curte la cabeza con humo y se guarda para fines oraculares. […]

Es a este tipo de Hércules que pertenecen personajes tan diversos como Hércules de Oeta, Orión el Cazador de Creta, el Cíclope Polifemo, Sansón el Danita, el héroe solar irlandés Cuchulain de Muirthemne, Isión de Lapth –a quien siempre se representa sujeto mediante un “amarre de cinco puntos” alrededor de la rueda del Sol– Agag el amalequita, Rómulo de Roma, Zeus, Janus, Anquises, los Dagda y Hermes. […]

En el mito clásico que valida su soberanía, él es el niño milagroso que nace de una lluvia de oro y estrangula a una serpiente en su cuna en forma de barco; es también quien hizo manar la leche que formó la Vía Láctea; como joven, Hércules es el matador de monstruos por excelencia; mata y descuartiza a un jabalí monstruoso; […] su otro yo ... le sucede por la segunda parte del año, habiendo adquirido su estatus real a través del casamiento con la reina, la representante de la Diosa Blanca, y en virtud del poder que le confiere el haber comido alguna parte real del cuerpo muerto: el corazón, el hombro o la carne del muslo. [iii]

En la cita anterior podemos ver los elementos del mito de Jesús, teniendo además presente que se ha dicho que Jesús pertenecía a la línea davídica, es decir, a la casa de Judá: la tribu de Dan.

Para terminar con esta parte de nuestra discusión, mencionaremos otro curioso comentario acerca de la tribu de Dan que aparece en Jueces 5:17:

Gilead se quedó para habitar en la otra orilla del Jordán, pero ¿porqué permaneció Dan en sus barcos?

Curiosa acotación: ¿quizás alusión a una raza de marinos? El profeta Amós parece estar convencido de que esta tribu de Dan representa una seria amenaza para Yahvé. En 8:14-15 escribe:

Quienes juran por el pecado de Samaria, y dicen “Oh Dan, vuestro dios vive”, o “las costumbres de Beerseba viven”, caerán todos, y nunca más se levantarán.

Amós parece estar sugiriendo que el “pecado de Samaria” de alguna manera se encuentra directamente relacionado con la tribu de Dan. Y ya nos hemos hecho una idea de que este “pecado de Samaria” fue también el pecado de Ahab y Jezabel, de la Casa del Amado. Lo cual nos trae de vuelta a la cuestión de qué cosa era realmente la tribu de Dan, y porqué fue transformada en la tribu de Judá. Si la tribu de Judá es realmente la tribu de Dan, eso significa que la Casa de David es la tribu de Dan. Y siguiendo las pistas encontramos que este linaje proviene de Ismael y Esaú, no de Isaac y Jacob. También descubrimos que es el linaje del “arquitecto del Templo de Salomón”, el diseñador y constructor del Arca de la Alianza, la mano derecha del legendario Rey Hirám de Tiro.

EL FESTIVAL DE LOS TABERNÁCULOS

El asunto del Tabernáculo nos lleva a algunas especulaciones adicionales sumamente interesantes. Muchos estudiosos creen que los salmos eran composiciones literarias creadas para la principal festividad de los cananitas: el “Festival de los Tabernáculos” o “quioscos”. El Festival de los Tabernáculos es el festival de la cosecha de otoño que se extiende por toda una semana. Se le conoce como la Festividad de la Asamblea, la Festividad de los Quioscos, Sukkoth, Succoth o Sukkot (todas estas variaciones en la pronunciación se dan porque estas palabras son transliteraciones de un vocablo hebreo que se pronuncia “su-cout”). Los dos días que siguen a la conclusión del festival también son días festivos independientes, Shemini Atzeret y Shimkhat Torah, pero es común que se consideren como parte de la misma festividad de los Tabernáculos.

En Génesis 33 encontramos una de las más interesantes referencias a lo que podría haber sido una temprana forma de celebración del Festival de los Tabernáculos. Los exegetas han determinado que los versos 1 al 17 provienen de la fuente E del reino del norte. El incidente en cuestión ocurre después de un peculiar evento que se menciona en al capítulo anterior y en el que Jacob manda lejos a toda su familia mientras permanece solo para luchar durante toda una noche con cierto “hombre”. Más adelante se identifica a este “hombre” como un ángel de Dios, y este ángel “hiere” a Jacob en el muslo.

¿Qué significado tiene el que Jacob sea herido en el muslo? En la opinión de algunos comentaristas, él aparentemente sufrió una herida que es común entre los luchadores, la dislocación de la cadera producida al separar de manera excesiva las piernas. La víctima de esta lesión sufre de una flexión y abducción de la pierna, misma que aparece como externamente rotada. Solo puede caminar apoyándose sobre los dedos y con un paso tironeado. La longitud de  la pierna afectada resulta extendida, lo cual a su vez causa un estiramiento de los tendones del muslo y hace que los músculos eventualmente sufran un espasmo.

Puesto que la historia de Jacob nos llega desde una época en la cual eran las mujeres las que transferían el derecho de gobernar, y puesto que Jacob no pudo haber obtenido su nombre secreto y su herencia a menos que estos le hubieran sido conferidos en esa misma ocasión por una mujer, parece haber algo erróneo con este relato. El elemento que resulta conspicuo es el de la transición de un hieros gamos a un combate ritual, con ciertas connotaciones sexuales residuales.

En el mito del combate entre Set y Horus, Set trata de unirse sexualmente con Horus. Esto usualmente se interpreta como un insulto, pero aquí hay algo todavía más profundo.

Uno de los principios formales del mito y la literatura griegas sostiene que el amor y la muerte son aspectos del mismo poder. En Homero uno encuentra tantas maneras de matar como de amar, sino más aún. El lenguaje y las imágenes son perturbadoramente intercambiables.

El verbo damazō (al igual que su equivalente damnēmi) tiene una amplia gama de significados que van desde avasallamiento hasta seducción, pasando por dar muerte y violar, y la combinación de significados sugerida por meignymi podría ser aplicable tanto a amantes como a combatientes.

Ambos tipos de pareja se sujetan y agarran experimentando una intimidad intensa que tiene pocos paralelos dentro de la gama de las experiencias humanas. Además, tanto el acto del amor como el acto de la muerte están acompañados de una “conversación trivial” y precedidos por una especie de juego preliminar, un enfrentamiento aún no violento pero que pronto sube a un tono más intenso para ser finalmente decidido o consumando en otro plano. [iv]

En La Poética, Aristóteles rastreó el origen de la poesía hasta el placer que los seres humanos derivan de la mimesis, esa representación de cosas que resultan placenteras o perturbadoras. Nos dice que en épocas tempranas la poesía se dividía en dos corrientes: la poesía de alabanza, y la poesía de ataque.

En la guerra griega por excelencia y su correspondiente Cantar de los Cantares, la Ilíada, la violación de la ciudad de Troya y de sus mujeres pasó a ser, en la mente de los pensadores de la Edad de Bronce, una sola y misma cosa. La metáfora se encuentra lingüísticamente contenida dentro de la palabra krēdemna que significa tanto muralla de ciudad como velo de mujer. En el relato de la guerra troyana el supremo objeto del deseo no era el oro, ni los caballos, ni las joyas, ni el poder mismo: era una mujer, Helena.

Fuera de la tradición griega, en el entorno cultural del Mediterráneo Oriental de la Edad de Bronce, existía la misma convergencia de eros y eris. El tema de la violencia o de la amenaza de violencia proveniente de la rivalidad provocada por una hermosa mujer y que estaba ausente de la más antigua literatura del Cercano Oriente, resulta evidente en la historia de Abram, esposo de una mujer notablemente hermosa. Temiendo que su belleza y su carácter de objeto deseable pudieran representar un riesgo para él mismo, Abram se hace pasar por hermano de ella. Al final, el Faraón que la llevó a su cama se manifiesta deseoso de que ella se marche, ya que su presencia no ha hecho más que acarrear plagas y desastres sobre sí mismo y sobre su casa.

Cuando auscultamos más profundamente esta conexión entre eros y eris, amor erótico y conflicto mortal, encontramos una capa de significado todavía más profunda preservada en la tradición poética y representada en rituales tales como el de Jacob y el Ángel. En las ciudades antiguas, era el rey en su capacidad sacerdotal o divina quien, junto a su consorte del templo, recreaban el hieros gamos, la sagrada unión entre el Cielo y la Tierra.

La historia de Helena de Troya –de su gran belleza que fuera causa de tanto sufrimiento– es la clave dentro del cambio en la percepción que se tenía de la mujer en el mundo antiguo, Hesíodo explica este cambio en su historia de la primera mujer, Pandora.

Hesíodo supuestamente compuso su Teogonía y su Obras y Días alrededor del siglo 8vo. o principios del 7mo. AC. Se piensa que las obras de Hesíodo, al igual que las de Homero, representan la recopilación de una vasta tradición oral de voces anónimas de origen y antigüedad inciertas.

La Teogonía es el relato de los orígenes de aquellos seres divinos que crearon y gobiernan el cosmos. Es una Historia Divina que relata los pormenores de la sucesión de regímenes que culminaron con el reinado del Zeus olímpico. Es indudable que las narrativas tienen sus raíces en un conjunto de mitos de sucesión que circularon a los largo del Cercano Oriente en épocas remotas, mismos que eran muy familiares para los primeros judíos, debido al carácter cosmopolita del reino omrita. Y es aquí donde el asunto se pone en extremo interesante. Es muy probable que la principal influencia sobre el relato de Hesíodo corresponda a las versiones hititas de los mitos Hurrian Kumarbi y Ullikummi, así como al Enuma Elish babilónico. Se ha sugerido que tales materiales orientales llegaron a Hesíodo a través de Creta y Delfos.

Al igual que la Biblia, la Teogonía no es una obra de metafísica, sino sencillamente, una herramienta política. En ella se celebra al régimen de Zeus y al reinado de la justicia olímpica como el máximo logro alcanzado al final de varias eras, de forma similar a como la Torah celebra el advenimiento de Yahvé. En la Teogonía, Hesíodo recuenta una nueva versión de los orígenes de la Creación, asegurándose de hacer constante proselitismo en favor de Zeus, quien es “tan justo como terrible”. Muchos pasajes de la Teogonía se pueden comparar con los himnos de alabanza a Yahvé supuestamente compuestos por David, o con los cantos en honor del rey guerrero Marduk en el Enuma Elish. En cada caso encontramos una fusión entre fuerza militar y autoridad absoluta, así como gloria y promesas de justicia para los exiliados y los esclavizados. Resulta claro que en cada caso hay una subordinación de la mujer al hombre, cosa que se presenta como un logro filosófico, una evolución desde el antiguo y salvaje orden de cosas hacia el nuevo y glorioso mundo del teomorfismo masculino.

En la Teogonía, la primera mujer es “kalon kakon”. Kalon significa “hermosa” y kakon “maldad”. En otras palabras, la primera mujer es un oxímoron viviente. Claro que este término podría significar tanto “hermosa maldad” como “maligna belleza”, con lo que surge la pregunta de si la mujer es esencialmente hermosa y calificativamente maligna, o esencialmente maligna y calificativamente hermosa, o a la vez esencialmente maligna y hermosa.

