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Hoy vamos a ver el Resumen de Conclusiones sobre Bolas
de Fuego y Meteoritos que Víctor Clube adjuntó a su carta enviada al Jefe
Coordinador de Física y Defensa Balística de la Oficina
de Desarrollo e Investigación Aeroespacial Europea en 1996, 5
años antes del 9 de septiembre de 2001; esto, y algunas otras
cosas.
Comúnmente me acusan de “dedicarme a
inducir miedo” porque continúo trayendo este tema una y
otra vez. Aún pienso que es fascinante que el gran avance de
mi experimento
de comunicación superluminar sucediera
el día en que los fragmentos del cometa Shoemaker-Levy
comenzaron a golpear Júpiter – incluso en el preciso
momento del primer impacto – y que esta comunicación
“conmigo misma en el futuro” ha concentrado tanta
atención sobre el tema de grupos de cometas y fragmentos de
cometas que repetidamente atraviesan el sistema solar haciendo
estragos y trayendo muerte y destrucción a la Tierra. Como
resultado de la investigación impulsada por esta comunicación,
escribí un libro de 800 páginas que teje alrededor de
la cuestión del tipo de catástrofes causadas por
explosiones cometarias que obviamente han ocurrido repetidamente a lo
largo de la historia: La
Historia Secreta del Mundo.
En
los días iniciales de la publicación de los resultados
de este experimento, estaba perpleja por los numerosos ataques que
sufría desde todas las direcciones. Fui acusada de “canalizar
extraterrestres” (no es verdad); de querer “iniciar un
culto” (¿que tiene de culto hacer investigación
científica y exponer el fraude de la religión?) y
demás. Esa clase de cosas realmente me dolieron y me
desconcertaron al principio, pero ahora veo que fue una bendición:
me han ayudado a comprender sobre la clase de personas que están
a cargo de nuestro mundo, la clase de gente que quiere mantener
secretos para perpetuarse en el poder: la clase de personas que
inventan cosas como la “Guerra contra el terrorismo” para
encubrir a la humanidad el futuro que bien podría traer el
final a nuestra civilización; la clase de personas que saben
que sobrevivir a un bombardeo cometario es posible y que quieren ser
los únicos en hacerlo, y al demonio con todos los demás.
Mike
Baillie, en su libro
acerca de la Muerte Negra,
escribe:
Es cada vez más evidente que el mundo está
dividido intelectualmente en dos. Hay aquellos que estudian el
pasado, en los campos de la historia y la arqueología, y no
ven evidencia en ninguna población humana de que haya sido
afectada por impactos desde el espacio. En oposición diametral
están aquellos que estudian los objetos que se acercan, y que
a veces, colisionan con el planeta. Algunos serios miembros de este
último grupo no tienen dudas que han acontecido numerosos
impactos en los últimos cinco milenios; época de la
civilización humana. En una investigación publicada en
el 2005, David Asher y colegas han observado a objetos que se conoce
que han pasado cerca de la Tierra en tiempos recientes. Ellos
concluyen, basándose en varias cadenas de evidencia (por
ejemplo, el número de meteoritos descubiertos en la Tierra que
se originaron en la Luna) que el tiempo promedio entre impactos sobre
la Tierra no supera los 300 años, probablemente menos. [La
Tierra en la galería de tiro cósmica.]
Verificando los autores a los que Baillie se refiere,
encontramos en la lista a Bill Napier. Napier es colega de Victor
Clube. Esto nos lleva a otra división. Existe actualmente un
debate acerca de este tema mencionado por Clube en las primeras
partes de la carta que cité en el día de ayer. Él
escribió:
Se enfatiza que el presente informe expresa un punto de
vista opuesto a la ciencia de corriente principal actualmente
reforzada por diversas agencias estadounidenses como consecuencia
de recientes descubrimientos bajo el mando norteamericano (por
ejemplo Luís Álvarez, Eugene Shoemaker, David Morrison
etc.). A pesar de la importancia de este representativo asunto, aquí
se reconoce que los registros cometarios terrestres son generalmente
más numerosos que los registros en relación a los
asteroides, teniendo en cuenta efectos a largo y a corto plazo, como
por ejemplo aquellos que por un lado afectan a la evolución
geológica y biológica, y por otro lado a la humanidad y
a la civilización. La razón de ser detrás de
esta situación es la información cometaria, dominada a
largo plazo, por objetos menores a 100 kilómetros en tamaño
que sustancialmente se disgregan, en el corto plazo, en objetos
mayores a 1 kilómetro en tamaño, hasta ahora la
“ventana” de significancia como intervalo promedio entre
impactos aleatorios de cometas y asteroides en el rango de tamaño
que interviene está afectado aproximadamente entre 1 y 10
millones de años. Concentrarse, con propósitos de
defensa, en catástrofes que ocurren solo en este particular
rango de frecuencias es totalmente absurdo.