Hesíodo no nos deja en suspenso, ya que clarifica este punto diciéndo que lo que define la sustancia o esencia de la mujer es kakon. La mujer se revela como clara y definitivamente maligna. “El Zeus Tronante hizo a la mujer para ser una kakon para el hombre mortal [...] él creó esta kakon para el hombre como una forma de hacerle pagar por el robo del fuego”.

Prometeo fue impelido por la decisión de Zeus de mantener el fuego fuera del alcance del hombre en venganza por un previo robo de las mejores porciones de carne sacramental a manos del propio Prometeo. Pero este último demostró ser más astuto que el propio rey de todos los dioses. En primera instancia envolvió la carne y las porciones grasosas del buey sacrificado en el cuero y estómago no comestibles, y luego cubrió los huesos descarnados con una capa de brillosa grasa, sabiendo que Zeus insistiría en escoger esto último como prerrogativa suya. En segunda instancia, Prometeo escondió varios brasas al rojo vivo dentro del tallo hueco de un cáñamo, lo que le permitió burlar el embargo impuesto por Zeus y retornar el fuego a la humanidad.

El tema central es el de la “habilidad” o “maña” que se utiliza con fines de “engaño” o dolon. Las palabras techne, dolie, y dolon aparecen en forma repetida en el relato de Hesíodo acerca de las ofensas de Prometeo que provocan la venganza de Zeus.

Y es la palabra dolon la que se usa para describir a la mujer: una vez ceñida con sus vestidos, velada y coronada, recibe el nombre de dolon, es decir, engaño o carnada. La mujer, moldeada y vestida por los dioses, es la respuesta de los dioses al truco de los huesos descarnados envueltos en suculenta grasa con el cual Prometeo engañó a Zeus.

Según Hesíodo, la diferencia entre la belleza de la mujer y su maldad es la misma que existe entre las apariencias superficiales y la realidad subyacente. Engalanada con flores y oro, la mujer es thauma, un “deleite para los ojos”, capaz de capturar la atención de hombres y dioses por igual. Sin embargo, solo los hombres se encuentran a sí mismos indefensos ante sus encantos. La mujer es la “carnada” que los hombres no pueden “resistir”, y ello es así por diseño expreso de los dioses. Ningún hombre puede resistir a esa novia cautivadora que se ha ganado el sitial de honor en su hogar mediante sus encantos superficiales, pero cuando el hombre se cansa de estos se encuentra embargado de una enorme desolación y obligado a derramar sus bienes ganados, sus esfuerzos y su misma fuerza vital, como si fuera, dentro de un foso sin fondo.

Y así es como el momento de la creación de la mujer es el momento de la destrucción del hombre. En otras palabras, ese sacrificio a los dioses que tuvo un desafortunado desenlace –un momento de insubordinación– da pie a la interminable miseria de la humanidad.

Sin embargo, lo que en un principio no se alcanza a vislumbrar es que el asunto medular es el de la soberanía. En nombre de la humanidad entera, Prometeo ha presentado dos formidables retos a la supremacía y el ingenio de Zeus. Y el hecho es que los cuatro hijos de Iapetus [v] y Clymene –Atlas, Menoetius, Prometeo y Epimeteo– desde el principio supusieron un gran problema para Zeus, ya que representaban una línea de descendencia rival originada en Urano y Gaia que, de aliarse con la indócil humanidad, ¡podían poner en peligro la supremacía de los dioses! El más revoltoso de los cuatro era Prometeo. Su nombre significa “previsión”, y su conocimiento de las cosas que habrían de ocurrir es lo que le impele a ayudar a la humanidad. Era el rebelde por antonomasia y campeón de la humanidad, resuelto como diera lugar a elevar el estatus de la humanidad dotándola de imaginación creativa, ingenio desafiante, y fuego divino; es decir, todo cuanto se requería para convertir a los hombres en dioses.

La historia nos sugiere una “competencia” entre la humanidad y los dioses que se decidiría con el acto del sacrificio animal. [vi] La humillación de Zeus le llevó a tomar la medida extrema de mantener el fuego fuera del alcance de los hombres, condenándolos a convertirse en poco más que animales. Humillado por segunda vez, Zeus concibió una Solución Final a su problema: la Mujer.

En Obras y Días, Hesíodo menciona las cuatro Eras de la humanidad que se han sucedido, cada una peor que la anterior. La discordia es característica de toda relación, y la virtud (al igual que todo lo demás) es recompensada con miseria. Hesíodo cuenta con enorme nostalgia como el hombre vivió alguna vez sin penurias y sin dolores. ¿Cuál la causa de tanto dolor y sufrimiento? El relato de la Caída de la humanidad por boca de Hesíodo contesta esa pregunta con dos palabras: la Mujer.

En Obras y Días Pandora, la “primera mujer”, es una carnada enviada por los dioses para atrapar a los hombres. A ella se le ha dado la apariencia de una diosa pero el carácter de una hiena y el corazón y mente de un chacal. Adornada por los dioses ella trae a los hombres todo aquello que es repugnante y que terminará por consumirlos. La mujer, que toma todo lo diáfano y hermoso que tiene el hombre y no devuelve más que oscuridad e inmundicia. Su nombre, Pandora, significa “La que todo lo da” o la de los “dones infinitos”. Hesíodo nos dice que se le llama Pandora porque “todos los que moraban en el Olimpo le dieron un don, una pena para los hombres que luchan y se afanan en sus tareas”. Ella solo tiene una razón para existir: traer la miseria a la humanidad.

Los dones que Pandora recibe de los dioses –contenidos todos en el Jarrón de Pandora”– tienen cada uno de ellos la intención de ser la causa de interminables tormentos para el hombre. No fue sino hasta siglos posteriores cuando se sustituyó el “jarrón” por una “caja”. Este cambio de imaginería se le atribuye a Erasmo, el monje del siglo dieciséis que tradujo equivocadamente el vocablo griego pithos por el latín pyxis. Pithos es una vasija que tiene la forma de un útero y que es un símbolo de la tierra, la madre de todo.

Las implicaciones de este significado original en la historia de Pandora son obvias: es su propio vientre el que produce todos sus dones. Su pecado no solamente reside en su curiosidad, sino en su misma existencia. Ella es embustera y letal por naturaleza porque atrae a los hombres hacia su pithos y siempre está produciendo más hombres para una vida de continua miseria. Además perpetúa esta miseria de los hombres trayendo bebés mujeres al mundo.

La imagen de la Mujer como pithos es sumamente antigua. En muchos sitios funerarios del Hélade griego se utilizaba un pithos a manera de ataúd. El cuerpo era colocado adentro en posición fetal, cubierto con miel y enterrado con la esperanza en la regeneración de una nueva vida. Hesíodo registra para la posteridad un idea que aparentemente estaba esparciéndose durante su época como fuego en un pajar: la de la abismal separación de una mitad de la humanidad con respecto a la otra; de más está decir que nos gustaría saber porqué.

En esta nueva forma que asumen muchos mitos antiguos a través de la pluma de Hesíodo, el hombre ha venido al mundo sin haber nacido de mujer alguna, y contrariamente a muchas de las representaciones más antiguas, es la mujer la que viene posteriormente. Ciertamente la explicación del advenimiento del primer ser humano siempre presentará un reto para la mente racional; la existencia de la mujer antes que la del hombre es difícil de justificar, pero la existencia del hombre antes que la mujer es absurda.

Hesíodo presenta la visión de que la mujer es una ruptura con la naturaleza. A causa de la mujer, el hombre ya no puede aparecer y desaparecer a su antojo. A causa de ella también, el hombre debe nacer en medio de sufrimiento y morir en medio de sufrimiento. Lo que Hesíodo parece perder de vista es que si en aquella época los hombres sufrían, las mujeres también lo hacían, y probablemente más aún que estos.

Así que el relato de Hesíodo no puede verse más que como una negación consciente y una deliberada propaganda de índole misógina. Es fácil ver esa posición de Hesíodo reflejada en el relato de la creación contenido en el Documento J. En el Génesis el hombre es creado para vivir una existencia libre de la muerte y similar a la de los dioses, mientras que la mujer es la “segunda” creación, el producto de un designio ulterior. Pronto se encarga de traer la muerte y la destrucción a la humanidad al “comer el fruto del árbol del bien y del mal”.

En ese relato podemos percibir como hilo central de la trama la idea común de que la mujer es esa especie de “intrusa” dentro del esquema original de las cosas que trae consigo el sexo, la discordia, la miseria y la muerte. Hesíodo se basa en la antigua imagen de la madre dispensadora de todos los bienes pero la desfigura hasta que ella solamente refleja la vergüenza y degradación de la creadora de la vida. La mujer, según Hesíodo creada de la arcilla, no solamente no es semi-divina como el hombre, sino que es algo menos que humana.

Con el oportuno consejo de Urano y Gaia, Zeus se apropia de los poderes de su esposa. Se casa con Metis y luego se la traga, lo cual le da la capacidad de dar a luz a su hija Atenea. Al tragarse a Metis, invierte la primacía de la fecundidad femenina y se arroga a sí mismo la soberanía absoluta. La insistencia de Hesíodo en que Zeus obra con el consentimiento de Urano y Gaia suena como esa charada ritual que pretende que los animales a punto de ser sacrificados han dado su consentimiento para ello. El supuesto consentimiento de los dioses más viejos está diseñado para darle a esa radical inversión una pátina de legitimidad y continuidad con el pasado. Con el nacimiento partenogenético de Atenea a partir de la cabeza de Zeus, comienza una nueva historia en la que la mujer no tiene ningún papel que interpretar.

Todo el tema de la Teogonía es –según las intenciones de Hesíodo– el ascenso triunfal desde el vientre femenino de Gaia hasta el vientre masculino de Zeus, desde la naturaleza salvaje hasta la civilización presidida por el Olimpo. Estas eran las ideas que circulaban en el Mediterráneo Oriental durante la época en que fue escrita la Biblia. Es difícil sugerir una posible fuente. Yahvé, al igual que Marduk y Zeus, barre a todos sus rivales fuera de la palestra, arrogándose un poder incuestionable. Lo cual nos trae de vuelta a la Teofanía de Jacob en su lucha con el Ángel, el incidente en el que aparentemente sufre una lesión común a los luchadores, la dislocación de la cadera producida al separar de manera excesiva las piernas.

El sueño de una paternidad puramente hereditaria nunca dejó de encender la imaginación griega. La poesía griega resuena con las voces de hombres que añoran un mundo exorcizado de la presencia de las mujeres, uno en el que los hombres mismos son capaces de traer a la vida a sus hijos. […]

Aquí es posible ver a la Misoginia conspirando junto al amor del hombre por el hombre; porque cuando los hombres hacen el amor entre ellos, su semilla a menudo encuentra un camino hacia la cabeza y los muslos, esos vientres potenciales de Zeus. [vii]

El hecho es que a finales de la Edad de Bronce la sodomía organizada campeaba en muchos templos donde los devotos buscaban “convertirse en mujeres”. Podemos notar que la circuncisión es una especie de castración simbólica, y muchos de los devotos buscaban la forma de convertirse en mujeres para poder recibir directamente la semilla del dios.

Inmediatamente después de su encuentro de lucha, el “ángel” cambió el nombre de Jacob, que significa “impostor, intrigante, engañador y estafador, por el de Israel. Esto parece ser un reflejo de la descripción que da Hesíodo de la mujer en términos de engañadora e intrigante. El hecho es que a Jacob se le describe como “femenino” y completamente diferente de su hermano, el rudo y aprestado Esaú, tanto así, que su propio padre lo desprecia.

El incidente del cambio de nombre luego del encuentro con un “ser divino” nos recuerda el incidente del cambio de nombre de Abraham que siguió a la aparición de Yahvé y al sello del famoso “pacto” que de inmediato fue seguido por la circuncisión tanto de Abraham como de Ismael [viii] , cosa que nos trae a otro más de entre esos extraños “duplicados” de eventos esenciales con Moisés como protagonista. Inmediatamente después del incidente de la “zarza ardiente” en el cual Dios le dice a Moisés que debe regresar a Egipto para liberar a su pueblo, tiene lugar lo que sigue:

4:24 Sucedió de camino a la posada donde Moisés y su familia iban a pernoctar, que el SEÑOR  se le apareció y trató de matarle.

4:25 Entonces Séfora tomó una piedra afilada y con ella cortó el prepucio de su hijo, y arrojándolo a los pies de Moisés le dijo: “En verdad eres para mí un esposo sangriento”.

4:26 Entonces el Señor dejó ir a Moisés, y Séfora le dijo a este que ciertamente era un esposo sangriento a causa de la circuncisión.

Este incidente es el eslabón que conecta la historia de Abraham y el pacto de la circuncisión, la historia de Jacob en lucha contra el Ángel, y la historia de Moisés. Comenzamos a albergar la sospecha de que en la raíz misma de todas estas historias que aparecen en la Biblia se encuentra una única historia que fue mitificada por los diferentes grupos tribales en varias versiones diferentes que posteriormente fueron reunidas e “historificadas”. Dentro de cada una de las tribus, los nombres fueron cambiados para asimilar el de los propios ancestros dentro de la historia principal, con lo que fue necesario insertar las genealogías que harían que las variaciones de la misma historia se vieran como diferentes puntos dentro del discurrir “vertical” del tiempo, cuando en realidad coexistían horizontalmente en el mismo punto temporal.

Retornando a la historia de Jacob, este suplantó a su hermano gemelo Esaú mientras ambos se encontraban todavía en el vientre agarrándolo por el talón y robándole su primogenitura y su derecho real. El vocablo griego pternizein utilizado dentro de este contexto por el Septuaginta, significa “hacer una zancadilla”, y esto a su vez nos lleva de vuelta al tema de Dan. Recordemos que Dan fue el hijo de Bilhah, la doncella de Raquel:

Así que Jacob se unió a Bilhah y esta le dio un hijo. Y dijo Raquel: “Dios me ha juzgado, pero también ha escuchado mi voz y me ha dado un hijo, así que le pondré por nombre Dan”.

… que era muy similar a la historia de Sarai y Hagar en Génesis 16:1-5:

 Y cuando Hagar hubo concebido comenzó a mirar a su señora con desprecio, así que Sarai le dijo a Abraham: “que recaiga mi culpa sobre ti: te he dado a mi doncella, y cuando ella hubo concebido, solo he obtenido desprecio. Que el Señor juzgue entre tú y yo.”

… y que debemos considerar también en el contexto del relato de Génesis 49 donde el patriarca Jacob ha reunido a sus hijos alrededor de su lecho de moribundo para pronunciar el destino de cada uno de ellos. Cuando le llega el turno a Dan, en los versos 16-18 dice:

Dan juzgará a su pueblo como a una de las tribus de Israel; será como una serpiente a la orilla del camino que muerde los talones del caballo que pasa para que su jinete caiga de espaldas. Oh Señor, espero tu salvación”

...así como dentro del contexto de la historia de Deuteronomio 33:22, donde Moisés bendice a la tribu de Dan diciendo “Dan es el cachorro de león que salta desde Bashan”. Pero en la bendición de Jacob, que aparece en Génesis 49:8-9, el atributo de león se le confiere a Judá:

Judá, tu eres a quien alabarán tus hermanos. To mano se cerrará sobre el cuello de tus enemigos, y hasta los hijos de tu padre te harán reverencias. Judá, eres un cachorro de león.

…y el destino prescrito por Dios cuando se le aparece a Hagar en el manantial donde la encuentra luego de que huyera del escarnio de Sarai, y la bendición que da Isaac a su hijo Esaú luego de que Jacob engañara a su padre con la complicidad de su madre Rebeca. Encontraremos una gran resonancia con las declaraciones dirigidas a Judá. El primer evento aparece relatado en Génesis 16:9-12, y el segundo en Génesis 27:39-40:

Y el ángel del Señor le dijo: al hijo que concebirás le darás por nombre Ismael, o el Señor escucha, porque el Señor ha prestado atención a tu aflicción. Él será como un potro salvaje; luchará contra todos y todos contra él y vivirá en el este, lejos de sus congéneres.

Su padre Isaac le respondió [a Esaú]: “Lejos estarás de la tierra fértil y del rocío que viene del cielo. Con tu espada tendrás que defenderte, y serás el siervo de tu hermano, pero vendrá el día cuando te liberarás de ese yugo.”

Para echar un vistazo más profundo a este asunto miremos la historia del nacimiento de Jacob en el Génesis:

25:21 Viendo Isaac que su esposa era estéril, rogó al SEÑOR por ella. Y el SEÑOR escuchó su súplica, así que Rebeca quedó encinta.

25:22 Pero como los niños se peleaban dentro de su vientre, ella pensó: “si así son las cosas, ¿para qué he quedado encinta?” Y fue a consultarle al SEÑOR.

25:23 Y el SEÑOR le respondió: “En tu vientre hay dos naciones; dos pueblos serán separados de tus entrañas; uno será más fuerte que el otro, y el mayor será subyugado por el menor.”

25:24 Y cuando se llegó el día en que debía dar a luz, ella tuvo mellizos.

25:25 Y el primero era rojo, con el cuerpo todo cubierto de vello; le dieron por nombre Esaú.

25:26 Luego nació su hermano, que de inmediato sujetó el talón de Esaú; él recibió el nombre de Jacob. Isaac tenía ya sesenta años cuando su mujer los parió.

De nuevo tenemos una esposa estéril, solo que en este caso en lugar de hacer que una doncella concibiera al “otro hermano”, Rebeca misma concibe y da a luz mellizos: uno de ellos es “rojo” La historia que conecta esto con Judá y con Dan es la de Tamar.

38:6 Judá casó a Er, su hijo mayor, con una mujer llamada Tamar.

38:7 Pero el primogénito Er era malvado ante los ojos del SEÑOR, así que este le dio muerte.

38:8 Entonces Judá le dijo a Onán: “Cásate con la viuda de tu hermano para que su semilla pueda crecer a través de ti.”

38:9 Pero Onán sabía que la semilla no sería suya, así que cuando fue donde la viuda de su hermano, derramó la semilla sobre el suelo, con tal de no dársela a su hermano.

38:10 Y habiendo obrado de esa manera provocó la ira del SEÑOR, así que este también le dio muerte.

38:11 Entonces Judá le dijo a su nuera Tamar: “Permanece viuda dentro de la casa de tu padre hasta que mi hijo Shelah haya crecido, no sea que para mala fortuna él también perezca como sus hermanos.” Así que Tamar se fue a vivir a la casa de su padre.

38:12 Y acaeció con el paso del tiempo que la hija de Shuah y esposa de Judá falleció. Y cuando Judá dejó de guardar luto fue al pueblo de Timnath en compañía de su amigo Hirah el adulamita, pues allí moraban los trasquiladores de sus ovejas.

38:13 Y llegó a oídos de Tamar que su suegro había ido a Timnath para trasquilar sus ovejas.

38:14 Entonces Tamar, viendo que a pesar de que Shelah ya estaba crecido no había sido enviado a casar con ella, se quitó su vestido de luto, se cubrió la cara con un velo, se envolvió toda en un chal y se fue a sentar en un lugar abierto que estaba en el camino hacia Timnath.

38:15 Cuando Judá la vio pensó que era una ramera, cubierta como tenía la cara.

38:16 Y no sabiendo que se trataba de su nuera, Judá se acercó a ella y le dijo:  “Déjame acostarme contigo”. A lo cual ella replicó: “¿Y qué me darás si consiento?”

38:17 Y él le dijo: “Haré que te envíen un cabrito de mi rebaño”. Entonces ella contestó: “Pero hasta que lo envíes deberás dejarme algo en prenda”.

38:18 “¿Qué prenda quieres que te deje?”, preguntó Judá. “Tu sello, tus brazaletes, y el bastón que llevas en la mano”. Judá accedió, y luego de que yacieron juntos, ella quedó encinta.

38:19 Después Tamar fue y se quitó el vestido que llevaba puesto para ceñirse de nuevo su ropa de viuda.

38:20 Y Judá le envió el cabrito por medio de su amigo el adulamita, con instrucción de tomar de vuelta todos los objetos que había dejado en prenda, pero este no pudo encontrarla.

38:21 Así que preguntó a los hombres del lugar: “¿Dónde se encuentra esa prostituta, la que solía sentarse a la vera del camino?” Y ellos dijeron: nunca ha habido una prostituta en ese lugar.

38:22 Entonces regresó con Judá y le dijo que no había podido hallarla y que los hombres del lugar le dijeron que allí nunca había habido un prostituta.

38:23 A lo que Judá contestó: “Pues que se quede con todo, para que no seamos víctimas del escarnio. Ya lo has visto, te he enviado con el cabrito que le prometí, pero tu no has podido hallarla”.

38:24 Cerca de tres meses después vinieron a decirle a Judá que había sido Tamar, su nuera, la que había fingido ser una ramera para concebir de manera pecaminosa. “¡Tráiganla para que sea quemada!”, exclamó Judá.

38:25 Y cuando la hubieron traído, dijo ella: “El dueño de estas cosas ha sido quien me dejó encinta, porque si no, ¿a quién pertenecen este sello, estos brazaletes y este bastón?

38:26 Y Judá hubo de reconocer que esas cosas le pertenecían: “La falta ha sido mía porque no le he dado a mi hijo Shelah como marido.” Y nunca más se acercó a ella.

38:27 Y cuando se llegó el día de dar a luz, había mellizos en su vientre.

38:28 Acaeció entonces que al estar dando a luz, uno de ellos sacó su mano, y la partera ató un hilo rojo alrededor de ella diciendo: “Este es el primero en salir.”

38:29 Pero en ese momento él metió de nuevo la mano y fue su hermano el que salió primero, a lo que la partera exclamó: “¿Cómo ha sido que te abriste paso?”. Así que le pusieron por nombre Farez.

38:30 Luego salió su hermano, que tenía el hilo rojo atado alrededor de su muñeca, y a él le dieron por nombre Zarah.