La
referencia que hace Clube sobre las ideas de la “corriente
científica principal” en base a cometas, asteroides y
demás, es la punta del iceberg de este debate.
El
debate es sobre Asteroides vs. Cometas. Los asteroides son cuerpos
sólidos de roca y hay cerca 1000 de ellos con diámetros
de 1 Km. o más que cruzan la órbita de la Tierra. Se
denominan “Apollo” o asteroides en “cruce
terrestre”. La “Escuela Estadounidense” de
astrónomos cree que estos objetos son la principal amenaza
para la Tierra y para la humanidad y se preocupan por identificarlos,
rastrearlos y trabajar en sus órbitas. Esta escuela cree que
si todos estos asteroides pudieran ser mapeados, y pudieran lidiar
con todos los “malos”, la Tierra estaría segura en
un futuro próximo. Estiman que somos golpeados con uno de
estos solo aproximadamente cada 100,000 años.
Hasta
este momento, la escuela estadounidense de astrónomos ha
encontrado y rastreado cerca de 700 de los 1000 asteroides que se
estima que existen, y hasta ahora, parece que ninguno golpeará
la Tierra. Para fines del 2008, esperan haber localizado el 90% de
estas potenciales amenazas.
Por supuesto, no están
hablando de los objetos menores a 1 km. porque se cree que
representan un riesgo mucho menor, incluso si alguno de estos golpea
la Tierra.
Así es que entonces la “Escuela
Estadounidense” cree que puede, con tiempo y con la superior
tecnología estadounidense, vigilar todo lo que hay alrededor y
mantener nuestro lugar en el espacio “bajo control”.
Lo
que dicen, astutamente apuntado por Baillie, es que: Existen objetos
que se cruzan en el camino de la Tierra pero que rara vez nos golpean
(solo aproximadamente cada 100,000 años), pero nos mantendrán
a salvo cuando encuentren todos y cada uno de ellos e idearán
métodos para eliminar aquellos que PODRÍAN significar
una amenaza en algún momento en el futuro. Ellos asumen, por
supuesto, que si encuentran algo que sea amenazador al mapear sus
órbitas, tendrán tiempo de hacerlo.
Por supuesto
que en el “Mundo Astrónomo de Asteroides” no han
visto ningún impacto significativo en los últimos par
de miles de años, ¡y se encargarán que siga de
ese modo!
¡Qué típicamente estadounidense!
¡No se preocupe señorita, John Wayne y su pandilla
rodeará los vagones y disparará contra esos indios
forajidos!
Es obvio que Víctor Clube no es miembro de
la Escuela Estadounidense.
La escuela de “Riesgo
Cometario” es inglesa y piensa de forma muy diferente a la
estadounidense de “tendencia mediática”.
Se
dice que los cometas son diferentes a los asteroides porque están
compuestos de agua congelada, gas helado, materiales orgánicos,
y raras piezas de roca y metales. La teoría estandard (la cual
podría necesitar ciertas revisiones de acuerdo a aquellos que
apoyan la teoría del universo eléctrico) dicen que los
cometas se recalientan mientras atraviesan el sistema solar y esto
ocasiona una desgasificación. Es por ello que los vemos como
objetos brillantes y con largas colas.
Luego de varios
circuitos a través del sistema solar, algunos cometas se
desgasifican completamente y todo lo que queda es un “terrón
bien negro” de al menos unos kilómetros de diámetro.
La razón por la que un cometa apagado se ve tan negro se debe,
posiblemente, a los hidrocarburos poliaromáticos concentrados
sobre la superficie del cometa semejante a una cubierta de alquitrán.
Tales objetos, a diferencia de los asteroides, son muy difíciles
de avistar ya que no reflejan luz.
Los cometas también
dejan colas de polvo y residuos en el interior del sistema solar y la
Tierra pasa a través de ellos periódicamente. Cuando
esto sucede, se observan generalmente lluvias de meteoros que en
realidad son partículas de cometas quemándose en la
atmósfera.