Nótese que la historia del nacimiento se cuenta en términos idénticos exceptuando que en un caso tenemos un hombre “rojo” y en el otro un “hilo rojo”. El detalle importante es que Farez es el supuesto ancestro del Rey David. De Hezron, hijo de Farez, se dice lo siguiente:

2:18 Y Caleb, el hijo de Hezron […] se unió con Efrath, quien le dio por hijo a Hur.

2:20 Y Hur fue el padre de Uri, y Uri el padre de Bezaleel.

¿Recuerdan a Uri y a Bezaleel, que se supone fueron contemporáneos de Moisés? Encontramos un indicio muy descriptivo de ellos en la historia acerca del arquitecto enviado por Hiram de Tiro. En I Reyes leemos:

4:7 Y Salomón tenía doce intendentes desplegados por todo Israel, cuya obligación era proveer de vituallas al rey y su familia: cada hombre proveía todas lo requerido durante un mes del año.

4:8 Y los nombres de estos eran: el hijo de Hur, en el monte Efraín...

Este Hur era un individuo bastante misterioso. Primero aparece al lado de Moisés:

17:10 Así que Josué hizo como le indicara Moisés y se fue a pelear con Amalek, en tanto que Moisés, Aarón y Hur subieron a lo alto del monte.

17:11 Y acaeció que cuando Moisés levantaba su mano, Israel tomaba ventaja en la batalla, mientras que cuando la conservaba abajo, era Amalek el que tomaba ventaja.

17:12 Pero a Moisés se le cansaban los brazos, así que tomaron una piedra y se la acercaron para que le sirviera de asiento. Luego Aarón y Hur le sostuvieron los brazos en alto, uno cada uno, y de esta manera los brazos de Moisés se mantuvieron firmes hasta la caída del sol.

Todo se vuelve aun más misterioso cuando observamos los nombres de los otros hijos de Terah: Nahor y Haran, que son fonéticamente similares a Aarón y Hur...

Pero retornando a Jacob, luego de su encuentro de lucha se convierte en el rey sagrado de una manera muy novedosa: en lugar de casar con la representante de la diosa, usurpa el papel de esta convirtiéndose él mismo en una especie de mujer. En I Reyes, 18:26, los sacerdotes de Baal danzan en el altar y gritan “¡Baal, escúchanos!” mientras, según la Versión Autorizada, “saltan” repetidamente. El vocablo hebreo original se forma a partir de la raíz psch, que significa “danzar con cojera”, y del cual se deriva Pesach, la festividad de la Pascua hebrea.

La Pascua parece haber sido originalmente el festival cananita de la Primavera que los creadores de la Biblia adaptaron para utilizar en conmemoración del Éxodo desde Egipto. En Carmel, la danza coja podría haber sido una forma de magia imitativa que propiciaba la aparición del Dios con una pata de toro que, al igual que Dionisio, venía armado con una antorcha. El escritor de la Biblia se abstiene de mencionar su verdadero nombre, pero como los sacerdotes de Baal (y Baal sencillamente significa “Señor”) eran israelitas, es muy probable que este haya sido “Jah Aceb”, o “Jacob”, el Dios Talón. Parece que Jah Aceb también fue adorado en Beth-Hoglah, el Santuario del Cojo, al sur de Gilgal, entre Jericó y el Jordán. Este lugar ha sido identificado como el patio de trillado de granos de Atad, donde José lloró la muerte de Jacob.

Luego del incidente de la “lesión de muslo”, Jacob emprende un viaje para reunirse con su hermano por tanto tiempo ausente, Esaú, y a quién muchos años atrás él había engañado, y temeroso de la ira de Esaú, hace que sus esposas e hijos marchen por delante con la esperanza de que ablanden el corazón de Esaú y este no se sienta demasiado deseoso de matarle en venganza por aquella afrenta. [ix]

Pero Esaú ya no albergaba rencores, así que abrazó a Jacob y aceptó los presentes que este le ofreció en forma de ganado, y posiblemente esclavos también. Y aquí la historia da un giro bastante extraño. Aparentemente Esaú pensó que Jacob/Israel viajaría con él hasta Seir, pero Jacob se anduvo un poco por las ramas hasta que finalmente le dijo a Esaú que se adelantara. Cuando este así lo hizo, Jacob tomó por otra dirección, hasta un sitio donde se dice que “construyó una casa para sí y levantó tiendas para su ganado; así que este lugar recibió el nombre de Succoth.” (v. 17)

Cuando investigamos esta palabra encontramos que su significado arcaico era el de pequeño cubículo levantado por las “prostitutas del templo” a la vera del camino, como en la historia de Judá y Tamar que proviene del documento J, Génesis 38:14 (!)

Y esto nos trae de vuelta a la pregunta de qué era exactamente el Festival cananita de los Tabernáculos.

La antigua civilización griega dedicó una de sus festividades de la cosecha a Deméter, la diosa de la tierra y de los granos. Dicha fiesta, conocida como la Thesmosphoria, se celebraba por espacio de tres días e incluía la construcción de refugios par parte de las mujeres casadas, el ayuno, y la presentación de ofrendas a Deméter. La relación entre el festival y las mujeres casadas quizás apunte a la creencia en una conexión entre una buena cosecha y el acto de dar a luz. La palabra Mete está por supuesto relacionada con madre, mientras que De es delta, es decir el triángulo o signo genital femenino. En los antiguos alfabetos esta letra originalmente representaba la Puerta del nacimiento, la muerte, o el paraíso sexual. Es así que el “quiosco” o Tabernáculo no era más que una estructura que se levantaba para manifestar la forma de una “puerta de entrada”. Las puertas, en general, eran consideradas como sagradas para la Diosa, y en Sumeria se solían pintar de color rojo para representar la “sangre de la vida” femenina. En Egipto se acostumbraba hacer marcas con sangre real sobre las puertas como parte de los ritos religiosos de la diosa. ¿Adónde hemos visto eso anteriormente?

El culto a Deméter que celebraba los ritos Eleusinos ya estaba bien establecido en Micenas durante el siglo 13 AC, y es muy probable que la fiesta de los Tabernáculos de Canaán fuera un derivado de esa actividad. Nuestras fuentes de información relativas a los Misterios Eleusinos incluyen las ruinas del santuario en Eleusis, numerosas estatuas, bajos relieves y cerámica. También tenemos los reportes de antiguos escritores tales como Esquilo, Sófocles, Aristófanes, Plutarco y Pausanias –todos los cuales eran iniciados  así como los relatos de comentaristas cristianos tales como Clemente de Alejandría, Hipólito, Tertuliano y Astorias, que eran más bien críticos, y no iniciados. Aún así, y con toda esta evidencia, la verdadera naturaleza de los Misterios permanece cubierta por un velo de incertidumbre porque los participantes se mostraban extremadamente respetuosos de su promesa de no revelar lo que tenía lugar en el Telesterio, o santuario interior del Templo de Deméter. Violar el juramento de secretismo era considerado una ofensa capital. [x] Por estas razones es que los estudiosos de hoy en día se ven obligados a utilizar evidencia circunstancial e inferencias, con el resultado de que aún no hay un consenso acerca de lo que tenía o no tenía lugar allí.

Foucart y sus seguidores concluyeron que los Misterios de Eleusis deben haber procedido originalmente de Egipto. El hecho es que la ruinas del santuario de Eleusis tienen una mayor antigüedad que el Himno a Deméter egipcio recitado por Homero y que a menudo se cita como prueba del origen egipcio de los Misterios. Además, las excavaciones no han conseguido desenterrar ningún artefacto egipcio que se remonte a ese período.

Muchos académicos modernos favorecen el punto de vista de que el culto a Deméter posiblemente se originó en Tesalia o Tracia. En parte basan esta conclusión en las referencias de Homero y otros autores de la antigüedad relativas a la existencia de templos a Deméter evidentemente pre-dóricos y ubicados en los pueblos tesálicos de Termópila, Pyrasos y Ferai; en parte, también, en las relaciones etimológicas que conectan palabras propias de los ritos de Deméter con ciertos dialectos pre-helénicos provenientes del norte. Otros académicos señalan que Deméter debe haber sido idéntica a la diosa “Daméter”, que se menciona brevemente en las tabletas “Lineales B” encontradas en Pylos y que datan de aproximadamente el año 1200 AC. Esta evidencia sugiere que, después de todo, el culto de Deméter podría haberse originado en el sur del Peloponeso.

En cualquier caso, y sea que el culto específico a Deméter que se practicaba en Eleusis se haya originado en el norte o en el sur de Grecia, los paralelos innegables con la adoración a las diosas de la cosecha en otras partes de la región oriental del Mediterráneo sugieren un frecuente contacto e intercambio de ideas religiosas. Y si bien pensamos que la fiesta cananita de los Tabernáculos era una versión corrupta de una forma más antigua, también somos de la opinión de que hay algo sumamente misterioso detrás de la deliberada designación del Tabernáculo como el lugar donde se debían guardar las leyes de Yahvé, como si ello fuera una manera de suplantar la función original que pudiera haber tenido.

El hecho es que el término “Thesmosphoria” se deriva de thesmoi, que significa “leyes”, y phoria, que significa “portar”, como una referencia a la diosa en su calidad de “portadora de las leyes”. Pero el simbolismo del arca de la alianza que presenta a Yahvé como el “portador de la ley” dentro de la “tienda de las asambleas” (o “Madre-Delta”, la “puerta hacia los reinos superiores”), reemplazó al significado original y al papel predominante de la mujer dentro del proceso.

Se han escrito libros enteros henchidos de especulaciones acerca de los ritos Eleusinos. Algún día yo misma podría escribir uno, pero permítanme ir directo al grano: lo más cerca que podemos llegar a entender la finalidad última de estos ritos es sugerir que tenían que ver con el “ascenso” o “descenso” a otros planos de la realidad, con la idea de realizar el acto arquetípico de la creación del Nuevo Año.

Ya tenemos cierta idea de lo que estos ritos y celebraciones representaban puesto que muestran paralelos con los conceptos griálicos que hemos examinado de manera somera en anteriores capítulos de este libro. Los festivales de Año Nuevo que celebraban los antiguos, incluían ritos que simbolizaban la naturaleza cíclica del tiempo, el agotamiento de los recursos cósmicos que resultaban en el caos, y el subsiguiente hieros gamos, o matrimonio sagrado. Esto último efectivamente representa el acto de “plantar la semilla” en el nuevo universo, o bien el “pasaje” a través de las aguas del diluvio, sobre un arca, hacia el nuevo mundo. Podría también representar, en su forma más original, la utilización del conocimiento de los Bucles de Tiempo: la Máquina del Tiempo.

En ese sentido, resulta bastante razonable sugerir que el ascenso o descenso podría haber sido la función o meta del hieros gamos mismo, y que quizás ese matrimonio sagrado que simbolizaba la unión con la Diosa, también indicaba la unión entre el hombre y la divinidad, a través de la cual se recibían las “leyes” o “destinos” colectivos que regían para el año venidero. Llevando esta imaginería un poco más lejos en el pasado, hacia nuestra hipotética ciencia antigua, podría ser que este hieros gamos fuera también un símbolo de la “disolución del tiempo” que tiene lugar mediante el uso de una Máquina del Tiempo.

Era durante el hieros gamos que las luces se extinguían, así que la hierogamia tenía lugar bajo la dirección del hierofante, dentro de una tienda que se había levantado para mayor privacidad, y cuando las luces se volvían a encender, ello era tomado como señal de que el año viejo había muerto y la semilla había sido plantada para el nacimiento del nuevo año. Se ha escrito que “el último misterio quedaba finalmente revelado en Eleusis con las palabras ‘una mazorca cosechada en silencio’, un fetiche sagrado que los judíos llamaban shibboleth”. [xi]

Este asunto del “shibboleth” nos presenta una clave interesante. La palabra misma se deriva de una raíz hebrea en desuso, shebel, que significa “fluir”, como en el caso de la cola de un vestido de dama, o cualquier cosa que es arrastrada por una dama o que fluye de ella. Así pues, la “mazorca” debe verse como algo que surge a partir de la mujer, o como el grano que fluye a partir de ella, siendo que el grano es una regalo de la diosa. Aquí tenemos una imagen exacta del tipo de energía bio-electrónica que se habría requerido para transducir las energías cósmicas que habrían podido manifestar los carruajes rebosantes de canastas de frutas que se describen en el Rg Veda:

Los adorados Maruts, armados de sus resplandecientes lanzas y petos dorados, gozan de vigorosa existencia; que los carruajes de los veloces Maruts, para nuestro bien, arriben pronto... Dispensadores de la lluvia y la fertilidad, dadores del agua y de abundante alimento... vuestras vacas lecheras nunca están secas...Invocamos a los carruajes rebosantes de alimento de los Maruts. [xii]

La palabra “shibboleth” solamente aparece una vez en toda la Biblia, en una historia verdaderamente trágica que se encuentra en el libro de Jueces, capítulos 11 y 12. Parece que había un hombre llamado Jeftah que era el hijo de una prostituta. Él fue expulsado de la casa de su familia por los hijos legítimos de su padre, Gilead, por lo que hubo de irse lejos para convertirse en una especie de líder de otras personas igualmente desposeídas. Hasta aquí se parece a la historia de Robin Hood, pero también recuerda a David durante su época de forajido.

Luego sucedió que sus hermanos, los mismos que le habían expulsado, los “hijos de Gilead”, se vieron sometidos a un ataque por parte de los “hijos de Ammon”. Necesitaban ayuda en forma desesperada y sabían que Jeftah tenía reputación de ser un feroz guerrero al frente de su banda de bien entrenados y “joviales forajidos”. Así que fueron donde Jefath para solicitarle su ayuda.

Jeftah primero les dijo que eran unos sinvergüenzas por pedirle de esa manera que peleara batallas que no le incumbían, pero luego lograron persuadirlo diciéndole “si nos ayudas ahora, te haremos cabeza de la familia”. Eso era más de lo que Jeftah podía resistir, así que aceptó. No solo eso, sino que hizo un juramento público a Yahvé prometiendo dar en ofrenda a las llamas “cualquier cosa que salga por las puertas de mi casa a recibirme cuando retorne”. De seguro que el lector ya puede intuir lo que se avecina. A no dudarlo, Jeftah resultó victorioso en la batalla.

Cuando Jeftah retornó a su casa en Mizpeh, su hija salió a su encuentro danzando y tocando la pandereta; ella era su única hija, y aparte de ella no tenía otros hijos.

Y cuando la vio, se rasgó las vestiduras y exclamó: “¡Ay, hija mía, qué gran dolor me causas, porque le he hecho una promesa al SEÑOR y no puedo dar marcha atrás!”

Y ella le dijo: “Padre, has conmigo lo que le has prometido al Señor, porque él ha cumplido su parte al darte la victoria sobre tus enemigos los amonitas”. Concédeme solamente que pueda tener dos meses en compañía de mis amigas para vagar por las montañas y llorar por tener que morir sin haberme casado”. Jeftah le concedió lo que pedía, y por espacio de dos meses ella vagó con sus amigas llorando su virginidad sobre las montañas”.

Al cabo de los dos meses ella regresó donde su padre, y él cumplió la promesa que le había hecho al Señor, por lo que ella murió sin haber tenido intimidad con hombre alguno. Por eso es costumbre entre las jóvenes israelitas llorar la muerte de la hija de Jeftah, el gileadita, por espacio de cuatro días cada año.

Bueno, aparte del hecho de que si tomamos la Biblia en forma literal aquí tenemos una indicación de que Yahvé era el tipo de Dios que podría haber requerido de sacrificios humanos, cuando menos no cabe duda de que sí los aceptaba en ocasiones. Pero en otro sentido, esta no sería más que otra versión de la historia en la cual Abraham casi consuma el sacrificio de su propio hijo Isaac, que además resulta casi idéntica a la historia Védica de Manu. Estos actos se basaban en lo que se llamaba sraddha, que es un término relacionado con las palabras fides, credo, fe, creencia, etc. [xiii]

La palabra sraddha fue, según Dumezil y Levi, traducida en forma precipitada como “fe” en el sentido cristiano. Entendida de la manera correcta más bien tiene un significado similar a la confianza que tiene un artesano en sus herramientas y en las técnicas aprendidas, como si se tratara de elementos de magia. Por lo tanto esto forma parte de un “pacto” en el que el sacrificador conoce la manera correcta de realizar un sacrificio prescrito, y además sabe que si ejecuta ese sacrificio de la manera correcta, este deberá producir el efecto esperado.

Para resumir, se trata de un acto diseñado para ganar control sobre las fuerzas de la vida que residen en el dios con el cual se ha hecho el pacto. Y se debe aclarar que tales dioses que hacen pactos no son “ornamentos literarios” o abstracciones intelectuales. Son socios activos dotados de inteligencia, fuerza, pasión, y la tendencia a salirse fuera de control en caso de que el sacrificio no se haga de la manera prescrita. En ese sentido, el sacrificio es, sencillamente, un acto de magia.

En otro sentido, el asceta o auto-sacrificador es aquella persona que busca la liberación de las ataduras y del orden de la naturaleza a través de la auto-mortificación y la sumisión de la carne; somete a prueba la fuerza de su voluntad y la incrementa con el propósito de alcanzar poderes tiránicos mientras todavía está en el mundo. Busca el dominio sobre sí mismo, sobre otros individuos, e incluso sobre los mismos dioses.

En las historias de Manu provenientes de la India, encontramos que este tiene una manía por los sacrificios de la misma forma que los ascetas y los santos tienen una manía por el auto-sacrificio. La más famosa de estas historias nos presenta a Manu, esclavizado a su sraddha, renunciando a todas las cosas que tienen valor en su vida y concediéndolas a los demonios “Asura brahmans, Trsta y Varutri”. Para sacarle cualquier cosa a Manu, todo lo que ellos tienen que hacer es decir “Manu, eres un sacrificador y tu dios es sraddha”. Así que una tras otra le son demandadas gran cantidad de cosas, incluyendo, al final, hasta su mujer misma, Manavi. Pero el mismo Indra interviene en este punto para salvar a Manavi, así que se le aparece a Manu y utiliza las mismas palabras: “Manu, eres un sacrificador y tu dios es sraddha”. Para acabar con el plan de los demoníacos brahmin que han producido en Manu el estado de sraddha, o la creencia en la necesidad del sacrificio, ¡Indra demanda el sacrificio de los dos demonios Brahmin! Entonces Manu, como devoto del sraddha que es, no tiene más remedio que entregarlos a Indra, y este procede a decapitarlos.

Los actos de sacrificio son, en efecto, actividades comerciales: la ejecución de un contrato de intercambio entre el hombre y la divinidad. “Te doy esto para que a cambio tu me des lo otro”. En la Biblia, la historia en la cual fue rechazado el sacrificio de grano de Caín nos dice que dios evalúa la menor o mayor valía de una ofrenda propuesta.

Al ver como su víctima le era arrebatada por la misericordiosa intervención de Indra, Manu no se toma demasiado bien lo que considera una violación de sus “derechos”. “¡Acaba con mi sacrificio!”, le dice a Indra, ante lo cual Indra le hace una promesa: “El deseo que has albergado al tomar a tu esposa por víctima te será concedido; pero deja que viva esta mujer”. [xiv]

En la historia del sacrificio de Isaac, el hijo de Abraham, y la aparición del carnero en el arbusto, encontramos una interesante variación sobre este mismo tema. A Agni se le equipara con Vasishtha, “el nacido del loto” o “de la diosa”.

En cuanto a la historia de la hija de Jeftah, vemos que el editor de los textos bíblicos sintió que no le iba a ser posible eliminarla, pero sí podía disfrazar la verdadera naturaleza del sacrificio. El asunto se torna más claro con lo siguiente:

A Llew Llaw Gyffes (el León de la Mano Firme), una especie de Dionisio o Hércules Celestial al que se adoraba en la Gran Bretaña de la antigüedad, generalmente se le identifica con Lugh, el dios solar goidélico... “¡Ojalá y no hubiese otro astro más que el Sol! Es el rostro radiante de Lugh, el de largos dedos, a quien nadie podía contemplar sin quedar embelesado.”

Su muerte el primer domingo de Agosto, llamada Lugh nasadh y posteriormente alterada a Lugh.mass o Lammas, fue celebrada en Irlanda hasta época muy reciente con el luto típico del Viernes Santo, y conservada como la fiesta de los familiares fallecidos, con una procesión de luto encabezada siempre por un joven que portaba una corona de guirnaldas. Esta festividad de Lammas también solía celebrarse como una fiesta de los lamentos en la mayor parte de la Inglaterra de la época medieval...

En algunas partes de Gales todavía se hacen ferias en el día de Lammas. Sir John Rhys dejó constancia de que en la década de 1850 todavía era posible ver una gran cantidad de dolientes llorando la muerte de Llew Llaw sobre las colinas de Fan Fach y South Barrule, en Carmarthershire, cada primer domingo de Agosto, con la expresa justificación de que “iban colina arriba a llorar la muerte de la hija de Jeftah”. Curiosamente, esta era la misma excusa que daban las jóvenes judías de la época posterior al exilio (luego de las reformas Deuteronómicas) para disfrazar su luto por Tammuz, la contraparte palestina de Llew Llaw. [xv]

El sacrificio de la hija de Jeftah es, por tanto, otra instancia más en la cual vemos la nueva visión del papel de la mujer explicada por Hesíodo y sus contrapartes, los autores de la Biblia, y que se estaba imponiendo en toda el mundo del Mediterráneo Oriental. Resulta interesante pensar en el “pithoi” de Pandora, de donde surgieron todos los problemas de la humanidad, a la par de la clave del shibboleth que encontramos dentro de la historia de Jeftah:

12:4 Entonces Jeftah reunió a todos los hombres de Gilead y fue a pelear contra los de Efraín: y los hombres de Gilead derrotaron a los de Efraín porque estos últimos habían dicho de ellos que eran fugitivos entre los efraimitas y entre los manasitas.

12:5 Y los gileaditas arrebataron los vados del Jordán de manos de los efraimitas, y cuando alguno de los efraimitas que había escapado les pedía permiso para cruzar, los hombres de Gilead preguntaban: “¿Eres un efraimita?”, y si aquel decía que no,

12:6 le pedían que dijera “Shibboleth”, pero como los eframitas solo podían decir “Sibboleth” ya que les resultaba imposible pronunciarlo de otra manera, lo agarraban y lo mataban allí mismo, junto a los vados del Jordán: tantos como cuarenta y dos mil eframitas murieron de esa manera.