Los cometas también pueden romperse
en trozos todavía más pequeños pero igualmente
considerables.
Ahora, imagine que en el rastro de polvo de un
cometa, también hay una gran cantidad de fragmentos negros e
invisibles. Si no los puedes ver, no hay nada que se pueda hacer. Y
cuando sí golpean, tienden a quemarse y/o explotar
violentamente sobre la atmósfera (como por ejemplo en el
evento de Tunguska), de manera que no dejan rastros perdurables como
cráteres para que los arqueólogos los encuentren y
digan “Sí, la caída de esta civilización
fue a causa de un asalto del espacio exterior.” No, solo hay
fuego, muerte y destrucción; en algunas ocasiones total.
Lo
que todo esto significa es que el problema de los cometas no está
sujeto a una solución eficiente.
Los científicos
de la escuela de Riesgo Cometario proponen que el evento de Tunguska
fue a causa de un fragmento del Cometa
Encke.
Estos científicos también tienen el HECHO de los
fragmentos del cometa Shoemaker-Levy que impactaron la superficie de
Júpiter en julio de 1994 para ilustrar el problema que
enfrentamos. También piensan que, como se menciona más
arriba, los impactos son mucho más frecuentes de lo que muchas
personas suponen.
Entonces,
resumiendo: existen dos escuelas bien diferenciadas que estudian los
peligros provenientes del espacio. La escuela de Asteroides dice que
ha habido unos pocos impactos y que el problema es solucionable, y la
escuela Cometaria que dice que hay evidencia de numerosos impactos de
residuos cometarios que han tenido profundos efectos sobre las
civilizaciones humanas, y que lo harán nuevamente,
probablemente muy pronto.
Okay, veamos ahora el resumen del
problema según Víctor Clube. Él escribe:
Los bombardeos de asteroides, si bien son importantes, no
son el riesgo más serio en términos de corto plazo para
la humanidad o civilización.
Cada 5-10 generaciones
aproximadamente, y durante una generación, la humanidad está
sujeta a un elevado riesgo de desastre global a través de otro
tipo de agente cósmico.
Este agente cósmico es
un tren “tipo Shoemaker-Levy” de residuos cometarios como
resultado de encuentros secuenciales con meteoros.
Mientras
que el riesgo resultante es aproximadamente 10%, los desastres
globales toman la forma de (a) un múltiple bombardeo de varios
megatones, (b) deterioro climático a causa de polvo
estratosférico, sin excluir una era glaciar, y (c) por
consiguiente enfermedades/plagas incontrolables.
La secuencia
de eventos que afectan generaciones es potencialmente debilitante
porque, aunque se den cuenta o no del riesgo, las civilizaciones
comúnmente experimentan violentas transiciones, como por
ejemplo revoluciones, migraciones, colapso.
Posteriormente
percibidas como sin sentido, tales transiciones son comúnmente
una vergüenza para las élites nacionales hasta tal punto
que la evidencia histórica y astronómica del riesgo es
detestada y suprimida.
En la resurrección del riesgo,
sin embargo, tal “iluminación” se transforma en
incentivo para una transición violenta desde el momento en que
se demanda la evidencia histórica y astronómica.
Tales
cambios, agregados al desastre son evidentemente contraproducentes y
demandan un procedimiento para eliminar el riesgo.
Nuestra
habilidad tecnológica para contrarrestar (a) un múltiple
bombardeo de varios megatones y (b) un deterioro climático a
causa de polvo estratosférico debería ser
explorada.
El tiempo que resta asociado a la detección
de varios meteoros acercándose a la Tierra conlleva a
procedimientos de respuesta que difieren con aquellos asociados a los
de asteroides y cometas.
Entonces, la pregunta es: ¿si
existe la posibilidad en un 10% de que enfrentemos un evento tipo
Shoemaker-Levy, porque nadie está haciendo nada?
Bueno...
quizás si lo están haciendo. Quizás todo este
negocio de la Guerra contra el Terrorismo y de obtener el control de
los recursos es, en su base, la forma psicopática de oponerse
ante la amenaza de su supervivencia. Quizás no es el
“Crepúsculo
de los Psicópatas”
como podría creer Kevin Barrett... sino el Crepúsculo
de la Humanidad; si no despertamos.
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