Otra clave que nos revela la verdadera naturaleza de los ritos eleusinos es que se dice que eran celebrados a lo largo de toda Grecia durante el mes de Pyanepsion (finales de Octubre), únicamente por mujeres. Su principal característica era la del sacrificio del cerdo, ofrenda usual para las deidades ctónicas [xvi] .

Los griegos atribuían a los cerdos poderes especiales en virtud de su fertilidad y la potencia y abundancia de su sangre, y quizás también por su extraña habilidad para desenterrar tubérculos. Los expertos sugieren que se tenía la creencia de que el mezclar la sangre del cerdo con las semillas de los granos incrementaba la abundancia de la cosecha del siguiente año. Los académicos también nos dicen que las ceremonias incluían ayuno y purificación, el descenso ritual al inframundo, y el uso de la magia imitativa para recuperar el poder de renovar la vida de las fauces de la muerte.

Vemos entonces porqué los participantes de la Themosphoria reverenciaban al cerdo, y los rituales incluían el lavado y sacrificio de jóvenes cerdos sagrados para Deméter (si bien esto no tenía lugar en Eleusis sino en las playas de Pireas, cerca de Atenas). Notamos además que esta más bien corresponde a una práctica cananita que ahora vemos yuxtapuesta, de manera sumamente extraña, a una religión conocida por su prohibición de la carne de cerdo; ¿sería quizás porque el animal sagrado de la religión rival era el cerdo, o porque en el corazón mismo del judaísmo existía una similar reverencia por el cerdo que llevó a la prohibición del consumo de su carne como una forma de protegerlo? Y de ser así, ¿cuál podría ser la explicación de esto? ¿Sería quizás que el cerdo era la personificación de un dios? Bueno, consideremos esta posibilidad por un momento. En Génesis 12:6-7 encontramos a Abraham sellando un pacto con Dios.

Y Abram atravesó toda la región hasta llegar al lugar llamado Siquem, sobre la planicie de Moreh. Por esa época los cananitas vivían allí, y el Señor  se le apareció a Abram y le dijo: “Toda esta tierra se la daré a tu descendencia”. Entonces Abram construyó un altar para el Señor, porque allí se le había aparecido.

Luego tenemos a Dios, en Génesis 22:2-3, diciéndole a Abraham:

“Toma a Isaac, tu único hijo, al que tanto amas, y vete a la tierra de Moriah. Una vez allí ofrécelo en holocausto sobre el monte que yo te señalaré”. Y al día siguiente Abraham se levantó muy temprano y ensilló su asno; cortó la leña para el sacrificio, y llevándose consigo a Isaac y a dos jóvenes sirvientes, se fue al lugar que Dios le había señalado.

Y en II Crónicas 3:1 leemos:

Entonces Salomón comenzó la construcción de la casa del Señor sobre el monte Moriah, donde el Señor se le había aparecido a David, su padre, en el sitio que David había preparado para ello y que fuera utilizado por Ornán, el jebuseo, como patio para trillado del trigo.

Otro de los nombres del monte Moriah es Monte Sión. Isaías nos dice que el monte Sión era el Trono de las Huestes del Señor, quien “dispersa, distribuye y trilla bajo sus pies”. El “templo” fue construido sobre le “patio de trillado” de Ornán (Araunah en otra versión), simbólico de Tammuz, dios de la cosecha, que siempre demandaba los “primeros frutos”.

Pero el caso es que Jehová no estaba muy interesado en granos de ningún tipo: él quería sangre:

Éxodo 34:19 Todo primogénito será para mí, así como toda primera cría de vuestro ganado que sea macho, ya sea que venga del vientre de la vaca o la oveja. 34:20 Pero la primera cría de una asna deberá ser redimida con un cordero en su lugar, porque de no hacerlo así deberéis romperle el cuello. También deberéis redimir a cada uno de los primogénitos de vuestros hijos con una ofrenda, y ninguno deberá venir en presencia mía con las manos vacías. 34:21 Seis días debéis trabajar, pero al sétimo descansaréis, y así será, igual en tiempo de siembra que de cosecha.

Cuando Jehová se adjudica el sétimo como un día sagrado en su honor, se identifica con Cronos o Saturno. Se dice que cuando agonizaba como consecuencia de una herida que recibió del jabalí que envió Zeus para darle muerte, el Adonis frigio fue metamorfoseado en un abeto por su amante, la Diosa Cibeles.

Osiris resultó muerto por Set, el dios solar egipcio disfrazado de jabalí, mientras que el dios solar griego Apolo, también disfrazado de jabalí, dio muerte a Adonis o Tammuz, el Sirio, amante de la Diosa Afrodita. Finn Mac Cool, por su parte, disfrazado de jabalí, dio muerte a Diarmuid, el amante de la Diosa irlandesa Grainne, mientras que un dios desconocido, disfrazado de jabalí, fue el que dio muerte a Anceus, el rey de Arcadia y devoto de Artemisa, mientras este se encontraba en su viñedo de Tegea, y según el nestoriano Grannat Busame, el Zeus cretense también resultó muerto en forma similar. La temporada de caza del jabalí era en Octubre, y esta también era la temporada de festejos de los basáridos, que solían celebrar tocados con guirnaldas de hiedra. El jabalí es la bestia de la muerte, y la “caída” del año comenzaba en el mes del jabalí.

En Egipto el año constaba de 360 días dividido en tres estaciones de 120 días, cada una de las cuales constaba a su vez de de cinco períodos de 24 días, con cinco días adicionales. Lo egipcios decían que estos cinco eran los días que el Dios Thoth (Hermes) le había ganado a Isis, la Diosa de la Luna, a causa de las sequías, y que se componían de la septuagésima segunda parte de cada día del año. Los natalicios de Osiris, Horus, Set, Isis y Neftis se celebraban durante esos días en ese preciso orden. Parece que, basados en el mito, todo cambio de religión requería de un cambio en el calendario. El antiguo año de 364 días mas uno adicional, fue reemplazado por el año de 360 días más cinco adicionales. Bajo la posterior influencia de los asirios, las tres estaciones se dividieron en cuatro períodos de treinta días cada uno en lugar de los cinco períodos de 24 días. La estación de 72 días aparece en el mito egipcio-biblio en el cual la Diosa Isis escondió a su hijo Horus, o Harpócrates, para protegerlo de la ira del dios del Sol Set (el de las orejas de asno) durante los 72 días más calientes del año, es decir, durante ese tercio de las cinco estaciones regentado por Sirio, la estrella del Perro, y por los dos Asnos.

La leyenda griega de que el Dios Dionisio colocó a los asnos en el Signo de Cáncer nos sugiere que el Dionisio que visitó Egipto y fue huésped de Proteo, Rey de Faros, fue Osiris, hermano del dios hicso Tifón, también conocido como Set.

Según la leyenda homérica del Rey Proteo, los más antiguos pobladores del Delta utilizaban la isla del faro, frente a las costas de lo que más tarde fue conocida como Alejandría, como su sagrada isla oracular. Proteo, rey de Faros, que tenía el poder de cambiar de apariencia, vivía en una caverna a la cual Menelao solía ir a visitarle para hacerle consultas. Apuleyo relaciona el sistro de Osiris, utilizado para alejar al dios Set, con Faros, lo cual nos sugiere que Proteo y Osiris eran vistos allí como la misma persona. Existe otro Proteo en Arcadia, llamado Proetus.

 El amplio muelle a la entrada del puerto de Faros consistía de ásperos  bloques de piedra que presentaban profundos grabados en forma de pentágonos. Puesto que los pentágonos son figuras inconvenientes para semejantes construcciones, algunos investigadores han pensado que el número cinco debió haber tenido algún importante significado religioso. Robert Graves pregunta: “¿Acaso fue Faros el centro de un sistema de calendario basado en cinco estaciones?”

Pero la isla también tiene otras extrañas relaciones con los números cinco y setenta y dos que se remontan al comienzo de la era cristiana. Los judíos de Alejandría solían visitarla para celebrar un festival anual cuya justificación era que los Cinco Libros de Moisés habían sido allí milagrosamente traducidos al griego por setenta y dos doctores de la Ley que habían trabajado setenta y dos días cada uno.

¿Qué es lo que hay detrás de esta historia?

En épocas antiguas los festivales solían conmemorar una especie de tratado o acto de unificación. ¿Qué es lo había tenido lugar allí?

Esquilo llama al Nilo con el nombre de Ogygia, y Eustatio, el gramático bizantino, decía que el nombre original de Egipto era Ogygia. Cuando los biblios trajeron a su Dios Sirio de la Tempestad a Egipto (aquel que, disfrazado como jabalí, todos los años daba muerte a su hermano Adonis, el dios que siempre nacía bajo un abeto) ellos lo identificaron con Set, el antiguo dios egipcio del desierto que tenía como bestia sagrada al asno salvaje, y que anualmente destruía a su hermano Osiris, el dios de la vegetación del Nilo. Sanctoniato el fenicio, citado por Filo, dice que “los misterios de Fenicia fueron llevados a Egipto”. Dice además que los dos primeros inventores de la raza humana, Upsourianos y su hermano Ousous, consagraron dos pilares, uno al fuego y otro al viento. Esta es la forma más antigua de lo que posteriormente serían los pilares Jaquín y Boaz, uno de los cuales representa a Adonis, dios del año que comienza y del sol recién nacido, mientras que el otro representa a Tifón, dios del año que acaba y de los vientos destructores. En forma similar, los reyes hicsos, bajo influencia de los biblios, convirtieron a su dios de la Tempestad en Set.

Es posible que en épocas pre-dinásticas Set haya sido el jefe de todos los dioses de Egipto, puesto que el signo de la realeza que portaban todos los dioses dinásticos era el cetro de junco con orejas de asno de Set. Los egipcios también identificaban a Set con la constelación de las largas orejas, Orión, el “Señor de los Salones del Sur”, y el “aliento de Set” era el viento proveniente de los desiertos del sur que tanto entonces como ahora, cada vez que sopla, desata una ola de violencia criminal en Egipto, Libia y el sur de Europa. El asno aparece en muchas de las anécdotas del Génesis, así como en los más antiguos libros históricos de la Biblia.

Los textos y registros pictográficos egipcios son notorios por su tendencia a la supresión o distorsión de los hechos. Parece que ya desde el año 2800 AC, los sacerdotes aristocráticos que formaban el “establecimiento eclesiástico egipcio” habían comenzado a meter mano en las historias populares. Por ejemplo: en el Libro de los Muertos, Duodécima Hora de la Oscuridad, cuando el bote solar de Osiris se acerca a la última puerta del Otro mundo justo antes de su reemergencia hacia la luz del día, se representa a Osiris doblado hacia atrás en forma de un aro, con las manos levantadas y los dedos de los pies tocando la parte posterior de la cabeza. Esta posición se explica mediante el título de “Osiris, cuyo circuito es el otro mundo”. Se supone que sugiere que adoptando esta absurda postura acrobática, Osiris está definiendo el otro mundo como una región circular, estableciendo una analogía entre las Doce Horas y los Doce signos del Zodíaco. Está claro que la mano sacerdotal ha introducido una corrupción en lo que era un conocimiento mucho más arcaico. Esta postura representa a Osiris cuando ha sido capturado por Set y atado, al igual que Ixión o Cuchulain, con el “amarre de cinco” puntos que sujetaba muñecas, cuello y tobillos juntos. En otras palabras, al representar a Osiris en esta posición se describe los efectos que sobre él han tenido las actividades del dios del inframundo, la serpiente Set, quien también aparece como el Jabalí y el Asno.

Ahora tenemos muchas más claves acerca de la temprana etapa de formación de la religión de Yahvé, incluyendo la descripción de la construcción de los pilares Jaquín y Boaz y otras instancias de historización de mitos que aparecen en la Biblia y que se atribuyen a Salomón. También nos es posible ver una conexión con la rebelión de Peribsen, que fue seguida por la emergencia de la civilización cretense, así como la posterior relación de esta última con el judaísmo.

En la actualidad los judíos celebran su Año Nuevo en setiembre, coincidiendo con la época de la cosecha. Luego viene la Fiesta de los Tabernáculos, que se supone conmemora el hecho de que los hijos de Israel construyeron “refugios temporales” mientras viajaban por el desierto, el dominio de Set. Se dice que “fue en la tienda donde por primera vez Dios intimó con el hombre” durante el Éxodo. El Tabernáculo era el lugar de reunión entre Dios y el hombre. Las comparaciones son tan obvias que no necesito señalarlas.

De regreso a nuestra peculiar historia de lucha entre Jacob y el “hombre”, luego de la cual se marchó hacia el sur para escenificar su episodio del tabernáculo, está claro que hablamos de la historización de un antiguo drama ritual.

Ciertos mitos antiguos nos hablan de la batalla entre dos hermanos, o bien entre padre e hijo. Esta batalla termina cuando el rey mayor es “herido en el muslo”, o resulta ritualmente castrado para simbolizar su pérdida de la potencia. El reino, representado por la figura de la reina, pasa entonces a manos del hermano vencedor, o bien pasa de padre a hijo porque la reina es simbólica de la tierra. Es interesante notar cómo este drama fue recreado por Jacob, con el “ángel de Yahvé” representando el papel de Set. De esta manera la gente podía entender cómo el derecho real había sido pasado personalmente a manos de Yahvé porque este había “intimado con Jacob”, que había asumido el papel de la diosa. Yahvé, el dios Jabalí.

Es preciso que entendamos que estos combates rituales, dramas de reyes que mueren, y actos de canibalismo o sacrificio, son solamente una forma extrema de corrupción de una idea original central que está relacionada con la antigua tecnología. Es un hecho que el aspecto tecnológico emerge de tanto en tanto, pero a menudo se encuentra tan disfrazado que es difícil percatarse de los muchos giros e inversiones que han tenido lugar a lo largo del hilo de transmisión. Entre las más arcaicas representaciones de estas ideas –si bien es posible que ya contengan un grado de corrupción del verdadero conocimiento antiguo– se encuentran los ritos de los Chamanes del Asia central.

Cuando nos enfocamos en las funciones del chamán encontramos que estas incluyen el descenso al inframundo para salvar al hombre, y el ascenso a los cielos para interceder en nombre de su pueblo ante los dioses. Es, en efecto, el “caballero” escogido en forma divina que cuenta con las dotes requeridas para realizar ese viaje. El simbolismo de la escalera por la cual el chamán asciende o desciende, es uno típicamente chamánico. El “Árbol de la Vida”, símbolo de la diosa de la vida, también es simbólico del ascenso chamánico hacia las esferas celestiales para recibir la comunicación de parte del dios acerca del destino de la tribu. En ese sentido, y en términos de simbolismo, el eje cósmico y el libro celestial se han mezclado. Uno puede ver claramente todos estos elementos en la historia de la escalera de Jacob y en su lucha contra el “ángel”. Desafortunadamente, Jacob perdió esa lucha.

Al estudiar los aspectos del chamanismo encontramos algo sumamente fascinante: una misteriosa “enfermedad femenina” que a menudo sufrían los chamanes varones. Uno de los variables síntomas que se han reportado acerca del proceso de convertirse en un chamán es que el individuo comienza a vestir como una mujer, actuar como una mujer, y en general, a sufrir el proceso de feminización. Vemos un indicio de esto en el viaje de Jacob hacia el sur para “levantar un pequeño cubículo”: ¡actividad estrictamente femenina!

La feminización del chamán nos lleva a considerar el hecho de que, muy probablemente, la original función chamánica/griálica era desempeñada exclusivamente por mujeres, y que en determinado momento hubo un intento de parte del hombre por hacer a un lado a la mujer y adquirir sus atributos y sus naturales capacidades chamánicas. Parece ser que en ese mismo momento, el lugar de la mujer dentro de los ritos como la “encarnación” de la diosa en el sagrado matrimonio, fue reemplazado por otros elementos como la escalera, el árbol celestial, o inclusive el caballo. La característica rítmica de la relación ritual, que no era sino una corrupción del acto de “disolución” en el continuo espacio-temporal, fue reemplazada por el rítmico batir del tambor y por otros métodos para inducir el estado de trance.

Las claves que explican esta transición están escondidas en las palabras mismas: knight (caballero) y mare (corcel). Knight se deriva de la misma raíz que yogui o juga, que significa “unir”o “atar”, mientras que mare proviene de mer cuyas dos acepciones son “mar” y “madre”. Para acercarnos un poco más a comprender cómo tuvo lugar esta transición veamos los comentarios de Eliade acerca del papel chamánico en los ritos funerarios, ritos que se han considerado como muy similares a los “ritos secretos” o funciones que han sido guardadas por votos de secretismo.

Heródoto nos ha dejado una buena descripción de las costumbres funerarias de los escitas. El funeral era seguido de purificaciones. Se solía echar hachís sobre piedras calientes para que todos inhalaran el humo resultante; “los escitas aullaban de gozo cuando tomaban este baño de vapor.” […] Los aullidos eran parte de un conjunto de elementos religiosos cuyo propósito no podía ser otro más que el éxtasis. En relación con esto Meuli cita una sesión altáica descrita por Radlov en la cual el chamán guiaba hacia el inframundo el alma de una mujer que había estado muerta por cuarenta días. La figura del chamán no aparece en la descripción de Heródoto: él habla solamente de las purificaciones que siguen al funeral. Pero entre algunos pueblos turco-tártaros, tales purificaciones coinciden con la función del chamán de escoltar al fallecido hacia su nuevo hogar, los mundos inferiores. […]

También se reporta el uso del cáñamo o hachís con propósitos extáticos entre los iranianos, y es justamente el vocablo iraniano que significa hachís el que se emplea en el centro y norte de Asia para designar a la intoxicación mística.

Se sabe que los pueblos caucásicos, en especial los osetas, han conservado un número de tradiciones mitológicas y religiosas de los escitas.

Ahora bien, las concepciones de la vida después de la muerte que sostienen ciertos pueblos caucásicos son muy cercanas a las de los iranianos, particularmente en lo que se refiere a la idea de que el fallecido debe cruzar un puente tan delgado como el grueso de un cabello, el mito del Árbol Cósmico cuyo extremo superior toca el cielo y en cuyas raíces hay una fuente milagrosa, y otras por el estilo. También encontramos que los adivinos, videntes y nigromantes, tienen un papel entre las tribus montañeses de Georgia. Los más importantes entre estos hechiceros son los messulethe:  entre estos, la mayoría son mujeres y jovencitas. Su función principal es la de escoltar a los muertos al otro mundo, pero también pueden encarnar a estos. […] Para realizar sus labores, los messulethe primero deben caer en un trance. [xvii]

En este punto permítaseme intercalar el comentario de que podemos ver un curioso paralelismo con el hecho de que la Thesmosphoria era celebrada “exclusivamente por mujeres”. En otras palabras, es muy probable que se tratara de una costumbre arcaica que posteriormente fuera descrita como “prostitución sagrada”, solo que esta última claramente se derivaba de lo que hemos designado como la disjecta membra de una antigua tecnología que era capaz de producir el efecto de modificar el ADN. A través de milenios de transmisión, la terminología que describe el factor ADN resultó corrompida hasta adquirir connotaciones puramente sexuales. Más adelante veremos como a lo que una vez fue una idea “espiritual” se le dio un significado literal y fisiológico. El papel de la mujer es ciertamente muy importante, pero no en el sentido en el que ha sido interpretado por parte de los ocultistas.

Lo que está claro es que la antigua idea de la mujer en su rol de sacerdotisa, o “prostituta del templo”, como se le ha llamado, se derivó de su función natural como verdadera chamán. Cuando se extirpó a la mujer de su papel natural como guía en la tierra de los muertos para todos los miembros de la tribu, fue preciso inventar un buen número de otros elementos que tomaran su lugar: árboles, puentes (cuyo vocablo en inglés, bridges, es muy similar a bride, novia, y a bridle, brida, esta última usada para conducir un caballo), escaleras, tambores, cánticos, danzas, etc., pero muy especialmente, el combate ritual en lugar de la unificación.

Hemos observado una notoria similitud en cuanto a las ideas relativas al otro mundo de los caucásicos y de los iranianos. Por ejemplo, el puente Cinvat tiene un papel esencial en la mitología funeraria de los iranianos; el acto de cruzarlo en gran parte determina el destino del alma, y este cruce es una prueba difícil, equivalente en estructura a las pruebas iniciáticas. […]

El puente Cinvat se encuentra en el “Centro”, en la “mitad del mundo”, y tiene la altura de “cien hombres”.  […] Este puente conecta la tierra y el cielo por el “Centro”, y debajo de él se encuentra el foso del infierno.

Aquí encontramos el clásico esquema cosmológico de las tres regiones cósmicas conectadas por un eje central (pilar, árbol, puente, etc.) Los chamanes viajan libremente entre estas tres zonas: en su viaje hacia el otro lado, los muertos deben cruzar el puente. […] El aspecto importante de la tradición iraniana (cuando menos en la forma en que sobrevivió a la reforma de Zaratustra) es que, en el momento de cruzar el puente, hay una especie de lucha entre los demonios que tratan de precipitar el alma hacia el infierno, y los espíritus tutelares que resisten este esfuerzo.

En los Gathas [xviii] hay tres referencias a este cruce del puente Cinvat. Según la interpretación de H. S. Nyberg, Zaratustra se refiere a sí mismo como un guía hacia la tierra del más allá. Aquellos que se han unido a él en éxtasis podrán cruzar el puente con facilidad. [xix] […]

El puente, por lo tanto, no solamente es la ruta de los muertos, es también la ruta de los extáticos. […] El término maga empleado en los Gathas es  prueba de que Zaratustra y sus discípulos solían inducir una experiencia extática mediante el uso de cánticos rituales entonados en coro dentro de un espacio cerrado y consagrado para tal propósito. Dentro de ese espacio (maga) la comunicación entre la tierra y el cielo era posible. […] Ese espacio sagrado, entonces, se convertía en un “Centro”. […]

El éxtasis chamánico inducido mediante la inhalación del humo del hachís, era conocido en el antiguo Irán.  […] En el Videvdat el hachís es condenado como algo demoníaco. Podemos tomar esto como prueba de la completa hostilidad que llegó a existir hacia la intoxicación chamánica. […] La imaginería de los chamanes del Asia central parece haber sufrido la influencia de ideas del Oriente, pero también, y principalmente, de ideas iranianas. Esto no significa que el descenso chamánico hacia el inframundo se derive de alguna influencia exótica. La contribución oriental solamente amplificó y agregó color a los dramáticos escenarios de castigos; fueron las narrativas de los viajes extáticos hacia el inframundo las que resultaron enriquecidas a través de las influencias orientales, pero el éxtasis mismo las precedía por mucho. […]

Hemos encontrado la técnica del éxtasis en culturas arcaicas en las que debemos descartar cualquier influencia del antiguo oriente. […]

El valor mágico-religioso de la intoxicación como una forma de alcanzar el éxtasis es de origen iraniano. […]

En cuanto al origen de la experiencia chamánica... los narcóticos no eran más que un sustituto vulgar del trance “puro”.

El uso de intoxicantes es una innovación reciente y sugiere una decadencia en la técnica chamánica. Se echa mano de la intoxicación narcótica para que esta suministre una imitación de ese estado que el chamán ya no es capaz de alcanzar de otra manera. La decadencia o vulgarización de la técnica mística –tanto en la India antigua como en la moderna, y de hecho a todo lo largo de todo el mundo oriental– trae como resultado el que constantemente encontremos esa extraña mezcla entre las “vías difíciles” y las “vías sencillas” de conseguir el éxtasis místico o alguna otra experiencia decisiva. [xx]

Con este pequeño conjunto de claves podemos deducir que el sueño de Jacob acerca de la escalera y de su combate ritual con ese “hombre” que era más bien un ángel de Yahvé, no son más que recomposiciones posteriores para disimular las verdaderas actividades chamánicas en las que estaba involucrado Jacob. Si existió o no un Jacob histórico es algo que no podemos decir con certeza. Lo que sí parece innegable es que en ese momento alguien hizo determinadas cosas que ameritaron su asimilación dentro del mito del “Dios Talón”. De nuevo se nos vienen a la mente los encuentros entre Abraham y Dios y entre Moisés y Dios, que tuvieron como desenlace el acto de la circuncisión. De cualquier manera, es muy probable que los tres eventos –la lucha con el ángel, el cambio de nombre y la circuncisión de Abraham y del hijo de Moisés– fueran originalmente uno solo, posteriormente separado en tiempo y contexto por el redactor de la Biblia, a quien pronto vamos a encontrar.

Jacob, sin embargo, perdió la batalla, fracasando en su función chamánica, y al siguiente día cuando se encuentra con su hermano, sabiendo que había sido “mortalmente herido”, le transfiere a este la “bendición” o derecho real. Ante esto yo me pregunto: ¿acaso este encuentro registra también la transferencia a Esaú de algún objeto vital, como resultado el fracaso chamánico de Jacob?

Aquí, por supuesto, tenemos un elemento clave estupendamente esclarecedor  y que vale la pena explicar. Resulta ser que hay una muy significativa historia en la Biblia que se declara como estrictamente “histórica” y para la cual SÍ existe una verificación externa en los registros egipcios. Esta es la historia de Abram y Sarai en Egipto. De hecho, esta forma uno de los más problemáticos “triplicados”. En Génesis 12:10 a 13:2 leemos:

 Por aquel entonces hubo una gran hambruna en la tierra, y Abram se fue a vivir a Egipto durante algún tiempo, pues no había qué comer. Y sucedió que cuando ya estaba cerca de Egipto le dijo a su esposa Sarai: “Mira, yo se que tu eres una mujer hermosa y que cuando los egipcios te vean dirán ‘esta mujer es la esposa de ese hombre’. Entonces me matarán, pero a ti te dejarán con vida., así que te ruego digas que eres mi hermana, para que por causa tuya no haya yo de perder la vida”.

Sucedió entonces que cuando llegaron a Egipto, los egipcios vieron que Sarai era muy hermosa. También la vieron los herederos del Faraón y la recomendaron a este, así que Sarai fue llevada a la casa del rey de Egipto.

Por causa de Sarai el Faraón trató bien a Abram, dándole ovejas, bueyes, asnos, esclavos, esclavas, asnas y camellos. Pero también a causa de Sarai, el SEÑOR hizo descender grandes plagas sobre la casa del Faraón. Por eso el Faraón mandó llamar a Abram y le dijo: “¿Porqué me has hecho esto? ¿Porqué no me has dicho que esta mujer era tu esposa? ¿Porqué has dicho que era tu hermana para que yo pudiera tomarla como esposa? Anda, ¡toma a tu esposa y márchate!”

Y el Faraón ordenó a sus hombres que hicieran salir de Egipto a Abram, Sarai y todo cuanto poseían. Por lo que Abram debió salir de Egipto, y en compañía de Sarai, de todo cuanto poseían, y de Lot, enrumbó hacia el sur. Entonces Abram era un hombre muy rico, dueño de muchas cabezas de ganado y de grandes cantidades de plata y oro.

Continuar con parte 5

 



[i] De Geus, Cornelis, “Of Tribes and Towns: The Historical Development of the Isaelite City” (“De Tribus y Aldeas: el Desarrollo Histórico de la Ciudad Israelita”);  Eretz-Israel 24, 1993.

[ii] Ya en el año 851 DC, el mercader árabe Suleyman reportó haber observado el amarre de cinco puntos en China. Él escribió que “cuando un hombre es condenado a muerte es primero amarrado de esta forma para luego recibir un número determinado de golpes. Luego su cuerpo, que apenas respira, es entregado a los que habrán de devorarlo”.

[iii] Graves, Robert, The White Goddess (“La Diosa Blanca”); New York : The Noonday Press 1948, pp. 125-6.

[iv] Meagher, Robert Emmet, Helen: Myth, Legend and the Culture of Misogyny (“ Mito , Leyenda y Cultura de la Misoginia”), 1995, Continuum, New York , capítulo 3.

[v] Uno de los Titanes, hijo de Gaia y Urano. Clymene y Ocianid por otro lado, le dan por descendencia a los Titanes Prometeo, Epimeteo, Atlas y Menoetius. Durante la guerra entre los dioses y los Titanes, Zeus lo hace prisionero en el Tártaro.

[vi] Hay una curiosa similitud entre esta historia del desafío al sacrificio presentado por Prometeo y el desafío presentado por Elisha en contra de los sacerdotes de Baal, luego del cual cayó fuego del cielo para consumir el sacrificio de Elisha.

[vii] Meagher, Robert Emmet, Helen: Myth, Legend and the Culture of Misogyny (“Mito y Leyenda de la Cultura de la Misoginia”); 1995, Continuum, New York, capítulo 3.

[viii] La Biblia, Génesis 17:22-26.

[ix] En otras palabras, se escondió debajo de las enaguas de las mujeres.

[x] Esquilo, por ejemplo, alguna vez temió por su vida al haber estado muy cerca de revelar las verdades prohibidas.

[xi] D’Alviella, Count Goblet, The Migration of Symbols (“La Migración de los Símbolos”), New York : University Books 1956.

[xii] Rg Veda, Vol. III.

[xiii] Meillet, Antoine, Memoires de la Society de Linguistique de Paris, XXII, 1992.

[xiv] Sylvain Levi, citado por Dumezil, Georges, Mitra-Varuna: An Essay on Two Indo-European Representations of Sovereignty (“Mitra-Varuna: Ensayo sobre dos Representaciones Indo-Europeas de la Soberanía”); Zone Books;  edición reimpresa en 1988, p. 63.

[xv] Robert Graves, The White Goddess (“La Diosa Blanca”); New York : Noonday Press 1948, pp. 302, 303.

[xvi] “Oscuras, primitivas, misteriosas”.

[xvii] Eliade, Shamanism, Archaic Techniques of Ecstasy (Chamanismo, Técnicas Arcaicas de Éxtasis), pp. 394-6.

[xviii] Himnos de Zaratustra

[xix] Aquí debo comentar que la influencia del zoroastrismo en la creación de la Biblia puede haber sido más profunda de lo que se cree.

[xx] Eliade, Shamanism, Archaic Techniques of Ecstasy (Chamanismo, Técnicas Arcaicas de Éxtasis), pp. 396-401.

 

 

 

Continuar con Parte 5


Los dueños y editores de estas páginas desean declarar que el material presentado aquí es producto de nuestra investigación y experimentación en la Comunicación Superluminal. A veces nos preguntamos si los Cassiopaeans son quiénes dicen ser, ya que no tomamos nada como una verdad incuestionable. Tomamos todo con pinzas, aún cuando consideramos que hay una buena posibilidad de que sea verdad. Analizamos constantemente este material, además de una gran cantidad de otro material que llega a nuestras manos desde numerosos campos de la ciencia y el misticismo. Francamente, nosotros no sabemos CUÁL es la verdad- pero creemos que está "Allí afuera" y, tal vez, si es posible, podamos encontrar alguna de sus partes. Sí, diremos que nuestras vidas se han visto enriquecidas por este contacto, pero también nos hemos sentido desconcertados y confundidos por algunos elementos que todavía necesitan clarificación. Sí que hemos descubierto muchas cosas, en la manera de "confirmación" y "corroboración" de varios otros campos inclusive científicos e históricos, pero hay también mucho material que, por su naturaleza, no se puede verificar. Así, invitamos al lector a compartir nuestra búsqueda de la Verdad, leyendo con una mente abierta pero escéptica.

Nosotros no alentamos las ideas producto del "devotismo" ni de "Verdad Única," pero sí alentamos la búsqueda del Conocimiento y de la Conciencia en todos campos de trabajo como la mejor manera de ser capaces de discernir las mentiras de la verdad. Lo único que podemos decirle al lector es esto: trabajamos muy duramente, durante muchas horas al día, y lo hemos hecho así durante muchos años, para descubrir la razón fundamental de nuestra existencia en la Tierra. Es nuestra vocación, nuestra búsqueda, nuestro trabajo. Buscamos constantemente validar y/o refinar lo que entendemos puede ser posible, probable o ambos. Hacemos esto con la sincera esperanza de que toda la humanidad se beneficiará, si no ahora, tal vez en algún punto de uno de nuestros futuros probables. .

Contacte al Webmaster en quantumfuture.net
Derecho de autr © 1997-2003 Arkadiusz, Jadczyk y Laura knight- Jadczyk. Todos lo derechos reservados. "Cassiopaea, Cassiopaean, Cassiopaeans," son marcas registradas por parte de Arkadiusz Jadczyk y Laura knight-Jadczyk. Las cartas dirigidas a Cassiopaea, Quantum Future School, Ark o Laura, pasan a ser propiedad de Arkadiusz Jadczyk y Laura Knight-Jadczyk. La re-publicación y re-distribución del contenido de esta pantalla o de cualquier porción de este sitio web en cualquier manera está expresamente prohibida sin el consentimiento escrito previo.